viernes, 31 de diciembre de 2010

2011...VIVIR LA ESPERANZA

Hoy como inicio de año vamos a hablar de esperanza. De “vivir la esperanza”.

2 Corintios 5:17

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”

El Año Nuevo es una invitación a vivir la esperanza en nuestra vida personal y como Comunidad. El estar caminando la Segunda Década de este Tercer Milenio es más que suficiente razón para vivir en esperanza y levantar nuestras cabezas.

Es fácil dejarnos arrastrar por el derrotismo y el escepticismo reinante a consecuencia del fracaso de muchas ilusiones y anhelos propios y de la humanidad.

En nuestro país no es difícil sentirse pesimista cuando con facilidad palpamos la cultura del “no te metás”, de la violencia, de la situación económica deteriorada, de la criminalidad en aumento, de la pobreza creciente, de la deserción escolar, de la Iglesia anestesiada, del abandono de "los valores" etc.

Hay muchas realidades oscuras que nos pueden llevar a la tentación de vivir “únicamente el hoy” y dejarnos arrastrar por la mentalidad de “comamos y bebamos que mañana moriremos”.

Frente a esta situación, la propuesta de Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires en este primer día del año 2011 es a vivir la esperanza, a vivir la seguridad que nada ni nadie puede ser más fuerte que el amor de Dios.

Porque la Escritura dice: Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros?

Y el Señor que nos ama, hará que salgamos victoriosos de todas las pruebas, luchas y desafíos que tengamos por delante. “Porque estoy seguro de que ni muerte, ni vida, ni ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo futuro, ni poderes de ninguna clase, ni lo de arriba ni lo de abajo, ni cualquier otra cosa podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.

Y es que la esperanza en Cristo es una actitud que nos quita el miedo y vigoriza nuestra fe.

Considero que este llamamiento a vivir la esperanza, como “actitud permanente y profética”, debe tener una “gran resonancia” en nosotros los cristianos argentinos amenazados por una cultura de muerte y tentados a creer que ya nada se puede hacer y, por tanto, a “caer en el conformismo”, que en definitiva nos hace cómplices con la situación de violencia, de inercia y de injusticia que repudiamos.

Frente a todo esto, dejémonos llenar -por el Espíritu Santo- de esperanza y asumamos nuestro compromiso con la historia.

Armémonos de optimismo, Construyamos una Iglesia basada en la adoración genuina a Dios, la solidaridad, la caridad, la comunión, la generosidad, la autocrítica, el apego a la Palabra, la obediencia tanto espiritual como terrenal.

Determinémonos vivir alegres y generosamente, propongámonos dar una mano a cada prójimo que veamos cerca, practiquemos de buena gana el perdón, tengamos autocrítica, esforcémonos por estudiar y progresar para beneficio de otros, tengamos un día semanal o mensual de visitar enfermos o llevar comida a quienes la necesitan.

Enfrentemos los males presentes con la seguridad de que no estamos solos,

El Señor está con nosotros y “para el Señor no hay nada imposible”.

Erradicar de nosotros la cultura de la muerte, del egoísmo, de la codicia, del lucro desmedido. Superar y recuperarnos del daño causado por personas que nos fallaron. Reparar el tejido social y devolverle a la Iglesia su credibilidad. Encontrar los caminos hacia un autentico desarrollo que realice la justicia social. Volver al respeto por la vida. Establecer una nueva cultura de la paz, son metas para alcanzar en este 2011 que ya comenzamos.

Todo esto será posible si nos dejamos invadir por el amor de Dios y la llenura del Espíritu Santo y si asumimos un compromiso militante con nuestra ciudad y nuestra nación allí en "nuestro metro cuadrado".

Es tiempo de dejarnos invadir por el amor de Dios y asumir nuestro compromiso que no es otra cosa que “vivir la conversión”.

El llamado a la esperanza sería alienante, si no fuera al mismo tiempo un llamado a vivir cambios en nuestra historia personal y Comunitaria.

No podemos comenzar el año nuevo sin la decisión de purificamos con el arrepentimiento de los errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes que nos caracterizaron.

Reconocer los fracasos de ayer, es un acto de lealtad y de valentía que nos ayuda a reforzar nuestra esperanza, haciéndonos capaces y dispuestos para afrontar las tentaciones y dificultades de hoy y de mañana.

La celebración del Año Nuevo es un llamado a poner en práctica nuestra responsabilidad en nuestra familia, en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia para que nuestra esperanza no esté “vallada entre las cuatro paredes de nuestro Templo” y no se convierta en un sueño inalcanzable.

Debemos enfrentar el Año Nuevo como un reto a nuestra capacidad de imaginar y construir el futuro personal y el “de otros” según el proyecto de Dios.

Debemos superar la tendencia a esperar pasivamente el futuro y tener el valor de enfrentarlo, empleando “formas concretas de compromiso cristiano” para asegurar un futuro mejor y librarnos de los males y de las culpas que nos agobian.


Los cristianos no tenemos que tenerle miedo a la Historia.

“Nosotros no tenemos aquí morada permanente, sino que buscamos la futura”. Por esto nosotros estamos siempre “abiertos a la novedad y al progreso”.
No perdamos confianza y coraje, suceda lo que suceda, “estamos en camino”.

Y caminamos en la Historia, caminamos dentro del mundo, no como extranjeros autistas y fugitivos, sino como participantes en su complicada y tumultuosa vida, gozosa y triste a la vez.

En cuanto cristianos precisamente tenemos una misión qué cumplir en el mundo.

Tenemos con nuestra sociedad una responsabilidad, una tarea “de caridad” qué cumplir.

Conclusión:

Quiero concluir con una fábula del puercoespín.
Sucedió que durante la Edad de Hielo, muchos animales morían a causa del frío. Los puercoespines dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. Viviendo uno junto a otro, en estrecha relación, se abrigarían y protegerían entre sí. Sin embargo, al acercarse uno al otro las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, justo los que ofrecían más calor.
Tratando de evitar esas heridas decidieron alejarse unos de otros. Pero entonces empezaron a morir congelados.
Así que tuvieron que hacer una elección: o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra.

Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir unos con otros, con las pequeñas heridas que la relación con los seres más cercanos, le propiciaban.
Lo más importante era el calor del otro. De esa forma pudieron sobrevivir.

La lógica del amor los salvó.

¿Moraleja? La mejor relación no es entre personas e instituciones perfectas –que además no existe-, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir y a convivir, con los defectos de los demás y admirar sus cualidades.
Pensando, además, que la propia cercanía tal vez hiera a alguien, pero le proporcionará ese calor que necesita.

Hagamos en este 2011 la del puercoespín. Acerquémonos a nuestro prójimo.

Oremos:

Rev. Raúl Flores

Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Mensaje para el primer domingo de Enero 2011. Culto de la mañana.

domingo, 26 de diciembre de 2010

UN VIAJE DE IDA Y VUELTA...

Hoy celebramos la navidad… Epifanía de Dios. Manifestación del amor de Dios… Vamos a hablar entonces de ese “viaje divino”. De ese viaje de Dios hacia nosotros y cuál debe ser nuestra respuesta a “ese encuentro”.

Mateo 2: 1-12


Introducción:

Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo:

“No puedo dividir en tres partes mis posesiones. Les tocaría muy poco. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre más astuto y sagaz.
Dicho de otra forma, a mi mejor hijo. Encima de la mesa hay una moneda para cada uno. Tómenla. El que compre con esa moneda algo que pueda llenar toda la casa se quedará con todo”.

Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad.

El segundo compró sacos de plumas y tampoco la llenó.

El tercero -que consiguió la herencia- preguntó por toda la ciudad que podría comprar con esa moneda, habló con las personas que consideraba más sabias y caminó durante muchas horas seguidas hasta que al caer la noche y sin una respuesta clara, desesperado, alzó la vista y vio como un gran establo podía iluminarse con una simple antorcha… Compró entonces una pequeña vela… esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

Moraleja: La Gracia y el favor de Dios siempre están cerca tuyo, el secreto es poder “verlos”

Y la Navidad es más que fiesta y regalos. La navidad es señal y recordatorio de la Gracia de Dios que se acerca a nosotros. La navidad es Bendición de Dios. Navidad es una vela que se enciende para llenar de luz nuestros corazones y “el de otros”…Entenderla… verla… nos hará –como a este joven de la historia- prósperos.

La Biblia dice que “A los suyos vino, pero los suyos no le recibieron, pero a los que le recibieron les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” ¿Y por qué no le recibieron? He aquí un dato: El vino en pobreza y en debilidad y “los suyos no lo reconocieron ni lo recibieron”. Porque no entendieron “ni vieron” su venida.

Siempre que extendamos la mano al necesitado, que nos preocupemos por el bienestar de los que menos tienen, toda vez que nos solidaricemos con los que nos piden ayuda… estaremos llevando luz, estaremos provocando Navidad… Seremos la vela que disipa la oscuridad.

Navidad nos recuerda que somos reconciliadores… que somos luminares… que estamos para dar y no despojar. Para servir y no servirnos. Para amar, sin esperar nada a cambio.

Nunca olvidemos que nuestro Evangelio nació en un establo de Belén con pobreza y en debilidad…

Y este acercamiento… este viaje divino desde el cielo a la tierra es una “Epifanía reconciliadora”, (una manifestación de Dios).

Y nuestra vida es también –por así decirlo- la historia de un viaje, “un viaje al encuentro con Dios”. Somos viajeros en la vida y para llevar vida donde hay muerte. Salud donde hay enfermedad. Luz donde hay tinieblas. Esperanza donde no hay fe…

El Espíritu Santo viene a nuestro encuentro en este mensaje, nosotros también vayamos al Suyo.

Navidad es la cita del amor. Navidad es la cita del amor de Dios con cada uno de nosotros sus hijos. Cita en la que renovamos nuestro compromiso de servir a Él y a nuestro prójimo con el distintivo del “amor ágape”

En el amor verdadero siempre hay dos corazones latiendo al mismo ritmo.
Navidad –dijimos- es el viaje de Dios que sale a nuestro encuentro.

Ilustración:

De chicos todos jugamos alguna vez a tirar piedras en algún río, arroyo, estanque..
El juego consistía en: Quién lanzaba la piedra más lejos. Quién hacía más ondas

Y Jesús fue eso. Una piedra lanzada en Oriente.
La primera onda alcanzó a los judíos.
La segunda onda a los gentiles.
La tercer onda a nosotros… Ondas de bendición y luz, ondas de salud y bienestar, ondas de fortaleza y unción emanan de la piedra que es Cristo y llegan hasta nuestra orilla. Aleluya…

Que el Espíritu Santo nos ayude en esta mañana a hacer que la cuarta y la quinta onda alcancen a nuestros vecinos y amigos y a los que nada tienen.

No olvidemos que somos los viajeros reconciliadores… Estamos provocando con nuestras acciones cristianas “las ondas” que el mundo necesita para conocer a Jesús.

La navidad que celebramos ayer y que predicamos hoy, debería ser nuestra historia personal.
No basta que digamos “Qué suerte tuvieron los tres Magos de Oriente”.

No…

Tenemos que dejarnos tocar nosotros también por el Evangelio que narra aquella navidad.

Es que nuestra vida debe ser una pregunta: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido para ir a adorarlo?

Nuestra vida debe ser esa búsqueda y ese viaje hacia Dios. Solo así “Hacemos navidad”… sólo así la navidad es completa.

Y…búsqueda a pesar de las dificultades del camino. A pesar de que la estrella se esconda. A pesar de que la vida no nos sonría. A pesar de las traiciones y las frustaciones…

Queridos: Los Magos tuvieron que hacer un largo viaje. La cita era en Belén. Con el Rey. El Pastor de Israel. Con un niño recién nacido.
Y estos Magos que no tenían ni los profetas, ni las promesas, ni las tradiciones, ni la esperanza de un Mesías… “se pusieron a viajar en busqueda de Dios”.

¿Ironía del destino no? Estos Magos, “unos extranjeros”, vinieron a enseñar a los judíos, los herederos, que el Salvador “ya había viajado hasta nosotros”.

Los judíos, los sacerdotes, los escribas, Herodes… siguieron estudiando la Biblia, pero “no se pusieron en camino” porque no entendieron la Navidad…
Nunca hicieron el viaje al lugar de la cita, a Belén, a la cita con Jesús.
Los profesionales y funcionarios de la religión “no encontraron al Dios de la vida”.

Su Santo Libro no les sirvió de nada. Porque Jesús no es un libro sino el Salvador.
Más tarde los funcionarios de la religión rechazaron y mataron a Jesús y a sus seguidores.

Conclusión:

Amados de Comunidad Nueva Vida… El mensaje es éste: Hay que viajar al lugar de la cita del amor y con el amor que es lo mismo que decir "Jesús".

Hay que viajar y preguntar el camino- como los Magos- y no descansar hasta encontrar al Rey.

Hay que viajar, “sin regresar a los Herodes” que quieren matar el amor, la unción, la esperanza, la fe que llevamos dentro.
Hay que viajar, ahora que es Navidad, ahora que hay una oferta, ahora “que vemos la estrella”.
Y hay que viajar sin valijas, sin regalos, con el corazón abierto para adorar a Dios.

"Hemos visto su estrella y venimos a adorarlo". ¡Cómo me gusta esa frase…! Aleluya…
Porque cada domingo que llegamos a Gaona nuestra cita es con Jesús. Y venimos para adorarlo.

La pregunta entonces: ¿Dónde encajamos nosotros en esta fiesta de la navidad?
Aquí hoy y cada domingo, en esta Comunidad de Gaona 2918 venimos a tener nosotros también una “Visión nueva, renovada”, una epifanía que nos devuelve la fe y nos hace más fuertes y vencedores.

Amados, nuestra fe no es una "propiedad privada" ni tampoco "vallada".
Somos parte de una Comunidad, la Iglesia y viajamos en caravana. Nadie viaja solo. Nadie se salva solo.

Todos necesitamos “una estrella que nos guíe” que es lo mismo que decir: Un consejo, una palabra de aliento de los hermanos, escudriñar las Escrituras, preguntar… Y para eso está Gaona abierta cada domingo.

Y todos estamos en diferentes etapas del viaje: los viejos buscadores y los novatos, los que dudan, los que pecan, los que tienen un problema como Herodes, los que saben todo como los escribas, los que caminan rápido y los que caminan lento…

Lo importante es “alcanzar la meta, contemplar el rostro del Mesías, adorarlo y luego levantarnos para salir y hacer la voluntad de Dios en nuestro viaje de la vida.

Epifanía… Navidad… fiesta de la esperanza, fiesta de la luz para todos nosotros.
Encendamos nuestra vela, -que somos nosotros- yendo a Jesús.
Sólo así, con Su luz encenderemos al menos el “metro cuadrado de nuestro mundo” Y eso hoy, no es poca cosa…

Oremos:


Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado Domingo 26 Diciembre 2010 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto 11 hs.

sábado, 18 de diciembre de 2010

LA MACETA VACIA...

Texto:

Juan 1:47 “Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quién no hay engaño”

Jesús a este hombre Natanael lo califica tratándolo de “hombre honesto”

Hoy seguiremos hablando de Valores. El domingo pasado nos enfocamos en el Valor de la Gratitud. En este domingo pondremos atención al Valor de la Honestidad.

¿Qué cosa es ser honestos? Ser honestos significa ser sinceros en todo lo que decimos y hacemos.

Propósito específico:

Tomar la honestidad en serio, estar conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea. Reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria. Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento.
Es una disposición a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, tiñe la vida de confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz, la luz de la verdad.

Introducción:

En un pueblo lejano, el rey convoco a todos los jóvenes a una audiencia privada con él, en donde les daría un importante mensaje. Muchos jóvenes asistieron y el rey les dijo: "Les voy a dar una semilla diferente a cada uno, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más hermosa ganara la mano de mi hija".

Así se hizo, pero había un joven que planto su semilla y esta no germinaba; mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven estaba muy triste pues su semilla nunca germino, ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar ahí.
Con la cabeza baja y muy avergonzado, fue al palacio, con su “maceta vacía”. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo comenzaron a reírse y burlarse.
En ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamo de entre todos al joven que llevo su maceta vacía; atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.

El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casara con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas; pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

¿Moraleja?: La línea divisoria que separa “al creyente” de quien no lo es, pasa a través de la honestidad.

Dicho de otro modo: el cristiano “no se distingue” de los demás por el hecho de que va a la iglesia y hace oraciones, sino por el hecho de que cultiva el gusto por la honestidad, la lealtad y es devorado por la pasión de la justicia.

Debemos precisar: Uno es un hombre de fe en la medida en la cual, entre sus prácticas, no están sólo las religiosas, sino que también ocupan su lugar las prácticas de la honestidad, de la integridad moral, de la rectitud, del respeto al derecho, de la observancia de las reglas de la convivencia social.

Me permito insistir amados: es necesario que descubramos en nuestra Comunidad el gusto y el placer de la honestidad y la apliquemos en nuestro diario vivir.

Es tiempo de volver a encontrar la alegría de la aprobación de nuestra conciencia. Llegar a eso habrá de ser un objetivo prioritario en nuestro desarrollo como Comunidad de Fe.

LLegó la hora de experimentar el embriagante sentido de la libertad de caminar con la cabeza bien alta. Ese será nuestro desafío de hoy.

Necesitamos reivindicar el derecho "de actuar diversamente (de manera diferente)". Hacerlo será nuestra finalidad y nuestro ideal para este próximo año.

No podemos más que "resistirnos" ante las cosas que no son del todo honestas a todos los niveles.

Tenemos el deber de oponer un dique de firmeza y de limpieza ante la “marea de fango” que amenaza sumergirnos.

Somos llamados a ser los Natanaeles en un mundo donde miles claman por honestidad y justicia.

Ahora, ¿es posible hablar de cristianos "fuera de la ley"? Lamentablemente creo que sí.
Y quizá todos entramos un poco en esta categoría.

Ocuparnos de nosotros mismos sin fijarnos mucho en las necesidades de los demás.

Refugiarnos en una religiosidad intimista.

No salir al campo abierto para comprometernos a favor de nuestra fe y de la justicia saliendo en defensa de las víctimas, “es estar fuera de ley”.
En una palabra fuera-de la ley-del Evangelio.

Me gusta lo que llegó a decir el gran estudioso hebreo A.J. Heschel, después de haber participado en 1965, junto a Martín Luther King, en la marcha por los derechos civiles en Selma, confesó: "Era como si mis piernas estuvieran orando".

Es tiempo de enseñar en nuestra Comunidad y en cada Iglesia a “orar también con las piernas”, es decir: por las calles y en las plazas y no quedarnos tranquilamente arrodillados en la iglesia, aislados de los otros, suplicando al Señor por la paz y la justicia.

Es tiempo de exponerse, de comprometerse - siempre sin violencia - y sobre todo "estar con" quienes, aun “no siendo de los nuestros”, está “sediento de justicia”.

Es necesario que Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires “entre en el medio”, en lo vivo de las cosas con perseverancia y amor.

La propuesta es: Quemarnos afuera, entre los necesitados, más que quemarnos con el fuego del Espíritu dentro de nuestros Templos.

Conclusión:

El Espíritu Santo nos ayude a ir en búsqueda de las virtudes de la honestidad y de la justicia y aún más… nos las haga buscar en nosotros mismos.

"Reencontrémonos" y hagamos emerger, dentro de nosotros mismos este anhelo insuprimible de la honestidad y la justicia, capaz de realizarnos personalmente y hacernos capaces de dar un verdadero Mensaje a todos aquellos que nos ven a diario.

Seamos los Natanaeles que el Señor necesita en nuestros días.

Oremos:

Mensaje del Pr. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida Domingo por la mañana.

domingo, 12 de diciembre de 2010

¿COSTO TOTAL POR AMARNOS?... CERO

Lucas 17: 11-19

Introducción:

Una tarde, un pequeño se acerco a su madre, que preparaba el almuerzo, y le entrego una hoja de papel en la que había algo escrito..... Después de secarse las manos en el delantal, ella leyó lo siguiente:
Por cortar el pasto: $ 0.50
Por limpiar mi habitación esta semana: $ 1.00
Por cuidar a mi hermano mientras ibas de compras al mercado: $ 0.25
Por sacar la basura: $ 1.00
Por tener una libreta con buenas notas: $ 5,00
Por limpiar y barrer el patio: $ 2.00
Total: $ 14.75
La madre miro al niño con firmeza. Entonces tomo el lápiz, y en el dorso de la misma hoja escribió:
Por cargarte 9 meses en mi panza: NADA
Por tantas noches de no dormir, curarte y orar por vos: NADA
Por los problemas y las lágrimas que me causaste: NADA
Por el miedo y las preocupaciones que me esperan: NADA
Por la comida, la ropa y los juguetes: NADA
Por limpiarte “los mocos”: NADA
COSTO TOTAL DE MI AMOR: NADA

Cuando el hijo terminó de leer lo que había escrito su madre, tenía los ojos llenos de lágrimas. La miro a los ojos y le dijo:
“TE QUIERO MUCHO, MAMÁ”... Luego tomó el lápiz y escribió:
“TOTALMENTE PAGADO”

¿Moraleja?: "La gratitud no sólo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás."
Un cristiano orgulloso rara vez es agradecido, porque piensa que todo lo que hace es porque se lo merece.

Y en este final de año. ¿Qué balance haremos?. ¿Qué hay en nuestro corazón?... Quejas? Decepciones? Frustraciones? Broncas? O ¿Gratitud?

Y hoy (Que estamos llegando al final del año 2010) vamos a hablar de Valores. Del valor de ser agradecidos.

La palabra “Gratitud” proviene del latín: “Gratitkdo” Que significa: Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio y favor que se nos ha hecho, y corresponder a él de alguna manera.

OBJETIVO:

Motivar en los hermanos de Comunidad Nueva Vida el agradecimiento y la gratitud por todas las cosas buenas que tienen y reciben en la vida.

Este evangelio de la curación de los diez leprosos es un texto de gran riqueza humana y espiritual y que nos pinta un cuadro semejante al nuestro.

Podemos identificar con claridad tres segmentos:

1.- El drama de exclusión que viven los diez indigentes. Tipo de la exclusión espiritual nuestra.

2.- Analizar la petición que hacen a Jesús y que nos toca hacer también a nosotros.

3.- Estudiar el agradecimiento que expresa uno de ellos e imitar nosotros su ejemplo.

1.- Empecemos, pues, por la comprensión del drama humano que viven estos diez indigentes, excluidos:

En la mentalidad de aquella época, la lepra no era considerada como una simple enfermedad, sino como un castigo. Una maldición resultante de algún pecado grave.

Como consecuencia, el enfermo era excluido de la vida familiar y social, y de todas actividades comunitarias.

Ser leproso era como estar muerto, y ser curado era como regresar al mundo de los vivos y recuperar la aceptación de Dios y de los congéneres
Sin embargo, en el mundo de hoy y en muchos círculos cristianos, hay enfermedades iguales o peores que la lepra y las seguimos cargando sin buscar la cura.

Pensemos, por ejemplo, en los efectos perniciosos de la intolerancia, que nos lleva a rechazar a todo aquel que es diferente (diferente por sus ideas o por su visión o por el color de su piel).

Pensemos, por ejemplo, en el orgullo, que lleva a despreciar a los seres humanos y a usarlos como simples objetos que se manipulan y que luego se desechan.

En nuestro país hay enfermedades infinitamente más nocivas que la lepra, que nos impiden agruparnos alrededor de un proyecto común de ciudad y de país.

Tenemos que reconocer que todos estamos enfermos, en mayor o en menor grado.

2.- Analicemos en segundo lugar la petición que hacen estos diez enfermos:

Los diez leprosos se dirigen a Jesús y le piden: “Maestro, ten compasión de nosotros”.

Para llegar a formular esta petición, era necesario que ellos aceptaran la existencia de su enfermedad; de lo contrario, nunca se hubieran acercado a Jesús.

Se necesita valor para aceptar la realidad por dolorosa e incómoda que sea y para llamar a las cosas por su nombre.

La aceptación de la realidad es condición esencial para empezar a superar un problema: es imposible salir del abismo de la droga si no se reconoce que se es un drogadicto; es imposible salir del alcoholismo si no se reconoce que se es alcohólico; es imposible reconstruir una buena comunicación familiar si no se reconoce que se es un egoísta de “mal genio”.

Muchos cristianos no quieren hacer el reconocimiento de su enfermedad, evaden su responsabilidad personal y echan la culpa a los demás.

Se sienten muy cómodos atribuyendo sus desgracias a la educación recibida en su familia, al colegio, a la Iglesia, al gobierno.

Lo más fácil es buscar a nuestro alrededor tratando de identificar culpables.

Por eso amados: Que este Culto de domingo de Acción de Gracias sirva para llenarnos de valor para reconocer cuál es la principal enfermedad que está afectando nuestras relaciones de pareja, con los hijos, en el trabajo, y le digamos a Jesús: "Maestro, ten compasión de nosotros”.

Ahora bien: Vale la pena destacar que los diez leprosos no se limitaron a reconocer su condición y a formular una petición. También “actuaron”.

Hicieron lo que Jesús les dijo y se dirigieron al Templo para encontrarse con los sacerdotes.

La actuación de estos diez leprosos nos enseña que hay que actuar.
Si queremos superar nuestros problemas tenemos que pasar de las palabras a las acciones.

Hay que buscar la mano de un amigo, hay que acudir a la ayuda del Espíritu Santo, del profesional que nos recomienden, del consejero que nos genere confianza, y seguir rigurosamente el tratamiento o las pautas establecidas.

Tenemos que reconocer que solos no podemos salir adelante.

3.- El tercer elemento que encontramos en este relato de Lucas es el agradecimiento mostrado por uno de los leprosos curados:

Finalmente, Jesús expresa su extrañeza: “¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están?”

Estamos acostumbrados a pedir: pedimos a Dios que nos ayude, pedimos plata a los papás, pedimos a los profesores que nos permitan entregar el trabajo en otra fecha. Pedimos, pedimos, pedimos. Y muy pocas veces nos acordamos de agradecer.

Conclusión:

Que el testimonio de este samaritano que regresa donde Jesús active en nosotros la virtud del agradecimiento hacia tantas personas que nos han dado su amor y su tiempo.

Que el ejemplo del samaritano curado suscite en nosotros el agradecimiento hacia Dios que ha tenido con nosotros innumerables muestras de afecto.

En cada una de las páginas de nuestra vida podemos descubrir la mano amorosa de Dios que nos protege, que nos orienta, que nos llama a su intimidad.

La expresión máxima de nuestro agradecimiento hacia Dios es la participación activa del Culto Dominical.

No veamos el Culto Dominical como una imposición.

Dar Culto a Dios significa “Ser agradecidos con Él”.

Celebrar el Culto Dominical es volver a ese Jesús que nos salva, que nos conserva la salud del cuerpo y del corazón y es nuestro compañero de viaje a lo largo de la vida.

Celebrar el Culto a Dios es superar el individualismo y sentirnos “Comunidad de fe” en la que todos juntos agradecemos los beneficios concedidos y pedimos que bendiga nuestros proyectos.

El evangelio de la curación de los diez leprosos nos invita a reconocer nuestras limitaciones, nuestras adicciones, nuestros defectos.

Este evangelio es una exhortación para buscar en Dios y en las personas que nos rodean las ayudas para salir adelante.

Seamos agradecidos con Dios y con todas aquellas personas que nos hacen “agradable la vida”.

Vivamos el Culto Dominical como un momento intenso de acción de gracias.

Oremos:

Mensaje predicado Domingo 12 Diciembre 2010 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto 11hs.

Rev. Raúl Flores

domingo, 5 de diciembre de 2010

LA GRAN OPERA....

Propósito específico:

Hoy vamos a hablar de continuidad. Somos continuadores de la obra de salvación en Cristo Jesús. La obra de salvación quedó terminada pero su proclamación debe continuar en nuestra generación y en las venideras si es que el Señor no viene antes. Y para eso necesitamos saber qué lugar ocupamos en el plan de Dios… Somos Sus continuadores.

MATEO 9:36- 10:8



Introducción:
Puccini es uno de los más grandes compositores de Opera. Compuso la Boheme, Madame Butterfly…
Enfermo de cáncer, decidió dedicar sus últimos años a escribir su última Ópera: Turandot.
Sus amigos y alumnos le decían: “Estás enfermo, tomalo con calma… cuidate”.
Él les decía, “Voy a trabajar todo lo que pueda hasta completar mi obra, y si no la termino a ustedes les encargo completarla”.
Puccini murió sin completar su obra. Sus alumnos tenían dos opciones: a) llorar la muerte de su maestro y olvidar su obra y b) terminar la obra del maestro.
Los alumnos optaron por ponerse a trabajar y completar la obra de su maestro.
Y en 1926 bajo la dirección de Toscanini se estrenó la Ópera.
Dice que cuando llegó al final de la Ópera escrita por Puccini la orquesta dejó de tocar y el director dijo: “Aquí termina la obra del maestro”. Y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Luego levantó la cabeza, sonrió y dijo: “Y aquí comienza el trabajo de sus discípulos”.

Cuerpo del Sermón:

Jesús es nuestro maestro. Él comenzó a predicar “la gran Ópera” del amor, la reconciliación y la esperanza de Dios.

Jesús vino a demostrar que el amor no es un sentimiento sino “una decisión, una elección” que no necesita la respuesta de la persona amada.

La Biblia dice que: “Cristo murió por nosotros cuando éramos pecadores”.
Significa que: No esperó a nuestra conversión, a nuestra respuesta, a cambiarnos el corazón. Empezó a amarnos desde siempre.

“Me decía un conocido mío que un día se había levantado a las cuatro de la mañana para contemplar la salida del sol con su esposa y ésta lo rechazó.
El sol salió pero ellos no se entendieron”.

El sol sale todos los días aunque no nos levantemos a ver la maravilla de ver nacer el día.

El amor de Jesucristo es igual amados. Siempre está ahí haciendo nuevo el día “pero nosotros somos esposos despechados que no le hacemos caso porque las cosas no nos van bien, porque los hombres son malos, porque el mundo no cambia, porque los creyentes son pecadores”.

Que estas cosas, hermanos, no nos oculten la realidad, la verdad del amor de Jesucristo, Su sanidad, Su poder, Su toque liberador. Desde siempre y para siempre Él está esperándole. De hecho esta mañana está aquí para transformar tu dura realidad, si es que le abres el corazón y lo dejas actuar.

El evangelio de Mateo nos da la lista de los doce hombres que Jesús llamó para continuar esta obra de amor.
Doce hombres incultos, débiles, pecadores…

Pedro, el primero de la lista, el que le niega, el que se duerme…
Juan y Santiago, los avaros, los que quieren ser importantes…
Tomás, el que duda…
Mateo, el cobrador de impuestos, el que engaña a la gente y cobra de más…
Judas, el que lo entrega con un beso.
Una docena de hombres duros de corazón y más bien sucios.
Con estos hombres nació la iglesia.


Como los discípulos de Puccini, no se dedicaron a llorar la obra del maestro. Pero guiados por el Espíritu Santo decidieron continuar la obra comenzada por Jesús.

Y aquí estamos nosotros, hoy, un grupo de hombre y mujeres, una Comunidad guiada por el Espíritu; no somos ni mejores ni peores que aquellos doce hombres.

Y en esta mañana queremos añadir nuestros nombres a la lista de millones de creyentes decididos a continuar la Ópera del maestro: “Sentir compasión, amor por la gente que no tiene pastor”.
Dicho de otro modo: Poner manos a esta obra siempre inacabada.

Nosotros Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires, como los discípulos de Puccini tenemos una doble elección:
A. Llorar la muerte de Jesús, llorar nuestra falta de fe, llorar nuestros equívocos, llorar nuestra suerte, dejar que la cosecha se pierda, dejar que cada uno siga su camino sin dirección.
B. Completar la obra de amor de Cristo.

Es que en realidad cada domingo estamos diciendo: aquí termina la obra del maestro, esta es la Palabra del Señor, este Culto lleno del Espíritu Santo es el regalo de Jesús…

Termina el culto y salimos a la calle y continúa nuestro día. Pero tenemos que “ser testigos en la vida de cada día, en las calles de todos los días”.
Ayer fueron doce, hoy somos nosotros los que queremos completar esta sinfonía.

Jesús nos necesita a todos. Todos debiéramos sumar nuestro nombre a la lista de los doce.

El Señor nos envía a muchos lugares. Nunca vamos solos.

Conclusión:

Gratis recibimos la salvación, la liberación, el amor y el perdón, Gratis debemos llevarlo a la vida y compartirlo con algún necesitado de nuestro “metro cuadrado”.
“El miedo encarcela, la fe libera; el miedo paraliza, la fe vigoriza; el miedo acobarda, la fe se atreve; el miedo enferma, la fe sana; el miedo inutiliza, la fe sirve; el miedo siembra la desesperanza en el corazón mientras que la fe se regocija en su Dios”.

Oremos:


Rev. Raúl Flores
Mensaje Predicado Domingo 05 de Diciembre 2010 Culto de la mañana en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.

sábado, 27 de noviembre de 2010

LA MISION DE LA SAL

Mateo 5:13-16

Objetivo específico:

Hoy vamos a hablar de hacer la diferencia. Estamos llamados a hacer la diferencia, porque en Cristo y bajo la influencia del Espíritu Santo somos llamados a ser diferentes.


Introducción:

Se cuenta de una viga de hierro muy dura que había que romper.
"Yo haré el trabajo", dijo el hacha. Y comenzó a golpear con fuerza el hierro y a cada golpe que daba su filo se iba dañando hasta que tuvo que dejar de golpear.

"Dejame a mí", dijo la sierra. Y comenzó a trabajar la superficie del hierro hasta que sus dientes se gastaron y se rompieron dándose por vencida.

Ah, dijo el martillo, yo sabía que ninguno de ustedes podría. Mírenme. Y después del primer golpe, el martillo voló por el aire y la viga de hierro seguía igual.

Finalmente la llama de fuego pregunta tímidamente"¿Puedo probar yo?"

"Ni se te ocurra", le contestaron el martillo, la sierra y el hacha. "¿Qué podés hacer vos?"

Pero la llama rodeó el hierro, lo abrazó, calentó y no lo dejó hasta que se fundió bajo su influencia poderosa.

¿Moraleja?

La persistencia de la pequeña llama de fuego rompió la viga de hierro.

Cuerpo del Sermón:

El Señor nos dice hoy que sus discípulos tenemos que ser persistentes, eficaces y que tenemos que hacer la diferencia, que tenemos que estar presentes si queremos impactar nuestro entorno.

"Ustedes son la sal de la tierra" Vs 13

Ustedes "son". No dice deberían ser... ojalá fueran.
Da por hecho que somos.

El Señor nunca habla de deseos ni de buenas intenciones, habla de una nueva realidad, de una transformación profunda realizada en cada creyente por el Espíritu Santo.

En este "enorme cocido" que es nuestro mundo donde hay todos los ingredientes: droga, violencia, sexo, esclavitud, avaricia, escándalos… el Señor nos dice, “ustedes son la sal”.

Y ¿para qué servía la sal Pr. Flores?

La sal servía para preservar los alimentos, la sal era fuente de vida. Es la que da sabor a la comida, no es egoísta, se diluye, no se ve, es simplemente “para los demás”.

Y esa es nuestra misión amados: la misión de la sal. Preservar nuestro ambiente, nuestro barrio, nuestra comunidad para que no se corrompa, para que la vida florezca, para que la paz y la justicia sean para todos.
Para que la salvación de Cristo llegue a todos, para que el mal y el maligno no triunfen.

"Dar sabor" a este enorme cocido que es nuestro mundo, el sabor del bien, del servicio, de la generosidad, del Evangelio, el sabor de la cruz de Cristo y de Su resurrección.
“Y perderse”, o sea, diluirnos como la sal.

No existimos sólo para nosotros, existimos para los demás.

Cristo no vino para que le dieran una medalla por los servicios prestados. Vino para darse y darse a todos y por todos.

“Pero si la sal se desvaneciere…” Vs 13
Un aviso de Jesús para todos nosotros. ¿Qué preservamos? ¿A quién damos sabor?

"Recibamos la luz de Cristo" en esta mañana.
Luz llamada a brillar e iluminar a toda la familia, a toda la sociedad.


Conclusión:

¿Saben cuál es la diferencia entre el termómetro y el termostato?
El termómetro refleja simplemente el entorno. Nos dice la temperatura, si hace frío, si hace calor.
El termómetro “no” ejerce ninguna influencia sobre su entrono, más bien es influenciado por él.

El termostato es diferente, tiene poder, energía. Pone en marcha la calefacción, regula la temperatura, cambia las cosas. Influye en su entorno.

¿Y nosotros en Comunidad Nueva Vida qué somos? ¿Termómetros o termostatos?

"Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo". Vs 13 y 14

Estamos aquí, en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires, porque la luz del Señor ha iluminado nuestra vida.

¿Qué vamos a hacer entonces con esa sal y esa luz?

La fe es “el interruptor” que enciende la luz.
Sin fe, nuestra sal no vale nada y nuestra luz está oculta.

Amados,lo único que tenemos que hacer para ser termómetros es “dejarnos llevar por la corriente”, mantenernos callados, no testificar del poder y el amor del Señor, ser como todo el mundo, reflejar los valores de nuestro entorno, de nuestro mundo.

Sin embargo no somos termómetros, somos “transformadores” .Las líneas de transmisión para que la luz de Dios llegue a mucha gente.

Nosotros, sus discípulos, somos necesarios para que la luz de Dios brille donde la gente vive y muere.

Nosotros somos la sal de la tierra y la luz del mundo.

Somos los termostatos en un mundo de diferentes temperaturas.

El poder, la energía, es Suyo.
La luz viene de El.
La sazón la da su Palabra.

Nosotros no somos estrellas amados, somos sólo sal para sazonar nuestro pequeño mundo y somos luz.

"Dejen que su luz brille ante los demás para que vean sus buenas obras y glorifiquen a Dios". Vs 16

Ignacio de Antioquia escribía en una de sus cartas: "Así como el árbol se conoce por sus frutos, así también los que se llaman cristianos se conocen por lo que hacen.
Porque el cristianismo no es sólo una profesión externa sino que se manifiesta en el poder de la fe, si permanecemos fieles hasta el final.
Es mejor para una persona agarrarse a su fe y ser que decirse cristiano y no serlo".

No lo olvidemos: Nuestra llama está hecha por el Espíritu, para romper vigas de hierro.

Oremos:

Sermón predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto del Domingo 11 hs.

Rev. Raúl Flores

domingo, 21 de noviembre de 2010

EL CARACOL QUE LLEVAMOS DENTRO...

Filipenses 4:6-9 Mateo 21: 33-43

Hoy vamos a hablar de Inversión. De lo que hemos recibido del Espíritu y lo que estamos haciendo con ello.

Introducción:

Se cuenta que en la bahía de Nápoles viven la medusa y unos caracoles. Dice que cuando los caracoles son pequeños la medusa se los traga con mucha avidez pero que al estar protegidos por el caparazón no los puede digerir. Entonces estos caracoles "tragados pero no digeridos" se adhieren con tanta fuerza al interior de su estómago que finalmente son ahora los caracoles quienes terminan comiéndose a la medusa.

Nosotros solemos ser como la medusa. Con avidez nos comemos “nuestros caracoles” y éstos poco a poco terminan comiéndonos por dentro.

Llamémoslo alcohol, ira, avaricia, depresión, preocupación, falta de perdón, ansiedad… Poco a poco van creciendo y nos van mordiendo y nos van comiendo.

Vivimos "agitados internamente" y con el tiempo somos devorados desde dentro por ese “caracol no digerible” que albergamos en nuestro interior.

El Apóstol Pablo dice: “No se inquieten por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión presenten a Dios sus peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias”. (Fil. 4:6-9)

¿Se da cuenta? Todos tenemos dentro “un caracol” que nos quita el sueño, que nos roba la paz, que nos produce úlceras, que nos impide saludar a nuestros hijos, que nos pone triste, que nos devora y ahoga.

Y nos preguntamos: ¿Cómo ilusionar a la Comunidad para vivir la fe en Jesucristo con alegría?
¿Cómo atraer a los alejados a la Iglesia?
¿Cómo hacer para que mi esposo/a supere los celos o la infidelidad?
¿Qué hacer para que mis hijos no dejen la escuela?
¿Dónde encontrar un trabajo digno?
¿Y si tengo cáncer?
El apóstol Pablo nos dice hoy: “No se inquieten por nada”.

Según una encuesta, el 40% de las cosas que nos preocupan nunca suceden; el 30% son cosas que ya pasaron y de nada sirve preocuparse; el 12% se refiere a la opinión que los otros tienen sobre nosotros; el 10% son preocupaciones sobre las enfermedades reales o imaginarias. Sólo el 8% son cosas dignas, hasta cierto punto, de tomarse en cuenta. Y se solucionan con el esfuerzo humano.

El mensaje aquí es:
No se preocupe por el 2011. No llegó todavía y nada puede hacer.
No se preocupe por el destino de su equipo de fútbol. Nada puede hacer.
No se preocupe de lo que piensan de usted. Nada puede hacer.

El consejo de la Palabra es: “Presenten sus necesidades a Dios y el Dios de la paz estará con ustedes”.
Lo que nuestra preocupación no puede conseguir lo consigue la oración.
Y en la oración: la paz del espíritu viene y la liberación del peso inútil de la amargura se va.

Centremos las energías en lo que es “bueno, justo, verdadero, puro y amable”.
Jesús dijo: “Miren los pájaros del cielo que no siembran”…

Hay una buena noticia en la Palabra: El Señor se preocupa de nosotros.

Lo que está queriéndonos decir la Palabra es que: Oremos en la tribulación, oremos en las preocupaciones.
Porque la oración es el “antiveneno” para destruir la caparazón no digerible del caracol que llevamos dentro.

El mensaje de hoy es: Vivamos en la presencia del Dios de la paz.

Aquí en Comunidad Nueva Vida venimos a muchas cosas, pero una muy importante es “descansar en Dios”. Descansar del ajetreo de la vida y dejar la preocupación del ayer y del mañana en las manos del Dios de la paz y disfrutar de esa paz que sólo El puede ofrecer. Aleluya…

Escuchen la parábola de Mateo 21:33.

El dueño de la viña es el Señor. Y la viña, somos nosotros, Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.

Es la parábola de la inversión y la alegría de Dios.
Dios no invierte Su amor, Sus promesas y Su perdón en la bolsa de Wall Street.
Dios no invierte Su Palabra y su tiempo en casas o en joyas.
Dios no invierte la sangre de su Hijo en negocios millonarios.
Dios invierte todo, apuesta todo, da todo a Sus hijos, a nosotros.
Dios ha plantado Su vida, Su Espíritu en el corazón de cada uno de nosotros, en esta Comunidad, en Su Iglesia.
Y cada domingo viene a visitar Su viña, a ver cómo crece, a deleitarse con sus frutos.

¿Y cuáles son los frutos que el Señor espera Pr. Flores? : Frutos de Justicia y fidelidad, de amor y compasión, de generosidad y perdón.
Tal vez no tenemos nada que ofrecer. El Señor tiene paciencia, y volverá el próximo domingo a ver si Su inversión de amor ha producido algún fruto en ti.

Conclusión:

Esta parábola es también la parábola de la desilusión de Dios.
La desilusión de una “inversión inútil”, de un amor no correspondido, de la falta de frutos.

Nosotros somos la viña mimada del Señor. No nos desanimemos ni bajemos los brazos. El nos da mil oportunidades para florecer.

Yo no quiero que el amor que Dios ha invertido en mí se malgaste. Espero que vos tampoco.
Oremos:

Rev. Raúl Flores
Mensaje Predicado en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.
Domingo 21 Noviembre de 2010 culto de la mañana.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿QUE VALOR LE DAS A TU TALENTO?

Hoy vamos a hablar de talentos. De cómo utilizamos aquello que hemos recibido de Dios…

Mateo 25:14-30

“En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: -Señor, cinco talentos me dejaste, mira, he ganado otros cinco.
Su señor le dijo; -Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor, como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante, pasa al banquete de tu señor.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: -Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.
Su señor le dijo: Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: -Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.
El señor le respondió:- Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

Cuerpo del Mensaje:

Esta parábola de Jesús, llamada “de los talentos”, suena a juicio, a premio y castigo, a escándalo, a regreso del dueño.

De los dos primeros empleados nos dice el evangelio que fueron "fieles en las cosas pequeñas en la ausencia de su Señor" y el dueño les confió responsabilidades mayores y los asoció a su gozo.

Amada Iglesia Comunidad Nueva Vida: Es tiempo de volvernos fieles y confiables.

Ahora bien: ¿Cuáles eran esas pequeñas cosas Pr. Flores? Sus posesiones, su hacienda, su dinero, las cosas materiales.

Dice que fueron fieles, arriesgados y multiplicaron el capital del dueño y fueron felicitados y recompensados.

¿Seremos nosotros de esa forma?
¿Nos podrá felicitar el Señor por ser fieles en las cosas pequeñas?

Todos nosotros sabemos que la sociedad sólo premia a “los mejores”, a “los triunfadores”

Premia con el Nobel, con un VIP, con el guante de oro, con medallas, el futbolista del año, el empresario del año...
Y si somos un poco instruidos en la Palabra nos daremos cuenta que todos nosotros hemos nacidos en Cristo para ser VIP´s.

Por lo tanto somos llamados a dar según nuestras habilidades, según lo que “hemos recibido”.
No se trata de mucho o poco. No es la cantidad, sino según nuestra habilidad.

¿Cuántos en Comunidad Nueva Vida quieren hacer una “buena mayordomía de sus vidas”? Entonces tendremos que cambiar el hábito de "retener y ser acaparadores”.

Ahora, que nos quede en claro una cosa amados: Nadie nos pide que seamos héroes. Se nos pide que seamos “fieles en las cosas pequeñas”.

¿Tenés inteligencia? Usala. ¿Tenés fuerza? Usala.
¿Tenés una familia? Querela. ¿Tenés un trabajo? Cumplí con él.
¿Tenés hijos? Educalos. ¿Tenés fe? Celebrala.
¿Tenés una iglesia? Concurrí siempre.

Dios nos ha dejado “la tierra” ( El barrio donde vivimos, el lugar donde trabajamos, la familia que constituimos, el país que habitamos, el colegio donde estudiamos) , para que la recreemos, la hagamos más habitable, más humana, para que cuando El venga la encuentre más rica, más en orden, más en paz.

El que corre un gran riesgo es Dios y sin embargo se fía de nosotros y “nos confía el mundo”.
Pero también entendamos que nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho con los talentos que nos ha dado.
Y premiará a los que los han usado bien.

Por último en esta parábola de Jesús hay “un tercer empleado”: Fue el que cavó un hoyo y escondió el talento.
¿Se fijaron en la lluvia de críticas que recibió?
El mayor reproche de todo el Evangelio es para él.
¡Que el Señor nos libere de “ese espíritu” amados…!

¿Cuál es entonces al enseñanza Pr. Flores? El Señor nos da a cada uno “nuestro talento”, “nuestra vida”, como “don”, como regalo, no para “recuperarlo” cuando El venga sino para “entregarlo y ponerlo al servicio de los hermanos”.
Nosotros somos “los de un solo talento”.
"El que pierda su vida la ganará; el que ahorra su vida la perderá".

No enterrar. Sí atreverse. Sí actuar. Sí celebrar.

Cabe preguntarnos: ¿Cuándo vendrá el Señor a pedirnos cuentas?
Siempre tengo que estar preparado para dar cuenta de mi administración.

Nunca olvidemos amados que la obra que Dios quiere que hagamos depende de “nuestro único talento”.

A la iglesia venimos a enterrar “las palas”, no el talento de Dios.

Conclusión:

Tiremos en esta mañana “las palas y dejemos que crezca y sea útil nuestro “pequeño talento”.

No nos contentemos con ser “buenas personas”. Hay mucha gente buena por ahí.
A nosotros se nos pide ser más que buenos… ser mejores… ser santos.

Oremos:

Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.
.

domingo, 7 de noviembre de 2010

UN VINO NUEVO PARA UN TIEMPO NUEVO...

Hoy vamos a hablar del vino. Símbolo de vida, plenitud espiritual, madurez y solidez interior, símbolo de triunfo, de logros y aciertos.

Texto: Juan 2: 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la Madre de Jesús le dijo: "No les queda vino". Jesús le contestó: "Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora". Su Madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga". Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: "Llenad las tinajas de agua". Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó: "Sacad ahora y llevádselo al mayordomo". Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en Él”.

Cuerpo del mensaje:

María vio una necesidad, en la boda, y con confianza se dirigió a Jesús y le dijo: "No tienen vino".
Y nosotros sabemos lo que sucedió: el agua, es decir, “el aburrimiento, la insatisfacción, el desengaño, la desilusión, la vergüenza, el sufrimiento, la tristeza, el no hacer pie en la vida, la falta de resultados... se convirtió en vino: logro, alegría, animación, abundancia, vida...” Y es lo que el Espíritu Santo hace cuando te pones totalmente en Sus manos… cuando le das el control de tu vida. Cuando reconocés que te quedaste sin vino.

Y es que ese: "No tienen vino" se convierte en un gran símbolo. En el símbolo de un mundo roto. De una vida rota. De una comunidad en crisis. De un país en terapia intensiva. De una familia en aprietos. De hijos en peligro. De padres y madres desatendidos, esposos y esposas en depresión. De un evangelio superficial.

Miramos nuestra propia vida o de personas que conocemos; miramos nuestras pérdidas necesarias e innecesarias, nuestros pocos logros y nos decimos: "Ya no tengo vino".
¿Lo dijiste alguna vez? Si fuiste honesto con vos mismo probablemente lo has hecho…
“Ya no tenés la paciencia de antes. Ya me quedé sin fe. Vivo preocupado todo el tiempo. Ya no hay amor ni respeto en la familia. La luna de miel se acabó. La vida se me vuelve insoportable”.
Cuando decimos alguna de estas cosas estamos afirmando que “nos quedamos sin vino”.
Ahora: El problema no es que te quedaste sin vino.
El problema es si hay alguien que se dé cuenta, te ofrezca ayuda y te indique donde puedes conseguir una buena ayuda, un buen consejo...
Yo tengo una buena noticia para darte en esta mañana: El Evangelio de Juan 2 nos trae la clave.
Porque Jesús quiere entrar en nuestra vida con Su poder a través de su Santo Espíritu, para transformar “nuestra miseria en el vino del crecimiento y de la realización”.

Jesús contó con la ayuda de aquellos sirvientes de modo que necesita también de la nuestra para seguir realizando nuevos milagros hoy.
Aquel día Jesús era un simple invitado en un banquete de bodas pero Su presencia hizo “una gran diferencia”.

Y hoy el Espíritu Santo te trajo a Comunidad Nueva Vida para eso… Transformar tu tristeza en alegría, tu dolor en cura, tu enfermedad en salud, tus pocos resultados en abundantes resultados… Presentemos hoy nuestras tinajas con agua para que El las transforme en vino…
Dice acá que con la ayuda de los sirvientes cambió el agua en vino y la tristeza en alegría Aleluya…

María dijo a Jesús: "No tienen vino" Y dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga".
Y lo interesante aquí es que el vino nuevo no estaba en las “tinajas de piedra”, -corazones de piedra- sino “en Jesús” quién es el vino nuevo, el milagro nuevo, el nuevo rostro de Dios, la nueva bendición para todos los que nos hemos quedado sin vino en algún momento de nuestras vidas.

Nosotros, los que venimos a la Iglesia, al banquete de la boda, a la Santa Cena, a la oración, al discipulado, nosotros sabemos quién es el nuevo vino y qué dulce es, mientras otros siguen viviendo con el vino viejo del yugo, de la esclavitud, de la enfermedad, del deterioro…
Tenemos que decirles que el mejor vino ha sido guardado para ellos y que es el Poder del amor y del perdón de Jesús.

Ustedes seguramente tienen maridos, hijos, amigos, vecinos que se han quedado sin vino. Llenen sus copas con el vino de la amistad. Invítenles a saborear la bondad del Señor, anímenles a participar en el banquete del Señor, díganles que traigan su agua para ser transformada en vino, en alegría, en sentido para su vida.

Vengamos hoy al altar para que el Señor le dé un renovado sentido a nuestras vidas. Que coloque en nosotros un nuevo rumbo. Que nos configure en un nuevo hombre y una nueva mujer. Que pacifique nuestro interior. Que nos sea devuelta la alegría y la razón de existir. Que retomemos la lucha orando y batallando contra las fuerzas de Satanás sin rendirnos.

Oremos:

Rev. Raúl Flores
Sermón predicado Domingo 08 Noviembre 2010 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto mañana.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿CON QUE CORAZON VIVIMOS?

Texto: Mateo 3:1-12

Propósito específico:
Hoy vamos a hablar del corazón humano y la necesidad de recibir un trasplante.


Introducción:

Se cuenta de una mujer que fue expulsada del cielo.
Al salir le dijeron que sería admitida nuevamente con la condición de que trajera el regalo más querido por Dios.

Trajo gotas de sangre de un patriota muerto en batalla.
Trajo dinero que una pobre viuda dio a los pobres.
Trajo una Biblia de un famoso predicador.
Trajo el polvo de los zapatos de un famoso misionero.
Pero… ninguno de esos regalos agradó a Dios.

Un día vio a un niño jugando en una fuente. Un hombre de a caballo se detuvo en la fuente para apagar su sed y al ver al niño recordó la inocencia y la alegría de su infancia.
Mirando al agua ve el reflejo de su cara arrugada y endurecida. Toda su vida sucia y pecaminosa pasó por su mente.
Lágrimas de arrepentimiento llenaron sus ojos.
¿Conclusión? La mujer toma una de esas lágrimas, la lleva al cielo y es recibida y aceptada con gran alegría por Dios.

¿Enseñanza? Vos y yo necesitamos un trasplante de corazón.

Dios no quiere obras pero corazones arrepentidos.

Al viejo, cansado y enfermo corazón que llevamos tu y yo hay que quitarlo.

¿Entonces Pr. Flores? Hay que buscar un donante para hacer el trasplante.

Dejame preguntarte esta tarde: ¿Te pondrías hoy en lista de espera?

Seguramente sabés de personas que nunca van al médico porque piensan que están sanos.

¿”Para lo que me va a decir? Seguro que me receta las pastillas de siempre. Me va a dar los mismos consejos. Así que mejor me quedo en casa y gano plata”. Así razonan muchos ¿no?

Y aquí –volviendo a nuestro texto- lo tenemos a Juan Bautista que se estrena como predicador y por ser novato es atrevido, encara a la gente y grita sin contemplación: "Reformen sus vidas".

Es que en realidad, Juan es un cirujano que nos dice: “Lo que necesitan ustedes hoy es un trasplante de corazón”.

¿Yo?, ¿está seguro…? Es lo que solimos decir siempre...
¿Yo, que vengo todos los domingos al culto?
¿Yo, que doy anónimamente en las ofrendas de la Iglesia?
¿Yo, evangélico de muchos años bautizado y casado por Iglesia?
¿Yo, diácono… pastor… oficial de la Iglesia?

Si… tú… yo… todos nosotros…

Porque este sermón de Juan no va dirigido a los malos, a los que no tienen religión…sino a “los buenos”.

Juan se pone más bravo cuando ve a “los buenos” que se acercan y les grita: "Raza de víboras" (Vs 7).

Es como si Juan el Bautista dijese: “De nada sirve la circuncisión de la carne, de nada sirven sus tradiciones. Lo que vale para Dios es la justicia, el amor y la caridad (las obras del amor)”.
Los malos son malos y punto.

El problema es que “los buenos como los fariseos y saduceos”, siempre encuentran explicaciones a su manera de vivir.
Ellos decían: "Nosotros tenemos a Abrahán por padre". Y con eso tapaban todos sus pecados y acallaban su conciencia.
Y se quedaban tranquilos.

¿Y nosotros? ¿No somos muchas veces iguales a ellos? ¿Que decimos?
“Supera mis fuerzas. No puedo. Al fin y al cabo todos hacen lo mismo…”
¿Porque dejé un domingo de ir al culto? ¿Porque tenga una aventura de vez en cuando?
¿Porque me gane unos pesos en algún negocio medio turbio?

El mensaje de ayer sigue siendo el mismo para hoy: "Reformen sus vidas".

No intentemos justificar nuestros pecados.

Arrepintámonos.

Necesitamos un trasplante de corazón.

¿Encontraremos un donante? ¿Habrá un donante?

Volviendo a nuestro texto vemos la respuesta de Juan Bautista a este pueblo que espera en terapia intensiva diciendo: El que viene, el Mesías, el Señor, Jesucristo. “Él les dará un corazón nuevo y los bautizará con Espíritu y fuego”. Aleluya…

El es el cirujano, que no con garrote ni con hacha, sino con el amor del Espíritu nos va a operar.
El quemará la paja de nuestro orgullo, de nuestro egoísmo, de nuestros odios…para purificarnos y darnos un corazón nuevo.

Conclusión:

Nosotros que en este 2010 ya hemos perdido el sentido del pecado, que ya no distinguimos entre lo bueno y lo malo, el Espíritu Santo viene en esta tarde –por esta Palabra- para convencernos, hacernos ver, y ayudarnos a confesar nuestros pecados y trasplantar nuestro corazón. Gloria a Dios.

Todos somos convocados, a una doble tarea: Confesar nuestros pecados y abrazar el amor de Dios.

Juan Bautista es la voz de Dios en el desierto.

Pero hay también una voz “dentro nuestro”. Dejémosla resonar en este tiempo. No la apaguemos con razonamientos, ni con pecados.

Hay una voz dentro de cada uno de nosotros que quiere recuperar la inocencia perdida. Dejémosla hoy resonar.

No la apaguemos pensando que es demasiado tarde, que no vale la pena. Que nuestro corazón está medio muerto y no tiene remedio.

Hay un cirujano que lo puede revivir. Que nos puede trasplantar.
Que lo puede cambiar por uno nuevo y vivo…

Ese cirujano se llama Jesucristo de Nazareth y está aquí en esta tarde en medio nuestro.

Vengamos al altar. Entremos a la sala de operaciones y que el cirujano divino trasplante nuestro corazón de piedra por uno conforme al Suyo.

¿Con qué corazón seguiremos viviendo? Ojalá que a partir de hoy con el corazón conforme al Suyo.

OREMOS:


Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Nueva Vida de Del Viso. Buenos Aires 02 Noviembre 2010

domingo, 31 de octubre de 2010

TIEMPO DE ECHAR LAS REDES...

TEXTO: Lucas 5:1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar". Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes". Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: "Apártate de mi, Señor, que soy un pecador". Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres".
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.


INTRODUCCIÓN:


Se cuenta que el inventor del lápiz, antes de meterlo en la caja y enviarlo al mundo le dijo: "Cinco cosas tenés que saber y recordar siempre si querés ser el mejor lápiz del mundo".

1. Podrás hacer grandes cosas, pero sólo si permitís que alguien te use.

2. Experimentarás dolor cuando te saquen punta, pero es necesario si querés ser el mejor lápiz del mundo.

3. Corregirás todas las faltas que cometas.

4. Tu parte más importante está siempre dentro tuyo.

5. Dejarás tu huella sobre toda superficie sobre la que seas usado.
Y a pesar de todo, sigue escribiendo”.

El lápiz lo entendió y prometió recordarlo siempre y después entró en la caja con ese propósito en su corazón.


Reflexionemos si estuviéramos nosotros en lugar de ese lápiz.

1. Podemos hacer grandes cosas, pero sólo si dejamos que el Señor y los demás nos “usen” y, a veces, “abusen”.

2. Sentiremos dolor cuando los problemas de la vida y las dificultades de todo tipo nos “saquen punta”. Lo cual es necesario para crecer y fortalecerte.

3. Corrijamos todos los errores que cometamos.

4. Tu parte más importante está dentro tuyo.

5. Dejá una huella hermosa por donde escribas y pases.


Después de ser rechazado por sus compatriotas de Nazaret, Jesús comienza la aventura de “coleccionar lápices”, hombres sencillos, pecadores, y dispuestos a dejarse afilar, usar y dejar impresa la huella de Jesús en el mundo.
Pedro, Santiago y Juan son los “primeros lápices” de esta colección de Jesús.

Ahora bien… cabe que nos preguntemos: Si Jesús, el hijo de Dios, lo puede todo ¿para qué necesita colaboradores Pastor?
Si Jesús, la Palabra de Dios, lo transforma todo ¿para qué necesita hombres rudos y pecadores?
Si Jesús con su muerte y resurrección lo redime todo, salva a todos, ¿para qué nos necesita a nosotros?
Es que la historia de la salvación iniciada por Dios Padre, consumada por Jesucristo y piloteada por el Espíritu Santo es también nuestra historia.
Dios para nosotros, Dios con nosotros.

En esta barca de Pedro que, a veces “no pesca nada”, y otras muchas “se hunde”, todos somos llamados a “echar las redes” para hacer la pesca milagrosa de Jesús.

Hoy, los protagonistas somos nosotros. Hoy, la pesca del día somos nosotros. Hoy, la barca a la que sube el Señor es la barca de Comunidad Nueva Vida. Y nos invita a echar las redes.

Tal vez hemos trabajado mucho, pero “nos faltó” Su Espíritu, Su presencia.
Hemos trabajado mucho pero “para nosotros” y no para Él.
Hemos trabajado mucho “desde la fuerza de la carne y no desde el poder del Espíritu.
Hemos trabajado mucho “desde nuestra sabiduría”, y no desde la sabiduría de Dios… y “hemos pescado poco”.

¿Te digo algo? Nosotros somos la nueva colección de lápices de Jesús. Él cuenta contigo, con todos nosotros. Aleluya!!! . Cuántos dicen “Heme aquí Señor”

Así como el lápiz deja una obra maestra en manos de un buen dibujante, así también nosotros seremos eficaces en la medida en que Jesús nos afile y nos use con Su poder.

La historia de Isaías, de Pablo y de Pedro son fantásticas. Ellos respondieron a Dios y fueron “lápices eficaces” en Sus manos, dieron gloria a Dios y son parte de esta historia de salvación de Dios con nosotros.

Pero aquí, aunque parezca exagerado amados, no venimos a hablar de ellos, sino a hablar de nosotros.
¿Por qué Pr Flores? Porque el mismo Jesús que llamó a Pedro, Santiago y Juan, nos llama a todos nosotros.

Jesús está hoy en la barca de Comunidad Nueva Vida, no tiene otra, y nos ve cansados y con las redes vacías y nos invita a echarlas otra vez.
Y nos da una red nueva: la Palabra, la oración, la valentía, y nos invita a seguir invitando a los hombres.

CONCLUSIÓN:
Lo nuestro no es llamar a Dios. Lo nuestro es responder a Dios. Responder es dejar las viejas redes y seguir a Jesús.
Eres apóstol, enviado por Dios.
Eres testigo, expresa y vive la alegría de ser hijo.
Eres profeta, habla de tu fe.
Eres mensajero, ayuda a entender.
Eres discípulo, llama como llamó Jesús.
Al llegar a casa toma un papel y lápiz y haz un recuento de las llamadas de Dios y también de tus respuestas.

OREMOS:

Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.

jueves, 21 de octubre de 2010

EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA DE JESÚS Y EN LA NUESTRA

Texto: Lucas 1:35

“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será Santo y con razón lo llamarán Hijo de Dios” (Lc 1:35).

Introducción: Hoy vamos a hablar del Espíritu Santo en la vida y ministerio de Jesús y su efecto en la nuestra.

Lo que entendemos de la Biblia –en relación con este tema tan importante para nosotros- es que El Padre comunica el Espíritu al Hijo en el bautismo en el Jordán. Dice que cuando Jesús sale del agua, “los cielos se rasgaron para él, y vio al Espíritu Santo que bajaba sobre él en forma de paloma” (Mc 1: 10).
¿Qué hace el Espíritu en esa oportunidad Pr. Flores?

Desciende, se posa en Jesús y queda con él el resto de su vida.

Y acá hay una tremenda enseñanza para nosotros: El Espíritu Santo nos comunica la vida divina.
Todo viene de Dios. El Espíritu Santo es la vida de Dios en nosotros.
Cuando dice que el Espíritu baja en forma de paloma ¿qué quiere decir?, que lo importante no es la paloma, sino “el nido” que lo recibe.
Cuando se lee en el Evangelio que «la paloma baja sobre Jesús» se está diciendo que Jesús es el lugar donde anida el Espíritu, el lugar donde habita el Espíritu, y que habita de una manera permanente.

Después de la gloria del bautismo. “El Espíritu empuja a Jesús al desierto” (Mc 1:12).
¡Me gusta eso! ¡Tiene cada ocurrencia el Espíritu! Como el viento, lo suyo es empujar, mover; y a veces al punto de desconcertarnos.

Significa que el Espíritu no se detiene. La vida en el Espíritu no “es estación”, sino camino, itinerario que ha de inventarse día a día.

Un creyente que se coloca “al resguardo”, no es alguien que se pone bajo Su guía. Es –más bien- alguien que se “ha escapado” a la fuerza del Espíritu, que se ha sustraído a su “soplo”.
Escapar del desierto es un símbolo de indocilidad al Espíritu.

Y fijémonos en Lucas que retoma la narrativa después de las tentaciones del desierto.
Y entonces tiene lugar una de las escenas más significativas del Evangelio y que nos manifiesta la toma de conciencia de Jesús de su propia misión, su unidad con el Espíritu (Lucas 4:14-22)
“Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu, y su fama corrió por toda la región. Enseñaba en las sinagogas de los judíos, y todos lo alababan. Llegó a Nazaret, donde se había criado, y, según acostumbraba, fue el sábado a la sinagoga. Cuando se levantó para hacer la lectura, le pasaron el libro del profeta Isaías; desenrolló el libro y halló el pasaje en que se lee: ´El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer la buena nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor´. Jesús, entonces, enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Y todos los presentes tenían los ojos fijos en él. Y empezó a decirles: “Hoy se cumplen estas profecías que acabáis de escuchar”. Todos lo aprobaban, muy admirados de esta proclamación de la gracia de Dios”.

El Espíritu reviste a Jesús de Su fuerza para cumplir la misión. Aleluya. Este es un ejemplo deslumbrante de la obra del Espíritu en Jesús: la sabiduría, que deja atónitos a sus conciudadanos cuando escuchan de sus labios, la proclamación inspirada de las Escrituras; la autoridad con que afirma que la profecía hecha por Isaías hace casi mil años se está cumpliendo ante los ojos de ellos.

Con esa actitud personal por una parte, deja obrar al Espíritu Santo en sí y, a través suyo, el plan de salvación del Padre.

Y, por otra parte, al mismo tiempo nos muestra con Su ejemplo lo que el Espíritu Santo, guardadas todas las distancias, está dispuesto a hacer en nosotros como soberanamente hacía en él.

Pero hay algo más que nos quiere decir la Palabra.
Si el Espíritu guió, inspiró y dio fuerzas a Jesús en su predicación y en su vida, también lo hizo de manera especial en su pasión y muerte.
Me gusta la Carta a los Hebreos porque lo dice con significativa claridad: “Cristo, movido por el Espíritu eterno, se ofreció a Dios como víctima sin mancha; su sangre purifica nuestra conciencia de obras muertas, para que, en adelante, sirvamos al Dios vivo” (Heb 10:14).
Si el Espíritu estaba con Jesús en su pasión, con más gloria y poderío lo estuvo aún en su resurrección.
Es Pablo el que nos presenta la resurrección de Jesús como obra suprema del Espíritu.
Dice al comienzo de su carta a la iglesia de Roma: (Rom 1:2-4) “Esta Buena Nueva, anunciada de antemano por sus profetas en las Santas Escrituras, se refiere a su Hijo, que nació de la descendencia de David, según la carne, y que, al resucitar de entre los muertos, fue constituido Hijo de Dios con poder, por obra del Espíritu Santo”.


Conclusión:
El Espíritu estuvo al principio de la vida de Cristo en la Encarnación (Lc 1: 35). Lo acompañó durante su vida, en la misión (Lc 3: 21; 4, 16; 10:21). Y estuvo con él hasta el final de su vida, en la muerte y resurrección (Heb 9:14 y Hchs 2:33)
Tomémonos de esta enseñanza y asumamos la paternidad del Espíritu sobre nuestras vidas.
El se ofrece como “Paracleto”, como nuestro ayudador para toda la vida. Aceptemos de buena gana su propuesta. Rindámonos a Su obrar. Jesús dijo: “Sin mí nada podéis hacer” . Pero las Escrituras también dicen que: “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”.
Dejemos de “caminar en nuestras fuerzas” que no es otra cosa que estar detenidos en la “estación de la vida” y dejemos que Él en esta mañana “nos sople” empujándonos a una vida de logros y realizaciones.


Oremos amados:

Que el Señor nos bendiga y tengamos una semana de oportunidades.
Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿CONOCEMOS AL ESPÍRITU SANTO?

Introducción:

Hoy vamos a hablar del Espíritu Santo.

Necesitamos conocer más de Él y su obrar en nuestras vidas. Jesús dijo “Sin mí, nada podéis hacer”. Y como Comunidad necesitamos ser enseñados en este tema si es que vamos a ser eficaces testigos suyos. Y….
Oración de transición:
El mejor camino para conocer al Espíritu Santo es recurrir a los símbolos que la Biblia usa para definirlo.

Cuerpo del mensaje:


1.- Cuando describe su actuar en el hombre y en la Iglesia. El Espíritu Santo es representado como NUBE, (Números 17:7-8).
La Nube del Espíritu cubre y protege al mismo tiempo. Y sin la fuerte influencia del Espíritu Santo carecemos de cobertura. Qué en esta mañana podamos decir: “Gracias Señor porque tu cobertura me da confianza para vivir sin temor”
Necesitamos cobertura. Además de la lucha con Satanás, tenemos la lucha del día a día: Somos necesarios en nuestra casa, con nuestros hijos, en el trabajo, en la provisión diaria, en la demanda del Ministerio, Sobreexigidos sin la presencia del Espíritu, bajaremos los brazos en cualquier momento. Llenémonos esta mañana del Santo Espíritu y vivamos en las luchas de cada día fortalecidos.


2.- Pero también es presentado como LUZ, porque el Espíritu Santo nos es dado para entender los misterios de la Gracia.
Es que sin el Espíritu de Dios las verdades del Reino no las podés entender.
En Efesios 1: 15-19 Pablo ora pidiendo: “Pido el Dios de nuestro Señor Jesucristo, les dé sabiduría espiritual para entender su revelación y conocerlo mejor. QUE ILUMINE SUS MENTES para que sepan cuál es la esperanza a que los ha llamado, y cuán gloriosa y rica herencia da a los que suyos, y cuán grande y sin límite es su poder, el cual actúa en nosotros los que creemos…”.
Por eso como Comunidad debemos pedir siempre: ¡Ven, Espíritu Santo e ilumina nuestra mente y corazón a fin de que oremos, actuemos y ministremos como conviene a Tus Planes y propósitos. Quién vive lleno del Espíritu obtiene resultados fantásticos porque planifica su vida y ministerio de acuerdo a Su voluntad.


3.- El Espíritu Santo también es representado como PALOMA, en cuya forma visible descendió sobre Jesús cuando fue bautizado.
En el A T, la paloma fue mensajera de la reconciliación de Dios con la humanidad en tiempos de Noé.
Había llevado a aquel patriarca el anuncio del término del diluvio que sufría la tierra (Gen 8: 9.11).
En el N T, esta reconciliación tiene lugar mediante el bautismo, del que habla Pedro, refiriéndose a las ‘personas… salvadas “a través del agua” en el arca de Noé (1 Pe 3:20-21).
Por consiguiente, el Espíritu Santo, es Amor, derramado en los corazones de los hombres, como dice Pablo (Rom 5: 5), y es también quien da la paz.
Nunca verás irritado ni agitado a quien vive bajo la unción del Espíritu Santo. ¿Cuántos de los que estamos acá necesitamos cura para nuestras emociones y corazón? El remedio es el Espíritu Santo. Pongámonos esta mañana bajo Su Señorío y El solucionará los problemas del corazón.


4.- El Espíritu Santo es representado también como AGUA.
El agua simboliza vida que es concedida por Dios a la naturaleza y a los hombres.
Isaías 41:18 dice: “En las alturas abriré arroyos y en medio de las barrancas manantiales. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra árida en manantial de aguas”

¿A que se refiere aquí Pr. Flores? Es una alusión a la “influencia vivificante” del agua.
El profeta aplica este símbolo al Espíritu, uniendo agua y Espíritu de Dios, cuando proclama en Is 44:3 ‘Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tu linaje… Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a comentes de aguas’. Así señala Isaías el poder vivificante del Espíritu, simbolizado por el agua.

Además, el agua libra a la tierra de aridez (Is 18: 41.45).
El agua sirve también para satisfacer la sed del hombre (Is 43:20).
El agua es símbolo de purificación, como se lee en Ezequiel: “Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré” (Ez 36: 25).

En la visión de Ezequiel 47, el agua viva del profeta crece y se vuelve más poderosa a medida que corre.
La tierra entre Jerusalén y el mar Muerto era un desierto pedregoso, desolado, incapaz de sostener la vida.
Sin embargo, en esta visión, la corriente de agua viva hace surgir y sostiene la vida de una manera milagrosa. Cuando por fin, el agua alcanza el Mar Muerto lo transforma completamente. Aleluya!!!!

La visión presenta un claro mensaje sobre el poder divino dispuesto a nuestro favor.
Es que en realidad la Gracia de Dios amados produce vida. La Gracia de Dios conquista la desolación del “desierto de Judea” y brinda vida a las aguas del “Mar Muerto”. ¡Cuánto necesitamos del Espíritu en nuestras vidas! Y lo bueno es que ese Espíritu está a disposición nuestra siempre.
Y la coronación de todos estos textos se encuentra en las Palabras del Apocalipsis sobre el río de agua viva, límpida como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza de la ciudad, a una y otra margen del río, hay árboles de vida… Sus hojas sirven de medicina para los gentiles (Ap 22: 1.2).

La Iglesia toda y nosotros como Comunidad Nueva Vida, somos llamados “a regar” a nuestro barrio y al mundo con el agua viva del Espíritu de Amor. Por eso volvamos hoy a llenarnos del Espíritu Santo. Dejemos la apatía y la indiferencia para “los religiosos”. Tenga el Ministerio que nos fue dado la particularidad de llenar corazones. Seamos canales del Espíritu. Vibrantes mensajeros del Evangelio. No copiemos “modelos humanos de ministerios” Busquemos Su presencia y dejémoslo fluir.


5.- El Espíritu Santo es representado también como FUEGO.
El fuego siempre está presente en las teofanías del Antiguo Testamento.
En ocasión de la alianza establecida por Dios con Abrahán (Gen 15: 17)
En la zarza que ardía sin consumirse cuando el Señor se manifestó a Moisés (Ex 3: 2)
Y la «Zarza ardiente» es símbolo del amor de Dios que quema sin agotarse; e igualmente en la columna de fuego que guiaba por la noche a Israel a lo largo del camino en el desierto ( Ex 13: 21-22).

El fuego está presente, de manera especial, en la teofanía del monte Sinaí (Ex 19: 18).
El fuego simboliza, por lo tanto, la presencia de Dios.

La Biblia afirma muchas veces que “nuestro Dios es fuego consumidor” (Heb 12: 29).
Las Palabras que provienen del Espíritu Santo son “como fuego” (Jr 5: 14; 23: 29), tienen la eficacia que las palabras humanas no poseen.

La imagen del fuego la vemos en Pentecostés en las lenguas de Fuego (Hch 2:3). El símbolo de las lenguas de fuego.
Si el fuego simboliza la presencia de Dios, el de ‘lenguas’, queda explicado inmediatamente cuando el autor añade: ‘Se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse’ (Hech 2, 4).

El FUEGO además, puede producir terribles incendios y destruir todo a su paso, y entonces es imagen de juicio.

Algunos textos nos recuerdan esta expresión del fuego: “He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos, ardiente su ira y pesada su opresión. Sus labios llenos están de furor, su lengua es como fuego que devora, y su aliento como torrente desbordado que cubre hasta el cuello” (Is 30: 27-28)… “Sucederá que, de un momento a otro, de parte de Jehová serás visitada con trueno, estrépito y estruendo, turbión, ventolera y llama de fuego devoradora” (Is 29:6).

El fuego está asociado aquí claramente a una acción purificadora y transformadora de Dios.
Frecuentemente la Biblia nos habla del FUEGO con que se purifica el oro, que al fundirse permite separar el metal puro de la escoria.
Es la obra que el Espíritu Santo realiza progresivamente en el creyente limpiándolo, purificándolo, santificándolo.
Y este Fuego no quema ni destruye al hombre, solo al pecado.

Necesitamos fuego queridos. El cristiano de estos tiempos necesita fuego.
El profeta Elías pidió que Dios respondiera a través del envío del fuego. 1 Re 18: 21-24. 36-39.
Dios quiere enviar una pasión a nuestro corazón. «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!» (Lc 12: 49) dice Jesús, hablando del «fuego» de su pasión, es figura del «fuego de amor», este amor no se extingue, es más, es capaz de «incendiar» otros corazones.

Como los soldados del Gedeón bíblico propongámonos avanzar con la antorcha de la llama del Espíritu de Dios: “en la izquierda tenían las antorchas y en la derecha los cuernos para hacerlos resonar” (Jueces 7:20) y celebrar así los triunfos de nuestro Dios.
El quiere que le amemos con intensidad no con mediocridad ni con tibieza. Hay muchos que viven a Cristo sin pasión, gente apagada.

Ap 2:2-5 La falta de Pasión por Cristo es pecado. Es una trampa pensar que podemos amar a Dios con tibieza, frialdad, pero no es así. El quiere un amor total porque esa es la manera como él nos ha amado, Nos ama de una forma intensa.
Algo más. Una cosa es tener el fuego y otra muy diferentes es mantener el fuego.
¿Vos tenés? O ¿mantenés el fuego? La clave está en mantener el fuego, muchos comienzan emocionados pero conforme avanzan van perdiendo el fuego. Van perdiendo la pasión por el Señor. Por eso 2 Tim 1:6 Pablo le pide a Timoteo: “Aviva el fuego que hay en ti”. Es decir, el fuego que está en nosotros debe ser avivado.
No debes conformarte con tener fuego, no debes conformarte con tener un toque de Dios. Tienes que ser Llama viva del Espíritu Santo que da calor. Debes mantener lo que Dios te está dando, porque el fuego tiende a apagarse, Pablo dice: NO APAGUEN EL ESPÍRITU (1 Tes 5: 19).
Hay quienes tienen el ministerio de “bomberos espirituales” quieren apagar el fuego que hay en ti. Muchos te dicen: “Se te ve muy consagrado, ya se te pasará”.
Necesitamos gente encendida, hombres encendidos. Porque así se encenderán otros. Tú eres una antorcha en lugares de necesidad.
Ser encendidos es una necesidad. Zac 12: 6. Las moscas no se acercan al fuego. Una víbora huye cuando hay fuego y todas las víboras huirán donde hay un fuego encendido. Hch 28.


6.- Y para que el fuego se mantenga necesitas viento. El Espíritu es VIENTO.
El viento fuerte en la Biblia ‘anuncia’ la presencia de Dios. ‘Vi un viento huracanado que venía del Norte, una gran nube con fuego fulgurante’: es la teofanía descrita al comienzo del Libro del Profeta Ezequiel (Ez 1: 4).

En particular, el soplo del viento es la expresión del poder divino que saca del caos el orden de la creación (Gén 1: 2). Y es también la expresión de la libertad del Espíritu: ‘EI viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va’ (Jn 3: 8).

El viento puede ser un terrible huracán, (ráfaga) y entonces representa el poder del Espíritu. En Pentecostés, se oyó un estruendo como de viento fuerte que soplaba y que llenó toda la casa, cuando descendió el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es fuerza: “Y de repente vino un estruendo del cielo.” generando una gran expectativa en torno a lo que estaba sucediendo.

Lo que me llama la atención amados es que los reunidos nunca buscaron las señales externas, el estruendo llegó “de repente”, las lenguas como de fuego “se les aparecieron”. Las señales son para los incrédulos ¡para que crean! Las señales siguen al creyente y no el creyente a las señales. Jesús mismo afirmó: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echaran fuera demonios, hablaran nuevas lenguas…” (Mc 16:17)

Estoy definitivamente convencido (después de tantos años de experiencia pastoral) que buscar las señales nos coloca en riesgo de ser un milagro-adictos, señal-dependientes, sensacionalistas de cuarta…
Es triste decirlo amados pero en algunos círculos cristianos buscamos las señales y no al dador de las señales. Buscamos las señales como un fin.

Las señales llegarán indefectiblemente… pero… “de repente”, como consecuencia de la presencia de Dios.

Pero también puede ser UN SILBO APACIBLE, (soplo, brisa) ‘el susurro de una brisa suave’ habla de intimidad (1 Re 19: 12).
Sabemos que, cuando Jesús, tras la resurrección, se apareció a los discípulos, ’sopló’ sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’ (Jn 20: 22-23).
El soplo es figura de la íntima suavidad con que el Espíritu se comunica con nosotros.
El Espíritu está soplando de esa manera en estos días. Buscando que intimemos con el Señor… ¿¿¿Será que nos estamos haciendo los distraídos??? Que el Señor tenga misericordia de nosotros amados. ¿Qué tanto intimamos con Dios? ¿Mucho? ¿Poco? ¿Cuándo puedo? ¿Cuándo tengo una urgencia?

7.- Todos sabemos que un buen combustible del fuego es el aceite. Y ACEITE es otra figura del Espíritu. También la unción con el aceite pertenece a la tradición del Antiguo Testamento.
Recibían la unción, ante todo, los reyes, pero también los sacerdotes y a veces los profetas.
El símbolo de la unción con el aceite expresa la fuerza necesaria para el ejercicio de la autoridad.

En su intervención en la sinagoga de Nazaret, al comienzo de su vida pública, Jesús se aplica a si mismo el texto de Isaías que dice: ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido Dios’ (Lc 4:18).

El texto de Isaías sobre la “consagración con la unción” se refiere no a las “caídas y borracheras” (a las que no discuto ni critico), pero a la fuerza de naturaleza espiritual necesaria para cumplir la misión confiada por el Señor a alguien a quien eligió y envió.

Jesús nos dice que este elegido de Dios es El mismo, el Mesías: y la plenitud de la fuerza conferida a Él es su propiedad de Mesías, es decir, ungido del Señor.

El Espíritu Santo “unge” al bautizado, imprimiéndole su sello indeleble ( 2 Co 1: 21-22).

Significa entonces que el Espíritu Santo es el Sello de Dios. El Sello del Espíritu es la identificación con Cristo, prenda de salvación. Es señal de protección, de pertenencia.
Con esta “unción” espiritual, el creyente puede, a su manera, repetir las palabras de Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre mí; por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, y a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4: 18-19; Is 61: 1-2)

En los Hechos, Pedro alude también a la unción que recibió Jesús, ‘cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo bienes y curando a todos los oprimidos por el Diablo’ (Hchs 10: 38).

Así como el aceite penetra la madera, de la misma manera el Espíritu Santo penetra todo el ser del Mesías-Jesús, dándole el poder salvador de curar los cuerpos y las almas.

La participación en la unción de Cristo con el Espíritu Santo pasa a todos los que con fe lo recibimos como escribe Juan: ‘están ungidos por el Santo’, y esa unción ‘permanece’ en ustedes (1 Jn 2: 20. 27).
Y esta unción constituye la fuente del conocimiento, pero también la fuerza necesaria para ejercitar la Autoridad que nos fue delegada por Dios.
¿Falta autoridad en nuestras prédicas? ¿En nuestras oraciones? ¿En nuestras palabras al ministrar a las personas?
Vengamos esta mañana a llenar de nuevo nuestros corazones.


8.- Finalmente: El Espíritu Santo es representado como VIDA.
El Espíritu vivifica como hizo en la Comunidad reunida a la espera de la “Promesa de Dios” (Hech 2:14; Lc 24:49; Hech 1:8).
Ya Jesús le había dicho a Nicodemo: “En verdad te digo: el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn 3: 5).
Esta es la vida de Dios recibida por el Espíritu.
El eterno hijo de Dios es el autor de la vida que obtenemos al recibir al Espíritu de Cristo.
Estar llenos del Espíritu es estar llenos de vida. De lo contrario nuestro estado, pese a estar en la Iglesia, es estar vacíos de ella.


Conclusión:

Necesitamos gente encendida, hombres encendidos.
Solo nos convertiremos en hombres nuevos si el Espíritu Santo nos libera de nuestras ataduras y prejuicios.

El Espíritu quiere ayudarnos en esta mañana a vivir como Cristo vivió. A tener como Comunidad una actitud profética y evangélica ante las dificultades del presente y a ser testigos poderosos de Él.

Acerquémonos al altar esta mañana y seamos configurados por el Espíritu en un nuevo hombre para la gloria del Señor. Abrámonos al Espíritu y seamos enseñados por Él. Recordando lo que dijo Jesús: “Sin mí, nada podéis hacer”

Oremos:

Rev. Raúl Flores
Mensaje preparado para ser predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.

sábado, 16 de octubre de 2010

QUITANDO EL CORAZÓN DE PIEDRA

Texto: Prov. 21:2

INTRODUCCIÓN:
“El Señor pesa los corazones”. Las pesas del Señor son fieles y exactas. Dios no puede ser engañado en ningún momento. Todos los propósitos, pensamientos, palabras y acciones de los hombres están puestos sobre la balanza desde el primer momento de su existencia.

Es triste decirlo amados pero muchos somos cumplidores de “ritos religiosos” sin habernos convertido de verdad. Y así, de esa manera, nos ganamos la queja de Dios: “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí” (Is 29:13; Mc 7:6)

Y ¿que cosa es el Corazón de Piedra Pr. Flores? Es un corazón duro, egoísta.
Jeremías dijo: “nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano, ¿quién podrá comprenderlo?” (17:9).
Es que en realidad amados, la raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad.
Según la enseñanza del Señor: “De dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Esto es lo que hace impuro al hombre” (Mt 15:19-20).

Ahora bien, hay variedad de pecados. La Escritura contiene varias listas. “Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, ira, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales les prevengo como ya les previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios” (Gál 5:19-21; Rom 1:28-32; 1 Cor 6:9-10; Ef 5: 3-5; Col 3:5-8; 1 Tim 1: 9-10; 2 Tim 3:2-5).

Ahora bien escuchen con atención: En el tema del pecado hay dos errores o extremos:

En primer lugar, hemos perdido el sentido del pecado. Como si se tratase de la cosa más inocente del mundo. Se habla del pecado, incluso de los más graves, en diminutivo: “pecaditos”, “pequeños vicios”. Si mentimos decimos que es una “mentira piadosa”.
Vivimos sin dudas en una cultura minimalista. Es que para ser honestos, en el hoy de nuestra historia hay un adormecimiento de las conciencias, una especie de anestesia espiritual; estamos todos más o menos anestesiados. Ya nadie tiene miedo a hacer cosas que rompa su relación con Dios. Se nos olvidó que el pecado destruye. Nos hemos acostumbrado al pecado y allí está el problema.

En segundo lugar es el concepto de la CULPA. Es el extremo de la gente escrupulosa.
Arrastramos culpas “siendo duros” con nosotros mismos. Otros predican para generarle culpas a la gente “Sos muy malvado” De esa manera se tiene la impresión que a más culpa menos pecado y eso de ninguna manera es así.

Está claro que la culpa daña al hombre. ¿Recuerdan a Pedro y Judas? ¿Los dos fueron culpables o no? Claro que si, pero se diferencian en que Judas no pudo con el peso de la culpa y Pedro volvió a buscar al Señor.

¿Se acuerdan de David? en 2 Samuel capitulo 11. David, tiene una sucesión de pecados: Lujuria, adulterio, mentira, asesinato, perjurio.

¿Qué deberíamos hacer entonces Pr. Flores?

LO PRIMERO: RECONOCER EL PECADO. Este paso es bien fundamental: “Si decimos “que no tenemos pecado”, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia” ( 1 Jn 1:8-9).

Miremos a David. Lo primero que intenta y hace es cubrir su pecado. Quiere tapar su pecado, mandando a Urias a acostarse con su mujer.

Tres cosas que el pecado hace siempre: Te llevará más lejos que querías ir. Un pecado lleva a otro, el asunto va aumentándose.
Nunca pensamos ir tan lejos.
Te retendrá más tiempo del que querías quedarte.
Te costará más de lo que querías pagar.

Y para reconocer el pecado necesitamos humildad.
Interesante es notar que la Palabra Humildad tiene su raíz en el término “Humus” que en Latín significa “tierra”, por lo tanto, cuando queremos mirar al verdadero sentido del término ya no es el significado que la mayoría de nosotros le atribuye, es decir, refiriéndose a una persona apocada, callada, sino que se refiere a una persona con mucha conciencia de si mismo, “que tiene los pies en la tierra” para poder conocerse mejor y así conocer a los demás.

Esto significa que es muy importante asumir que uno es lo que es y no lo que quisiera ser. Asumir la propia persona: Reconocer mis limitaciones, aceptar que me equivoco, ser tolerantes con los demás.


LO SEGUNDO ES ARREPENTIRSE. Los Hechos de los Apóstoles nos cuentan que al oír aquella terrible acusación de Pedro, “Vosotros habéis crucificado a Jesús de Nazareth”, los presentes se sintieron con el corazón traspasado y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: “¿Qué tenemos que hacer?” Pedro les contestó: “Arrepentíos”. (Hch 2: 36-38)
El segundo paso, por lo tanto, hermanos, es arrepentirse del pecado.
El arrepentimiento es la primera palabra del mensaje del Evangelio Mc 1:1;14-15.
Fue el tema principal del primer sermón de nuestro Señor, y su último. Lc 24: 47

Ahora bien amados, que no nos confundan. Lo que no es arrepentimiento:

Los políticos no se arrepienten, se justifican. Las actrices, los cantantes se “re – inventan”
La incredulidad, el desaliento o el desespero no ayudan al arrepentimiento, antes tienden a endurecer el corazón.
A veces tenemos una idea triste del arrepentimiento, como si fuera principalmente causa de depresión, o de bajar la autoestima.

Por el contrario el arrepentimiento surge de una conciencia. De un extrañamiento: ¿Dónde estás? Es la pregunta que le hizo Dios a Adán. ¿Dónde estoy? fue la pregunta del Hijo Pródigo. Es tener conciencia de que fui creado y soy llamado a cosas mejores, a cosas más bellas, a cosas más limpias, a cosas más santas.

El arrepentimiento no es un movimiento hacia abajo, eso sería más bien desesperación, el arrepentimiento es un movimiento hacia arriba, eso se llama conversión. No somos llamados a la desesperación, somos llamados a la conversión.

El temor del infierno, y un sentimiento de la ira de Dios, tampoco causa arrepentimiento. Un poco de esto puede acompa–ar el arrepentimiento, pero no es arrepentimiento de verdad.

Lo que sí es arrepentimiento:

Es la oportunidad que le damos a Dios y que nos damos también a nosotros para que Dios obre.

Es la capacidad de reconocer la propia responsabilidad. Para arrepentirse hay que aceptar la realidad, la verdad del pecado.

Pero la verdad del pecado, es la mitad de la verdad, la otra verdad es que existe el perdón. Que existe la Gracia. Que existe el poder recreador de Dios. Dios es capaz de construir. El arrepentimiento es obrado en el corazón por el sentimiento del amor Divino.

“Por qué menospreciaste al Señor” Le dice Natán a David. Muchas veces nos quedamos en la dimensión horizontal del pecado. Natán el profeta hace ver que la cosa es muy distinta. Hay una gravedad mayor. No apreciar lo que Dios ha hecho por ti.

El arrepentirse es una luz, una ayuda. En el caso del pecado de David, hubo un toque en la puerta del palacio… Fue una visita que David jamás olvidaría. Dios es fantástico en ajustar cuentas. El profeta Natán no fue a visitar a David por su propia cuenta, sino que fue enviado por Dios. “Entonces el Señor envió a David (2 Sam 12:1) Dios esperó hasta que llegó el momento perfecto.
El tiempo de Dios es increíble. ¿Cuando Fue enviado Natán? ¿Inmediatamente después del acto de adulterio? No. ¿Inmediatamente después que Betsabe dijo: “Estoy embarazada? No. ¿Inmediatamente después que asesinó a Urías? No. Inmediatamente después que se casó con la esposa embarazada de Urías? No. ¿Inmediatamente después del nacimiento del niño? No.

Dios no sólo sabía cuál era el momento perfecto, sino que escogió la persona perfecta. Natán era un hombre que gozaba del respeto de David.

Amados, podemos aprender una gran lección ante las palabras de Natán a David: El reconocimiento sincero y franco de nuestro pecado.

David dijo: “He pecado… no he escondido mi pecado. Contra ti, contra ti sólo he pecado”
“He pecado contra el Señor”: Es una confesión que surge del dolor que no es otra cosa que romper definitivamente con el pecado..

Pablo dice: “¿Qué diremos, pues? ¿Debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De ningún modo! Los que hemos muerto al pecado ¿cómo seguir viviendo en él?” Tened esto presente: nuestro hombre viejo ha sido crucificado para que fuera destruido el cuerpo del pecado y ya no sirvamos al pecado. “Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús”. “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal”. (Rom 6:1-2; 6:11-12).
Este paso consiste, en decir ¡basta! al pecado. Esta es la fase de la decisión.


LO CUARTO: CONSISTE EN DESTRUIR EL CUERPO DEL PECADO CON EL PERDÓN.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). El hombre puede cometer pecado, pero no puede destruirlo. Sólo Dios puede perdonar los pecados.
En el momento en que confesamos nuestros pecados, Dios es fiel para perdonarlos.
“De ti Dios nuestro, es propio el ser compasivo y perdonar al que se rebela contra ti”. (Dn 9:9)

DIOS te perdona. Es un nuevo comienzo.
Nosotros rápidamente perdemos la paciencia cuando nos ofenden, pero no es así con Dios. «Tú has perdonado a este pueblo desde su salida de Egipto hasta ahora» (Núm. 14:19).
No hay lugar para el desaliento: Si el Señor perdonara los pecados raramente y de vez en cuando, valdría la pena buscar su favor como y donde fuera, aun a riesgo de no conseguirlo; pero Aleluya, ahora podemos volvernos a El con una segura y cierta esperanza de perdón.
El rey “se conmueve”. (El primer verbo pertenece al vocabulario de la “misericordia”, el mismo verbo que describe la reacción del buen samaritano frente al herido, en Lc 10,33; o la del papá misericordioso frente al hijo pródigo, en Lc 15,20). El rey se deja tocar el corazón por la necesidad y súplica del pobre, y le “perdona” la deuda completamente, no a plazos. EL PERDÓN ES TOTAL. La inmensidad de su corazón ha sobrepasado aquella gran deuda. El amor fue mucho más allá de lo pedido. No piensa en la gran suma de dinero que tiene el peligro de perder. Ofreció –inmerecidamente- un perdón generoso frente una deuda impagable.

Debemos perdonar cuando aún nos adeudan, no porque hayan cancelado la deuda. “Yo sanaré su infidelidad, los amaré sin que lo merezcan”. (Os 14: 5)

El Rey -Dios- supera todo lo que aquél hombre esperaba. El amor y perdón excede de lo que podemos pensar. Lo más significativo del perdón no es la remisión de una pena merecida, sino el hecho de que el amor de quien perdona se ve más claramente como inmerecido. Así lo reconoce Pablo: “Apenas hay quien muera por un hombre honrado y, sin embargo, Cristo murió por los impíos” (Rom 5:7).

Dios nos ama por encima de nuestro pecado. Dios siempre perdona, pues aunque nuestros pecados parezcan algo tremendo, ante su gran amor no pasan de ser una insignificancia. Podemos, pues, contar siempre con ese perdón.
Literalmente El perdona y olvida. “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25). Dios jamás trae a la memoria un pecado que ha sido confesado y perdonado.

Los recuerdos y los sentimientos de culpa que acosan al creyente provienen del enemigo y principal opositor, Satanás, no de Dios.
Dios a través del perdón sana. La mujer adultera de (Jn 8) Dice que a la mujer la encontraron en el acto, ¿te imaginas la vergüenza de esa mujer?, la llevan donde está Jesús, no fue un chisme. Y ¿cuál fue la actitud de Jesús con ella?. “Vete y no peques más”. Su Palabra es sanadora, esa es una palabra de sanidad. No es una exhortación, la sano a través del perdón que le dió. “Replicó el centurión: Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarle”: (Mt 8:8)
CONCLUSIÓN:
Necesitamos conversión del corazón.
Es el Señor Dios mismo quien nos ha prometido: “Yo cambiaré su corazón de piedra en un corazón de carne” (Ez 36:26). No olvidemos amados que la conversión perfecta, o lo es de corazón o no lo es.
El llamado del Señor es a la conversión profunda y sincera, y este llamado nos lo hace de varias maneras:
Rasguen sus corazones y no las ropas (Joel 2: 13)
Arrepiéntanse de corazón. Circunciden el corazón (Jer 4:4; Dt 10:16; 30: 6)
Un corazón contrito y humillado tú no lo desprecias, Señor (Sal 51:18; Dan 3: 40)
Señor, crea en mí un corazón puro (Sal 50:7)
Dios salva a los de corazón sincero (Sal 7: 10)
Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios (Mt 5)
Señor, queremos seguirte de todo corazón (Dan 3: 41). Pues el día que eso sucede lo amaremos de todo corazón, lo seguiremos de todo corazón, lo aceptaremos de todo corazón, lo anunciaremos de todo corazón… pues donde está tu tesoro allí está tu corazón (Lc 12:24)

“No se de dejen vencer por el mal, antes bien, venzan el mal con el bien” (Rom 12:21).

Rev. Raúl Flores

Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Argentina.

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro