sábado, 27 de noviembre de 2010

LA MISION DE LA SAL

Mateo 5:13-16

Objetivo específico:

Hoy vamos a hablar de hacer la diferencia. Estamos llamados a hacer la diferencia, porque en Cristo y bajo la influencia del Espíritu Santo somos llamados a ser diferentes.


Introducción:

Se cuenta de una viga de hierro muy dura que había que romper.
"Yo haré el trabajo", dijo el hacha. Y comenzó a golpear con fuerza el hierro y a cada golpe que daba su filo se iba dañando hasta que tuvo que dejar de golpear.

"Dejame a mí", dijo la sierra. Y comenzó a trabajar la superficie del hierro hasta que sus dientes se gastaron y se rompieron dándose por vencida.

Ah, dijo el martillo, yo sabía que ninguno de ustedes podría. Mírenme. Y después del primer golpe, el martillo voló por el aire y la viga de hierro seguía igual.

Finalmente la llama de fuego pregunta tímidamente"¿Puedo probar yo?"

"Ni se te ocurra", le contestaron el martillo, la sierra y el hacha. "¿Qué podés hacer vos?"

Pero la llama rodeó el hierro, lo abrazó, calentó y no lo dejó hasta que se fundió bajo su influencia poderosa.

¿Moraleja?

La persistencia de la pequeña llama de fuego rompió la viga de hierro.

Cuerpo del Sermón:

El Señor nos dice hoy que sus discípulos tenemos que ser persistentes, eficaces y que tenemos que hacer la diferencia, que tenemos que estar presentes si queremos impactar nuestro entorno.

"Ustedes son la sal de la tierra" Vs 13

Ustedes "son". No dice deberían ser... ojalá fueran.
Da por hecho que somos.

El Señor nunca habla de deseos ni de buenas intenciones, habla de una nueva realidad, de una transformación profunda realizada en cada creyente por el Espíritu Santo.

En este "enorme cocido" que es nuestro mundo donde hay todos los ingredientes: droga, violencia, sexo, esclavitud, avaricia, escándalos… el Señor nos dice, “ustedes son la sal”.

Y ¿para qué servía la sal Pr. Flores?

La sal servía para preservar los alimentos, la sal era fuente de vida. Es la que da sabor a la comida, no es egoísta, se diluye, no se ve, es simplemente “para los demás”.

Y esa es nuestra misión amados: la misión de la sal. Preservar nuestro ambiente, nuestro barrio, nuestra comunidad para que no se corrompa, para que la vida florezca, para que la paz y la justicia sean para todos.
Para que la salvación de Cristo llegue a todos, para que el mal y el maligno no triunfen.

"Dar sabor" a este enorme cocido que es nuestro mundo, el sabor del bien, del servicio, de la generosidad, del Evangelio, el sabor de la cruz de Cristo y de Su resurrección.
“Y perderse”, o sea, diluirnos como la sal.

No existimos sólo para nosotros, existimos para los demás.

Cristo no vino para que le dieran una medalla por los servicios prestados. Vino para darse y darse a todos y por todos.

“Pero si la sal se desvaneciere…” Vs 13
Un aviso de Jesús para todos nosotros. ¿Qué preservamos? ¿A quién damos sabor?

"Recibamos la luz de Cristo" en esta mañana.
Luz llamada a brillar e iluminar a toda la familia, a toda la sociedad.


Conclusión:

¿Saben cuál es la diferencia entre el termómetro y el termostato?
El termómetro refleja simplemente el entorno. Nos dice la temperatura, si hace frío, si hace calor.
El termómetro “no” ejerce ninguna influencia sobre su entrono, más bien es influenciado por él.

El termostato es diferente, tiene poder, energía. Pone en marcha la calefacción, regula la temperatura, cambia las cosas. Influye en su entorno.

¿Y nosotros en Comunidad Nueva Vida qué somos? ¿Termómetros o termostatos?

"Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo". Vs 13 y 14

Estamos aquí, en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires, porque la luz del Señor ha iluminado nuestra vida.

¿Qué vamos a hacer entonces con esa sal y esa luz?

La fe es “el interruptor” que enciende la luz.
Sin fe, nuestra sal no vale nada y nuestra luz está oculta.

Amados,lo único que tenemos que hacer para ser termómetros es “dejarnos llevar por la corriente”, mantenernos callados, no testificar del poder y el amor del Señor, ser como todo el mundo, reflejar los valores de nuestro entorno, de nuestro mundo.

Sin embargo no somos termómetros, somos “transformadores” .Las líneas de transmisión para que la luz de Dios llegue a mucha gente.

Nosotros, sus discípulos, somos necesarios para que la luz de Dios brille donde la gente vive y muere.

Nosotros somos la sal de la tierra y la luz del mundo.

Somos los termostatos en un mundo de diferentes temperaturas.

El poder, la energía, es Suyo.
La luz viene de El.
La sazón la da su Palabra.

Nosotros no somos estrellas amados, somos sólo sal para sazonar nuestro pequeño mundo y somos luz.

"Dejen que su luz brille ante los demás para que vean sus buenas obras y glorifiquen a Dios". Vs 16

Ignacio de Antioquia escribía en una de sus cartas: "Así como el árbol se conoce por sus frutos, así también los que se llaman cristianos se conocen por lo que hacen.
Porque el cristianismo no es sólo una profesión externa sino que se manifiesta en el poder de la fe, si permanecemos fieles hasta el final.
Es mejor para una persona agarrarse a su fe y ser que decirse cristiano y no serlo".

No lo olvidemos: Nuestra llama está hecha por el Espíritu, para romper vigas de hierro.

Oremos:

Sermón predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto del Domingo 11 hs.

Rev. Raúl Flores

domingo, 21 de noviembre de 2010

EL CARACOL QUE LLEVAMOS DENTRO...

Filipenses 4:6-9 Mateo 21: 33-43

Hoy vamos a hablar de Inversión. De lo que hemos recibido del Espíritu y lo que estamos haciendo con ello.

Introducción:

Se cuenta que en la bahía de Nápoles viven la medusa y unos caracoles. Dice que cuando los caracoles son pequeños la medusa se los traga con mucha avidez pero que al estar protegidos por el caparazón no los puede digerir. Entonces estos caracoles "tragados pero no digeridos" se adhieren con tanta fuerza al interior de su estómago que finalmente son ahora los caracoles quienes terminan comiéndose a la medusa.

Nosotros solemos ser como la medusa. Con avidez nos comemos “nuestros caracoles” y éstos poco a poco terminan comiéndonos por dentro.

Llamémoslo alcohol, ira, avaricia, depresión, preocupación, falta de perdón, ansiedad… Poco a poco van creciendo y nos van mordiendo y nos van comiendo.

Vivimos "agitados internamente" y con el tiempo somos devorados desde dentro por ese “caracol no digerible” que albergamos en nuestro interior.

El Apóstol Pablo dice: “No se inquieten por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión presenten a Dios sus peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias”. (Fil. 4:6-9)

¿Se da cuenta? Todos tenemos dentro “un caracol” que nos quita el sueño, que nos roba la paz, que nos produce úlceras, que nos impide saludar a nuestros hijos, que nos pone triste, que nos devora y ahoga.

Y nos preguntamos: ¿Cómo ilusionar a la Comunidad para vivir la fe en Jesucristo con alegría?
¿Cómo atraer a los alejados a la Iglesia?
¿Cómo hacer para que mi esposo/a supere los celos o la infidelidad?
¿Qué hacer para que mis hijos no dejen la escuela?
¿Dónde encontrar un trabajo digno?
¿Y si tengo cáncer?
El apóstol Pablo nos dice hoy: “No se inquieten por nada”.

Según una encuesta, el 40% de las cosas que nos preocupan nunca suceden; el 30% son cosas que ya pasaron y de nada sirve preocuparse; el 12% se refiere a la opinión que los otros tienen sobre nosotros; el 10% son preocupaciones sobre las enfermedades reales o imaginarias. Sólo el 8% son cosas dignas, hasta cierto punto, de tomarse en cuenta. Y se solucionan con el esfuerzo humano.

El mensaje aquí es:
No se preocupe por el 2011. No llegó todavía y nada puede hacer.
No se preocupe por el destino de su equipo de fútbol. Nada puede hacer.
No se preocupe de lo que piensan de usted. Nada puede hacer.

El consejo de la Palabra es: “Presenten sus necesidades a Dios y el Dios de la paz estará con ustedes”.
Lo que nuestra preocupación no puede conseguir lo consigue la oración.
Y en la oración: la paz del espíritu viene y la liberación del peso inútil de la amargura se va.

Centremos las energías en lo que es “bueno, justo, verdadero, puro y amable”.
Jesús dijo: “Miren los pájaros del cielo que no siembran”…

Hay una buena noticia en la Palabra: El Señor se preocupa de nosotros.

Lo que está queriéndonos decir la Palabra es que: Oremos en la tribulación, oremos en las preocupaciones.
Porque la oración es el “antiveneno” para destruir la caparazón no digerible del caracol que llevamos dentro.

El mensaje de hoy es: Vivamos en la presencia del Dios de la paz.

Aquí en Comunidad Nueva Vida venimos a muchas cosas, pero una muy importante es “descansar en Dios”. Descansar del ajetreo de la vida y dejar la preocupación del ayer y del mañana en las manos del Dios de la paz y disfrutar de esa paz que sólo El puede ofrecer. Aleluya…

Escuchen la parábola de Mateo 21:33.

El dueño de la viña es el Señor. Y la viña, somos nosotros, Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.

Es la parábola de la inversión y la alegría de Dios.
Dios no invierte Su amor, Sus promesas y Su perdón en la bolsa de Wall Street.
Dios no invierte Su Palabra y su tiempo en casas o en joyas.
Dios no invierte la sangre de su Hijo en negocios millonarios.
Dios invierte todo, apuesta todo, da todo a Sus hijos, a nosotros.
Dios ha plantado Su vida, Su Espíritu en el corazón de cada uno de nosotros, en esta Comunidad, en Su Iglesia.
Y cada domingo viene a visitar Su viña, a ver cómo crece, a deleitarse con sus frutos.

¿Y cuáles son los frutos que el Señor espera Pr. Flores? : Frutos de Justicia y fidelidad, de amor y compasión, de generosidad y perdón.
Tal vez no tenemos nada que ofrecer. El Señor tiene paciencia, y volverá el próximo domingo a ver si Su inversión de amor ha producido algún fruto en ti.

Conclusión:

Esta parábola es también la parábola de la desilusión de Dios.
La desilusión de una “inversión inútil”, de un amor no correspondido, de la falta de frutos.

Nosotros somos la viña mimada del Señor. No nos desanimemos ni bajemos los brazos. El nos da mil oportunidades para florecer.

Yo no quiero que el amor que Dios ha invertido en mí se malgaste. Espero que vos tampoco.
Oremos:

Rev. Raúl Flores
Mensaje Predicado en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires.
Domingo 21 Noviembre de 2010 culto de la mañana.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿QUE VALOR LE DAS A TU TALENTO?

Hoy vamos a hablar de talentos. De cómo utilizamos aquello que hemos recibido de Dios…

Mateo 25:14-30

“En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: -Señor, cinco talentos me dejaste, mira, he ganado otros cinco.
Su señor le dijo; -Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor, como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante, pasa al banquete de tu señor.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: -Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.
Su señor le dijo: Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: -Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.
El señor le respondió:- Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

Cuerpo del Mensaje:

Esta parábola de Jesús, llamada “de los talentos”, suena a juicio, a premio y castigo, a escándalo, a regreso del dueño.

De los dos primeros empleados nos dice el evangelio que fueron "fieles en las cosas pequeñas en la ausencia de su Señor" y el dueño les confió responsabilidades mayores y los asoció a su gozo.

Amada Iglesia Comunidad Nueva Vida: Es tiempo de volvernos fieles y confiables.

Ahora bien: ¿Cuáles eran esas pequeñas cosas Pr. Flores? Sus posesiones, su hacienda, su dinero, las cosas materiales.

Dice que fueron fieles, arriesgados y multiplicaron el capital del dueño y fueron felicitados y recompensados.

¿Seremos nosotros de esa forma?
¿Nos podrá felicitar el Señor por ser fieles en las cosas pequeñas?

Todos nosotros sabemos que la sociedad sólo premia a “los mejores”, a “los triunfadores”

Premia con el Nobel, con un VIP, con el guante de oro, con medallas, el futbolista del año, el empresario del año...
Y si somos un poco instruidos en la Palabra nos daremos cuenta que todos nosotros hemos nacidos en Cristo para ser VIP´s.

Por lo tanto somos llamados a dar según nuestras habilidades, según lo que “hemos recibido”.
No se trata de mucho o poco. No es la cantidad, sino según nuestra habilidad.

¿Cuántos en Comunidad Nueva Vida quieren hacer una “buena mayordomía de sus vidas”? Entonces tendremos que cambiar el hábito de "retener y ser acaparadores”.

Ahora, que nos quede en claro una cosa amados: Nadie nos pide que seamos héroes. Se nos pide que seamos “fieles en las cosas pequeñas”.

¿Tenés inteligencia? Usala. ¿Tenés fuerza? Usala.
¿Tenés una familia? Querela. ¿Tenés un trabajo? Cumplí con él.
¿Tenés hijos? Educalos. ¿Tenés fe? Celebrala.
¿Tenés una iglesia? Concurrí siempre.

Dios nos ha dejado “la tierra” ( El barrio donde vivimos, el lugar donde trabajamos, la familia que constituimos, el país que habitamos, el colegio donde estudiamos) , para que la recreemos, la hagamos más habitable, más humana, para que cuando El venga la encuentre más rica, más en orden, más en paz.

El que corre un gran riesgo es Dios y sin embargo se fía de nosotros y “nos confía el mundo”.
Pero también entendamos que nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho con los talentos que nos ha dado.
Y premiará a los que los han usado bien.

Por último en esta parábola de Jesús hay “un tercer empleado”: Fue el que cavó un hoyo y escondió el talento.
¿Se fijaron en la lluvia de críticas que recibió?
El mayor reproche de todo el Evangelio es para él.
¡Que el Señor nos libere de “ese espíritu” amados…!

¿Cuál es entonces al enseñanza Pr. Flores? El Señor nos da a cada uno “nuestro talento”, “nuestra vida”, como “don”, como regalo, no para “recuperarlo” cuando El venga sino para “entregarlo y ponerlo al servicio de los hermanos”.
Nosotros somos “los de un solo talento”.
"El que pierda su vida la ganará; el que ahorra su vida la perderá".

No enterrar. Sí atreverse. Sí actuar. Sí celebrar.

Cabe preguntarnos: ¿Cuándo vendrá el Señor a pedirnos cuentas?
Siempre tengo que estar preparado para dar cuenta de mi administración.

Nunca olvidemos amados que la obra que Dios quiere que hagamos depende de “nuestro único talento”.

A la iglesia venimos a enterrar “las palas”, no el talento de Dios.

Conclusión:

Tiremos en esta mañana “las palas y dejemos que crezca y sea útil nuestro “pequeño talento”.

No nos contentemos con ser “buenas personas”. Hay mucha gente buena por ahí.
A nosotros se nos pide ser más que buenos… ser mejores… ser santos.

Oremos:

Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.
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domingo, 7 de noviembre de 2010

UN VINO NUEVO PARA UN TIEMPO NUEVO...

Hoy vamos a hablar del vino. Símbolo de vida, plenitud espiritual, madurez y solidez interior, símbolo de triunfo, de logros y aciertos.

Texto: Juan 2: 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la Madre de Jesús le dijo: "No les queda vino". Jesús le contestó: "Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora". Su Madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga". Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: "Llenad las tinajas de agua". Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó: "Sacad ahora y llevádselo al mayordomo". Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en Él”.

Cuerpo del mensaje:

María vio una necesidad, en la boda, y con confianza se dirigió a Jesús y le dijo: "No tienen vino".
Y nosotros sabemos lo que sucedió: el agua, es decir, “el aburrimiento, la insatisfacción, el desengaño, la desilusión, la vergüenza, el sufrimiento, la tristeza, el no hacer pie en la vida, la falta de resultados... se convirtió en vino: logro, alegría, animación, abundancia, vida...” Y es lo que el Espíritu Santo hace cuando te pones totalmente en Sus manos… cuando le das el control de tu vida. Cuando reconocés que te quedaste sin vino.

Y es que ese: "No tienen vino" se convierte en un gran símbolo. En el símbolo de un mundo roto. De una vida rota. De una comunidad en crisis. De un país en terapia intensiva. De una familia en aprietos. De hijos en peligro. De padres y madres desatendidos, esposos y esposas en depresión. De un evangelio superficial.

Miramos nuestra propia vida o de personas que conocemos; miramos nuestras pérdidas necesarias e innecesarias, nuestros pocos logros y nos decimos: "Ya no tengo vino".
¿Lo dijiste alguna vez? Si fuiste honesto con vos mismo probablemente lo has hecho…
“Ya no tenés la paciencia de antes. Ya me quedé sin fe. Vivo preocupado todo el tiempo. Ya no hay amor ni respeto en la familia. La luna de miel se acabó. La vida se me vuelve insoportable”.
Cuando decimos alguna de estas cosas estamos afirmando que “nos quedamos sin vino”.
Ahora: El problema no es que te quedaste sin vino.
El problema es si hay alguien que se dé cuenta, te ofrezca ayuda y te indique donde puedes conseguir una buena ayuda, un buen consejo...
Yo tengo una buena noticia para darte en esta mañana: El Evangelio de Juan 2 nos trae la clave.
Porque Jesús quiere entrar en nuestra vida con Su poder a través de su Santo Espíritu, para transformar “nuestra miseria en el vino del crecimiento y de la realización”.

Jesús contó con la ayuda de aquellos sirvientes de modo que necesita también de la nuestra para seguir realizando nuevos milagros hoy.
Aquel día Jesús era un simple invitado en un banquete de bodas pero Su presencia hizo “una gran diferencia”.

Y hoy el Espíritu Santo te trajo a Comunidad Nueva Vida para eso… Transformar tu tristeza en alegría, tu dolor en cura, tu enfermedad en salud, tus pocos resultados en abundantes resultados… Presentemos hoy nuestras tinajas con agua para que El las transforme en vino…
Dice acá que con la ayuda de los sirvientes cambió el agua en vino y la tristeza en alegría Aleluya…

María dijo a Jesús: "No tienen vino" Y dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga".
Y lo interesante aquí es que el vino nuevo no estaba en las “tinajas de piedra”, -corazones de piedra- sino “en Jesús” quién es el vino nuevo, el milagro nuevo, el nuevo rostro de Dios, la nueva bendición para todos los que nos hemos quedado sin vino en algún momento de nuestras vidas.

Nosotros, los que venimos a la Iglesia, al banquete de la boda, a la Santa Cena, a la oración, al discipulado, nosotros sabemos quién es el nuevo vino y qué dulce es, mientras otros siguen viviendo con el vino viejo del yugo, de la esclavitud, de la enfermedad, del deterioro…
Tenemos que decirles que el mejor vino ha sido guardado para ellos y que es el Poder del amor y del perdón de Jesús.

Ustedes seguramente tienen maridos, hijos, amigos, vecinos que se han quedado sin vino. Llenen sus copas con el vino de la amistad. Invítenles a saborear la bondad del Señor, anímenles a participar en el banquete del Señor, díganles que traigan su agua para ser transformada en vino, en alegría, en sentido para su vida.

Vengamos hoy al altar para que el Señor le dé un renovado sentido a nuestras vidas. Que coloque en nosotros un nuevo rumbo. Que nos configure en un nuevo hombre y una nueva mujer. Que pacifique nuestro interior. Que nos sea devuelta la alegría y la razón de existir. Que retomemos la lucha orando y batallando contra las fuerzas de Satanás sin rendirnos.

Oremos:

Rev. Raúl Flores
Sermón predicado Domingo 08 Noviembre 2010 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto mañana.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿CON QUE CORAZON VIVIMOS?

Texto: Mateo 3:1-12

Propósito específico:
Hoy vamos a hablar del corazón humano y la necesidad de recibir un trasplante.


Introducción:

Se cuenta de una mujer que fue expulsada del cielo.
Al salir le dijeron que sería admitida nuevamente con la condición de que trajera el regalo más querido por Dios.

Trajo gotas de sangre de un patriota muerto en batalla.
Trajo dinero que una pobre viuda dio a los pobres.
Trajo una Biblia de un famoso predicador.
Trajo el polvo de los zapatos de un famoso misionero.
Pero… ninguno de esos regalos agradó a Dios.

Un día vio a un niño jugando en una fuente. Un hombre de a caballo se detuvo en la fuente para apagar su sed y al ver al niño recordó la inocencia y la alegría de su infancia.
Mirando al agua ve el reflejo de su cara arrugada y endurecida. Toda su vida sucia y pecaminosa pasó por su mente.
Lágrimas de arrepentimiento llenaron sus ojos.
¿Conclusión? La mujer toma una de esas lágrimas, la lleva al cielo y es recibida y aceptada con gran alegría por Dios.

¿Enseñanza? Vos y yo necesitamos un trasplante de corazón.

Dios no quiere obras pero corazones arrepentidos.

Al viejo, cansado y enfermo corazón que llevamos tu y yo hay que quitarlo.

¿Entonces Pr. Flores? Hay que buscar un donante para hacer el trasplante.

Dejame preguntarte esta tarde: ¿Te pondrías hoy en lista de espera?

Seguramente sabés de personas que nunca van al médico porque piensan que están sanos.

¿”Para lo que me va a decir? Seguro que me receta las pastillas de siempre. Me va a dar los mismos consejos. Así que mejor me quedo en casa y gano plata”. Así razonan muchos ¿no?

Y aquí –volviendo a nuestro texto- lo tenemos a Juan Bautista que se estrena como predicador y por ser novato es atrevido, encara a la gente y grita sin contemplación: "Reformen sus vidas".

Es que en realidad, Juan es un cirujano que nos dice: “Lo que necesitan ustedes hoy es un trasplante de corazón”.

¿Yo?, ¿está seguro…? Es lo que solimos decir siempre...
¿Yo, que vengo todos los domingos al culto?
¿Yo, que doy anónimamente en las ofrendas de la Iglesia?
¿Yo, evangélico de muchos años bautizado y casado por Iglesia?
¿Yo, diácono… pastor… oficial de la Iglesia?

Si… tú… yo… todos nosotros…

Porque este sermón de Juan no va dirigido a los malos, a los que no tienen religión…sino a “los buenos”.

Juan se pone más bravo cuando ve a “los buenos” que se acercan y les grita: "Raza de víboras" (Vs 7).

Es como si Juan el Bautista dijese: “De nada sirve la circuncisión de la carne, de nada sirven sus tradiciones. Lo que vale para Dios es la justicia, el amor y la caridad (las obras del amor)”.
Los malos son malos y punto.

El problema es que “los buenos como los fariseos y saduceos”, siempre encuentran explicaciones a su manera de vivir.
Ellos decían: "Nosotros tenemos a Abrahán por padre". Y con eso tapaban todos sus pecados y acallaban su conciencia.
Y se quedaban tranquilos.

¿Y nosotros? ¿No somos muchas veces iguales a ellos? ¿Que decimos?
“Supera mis fuerzas. No puedo. Al fin y al cabo todos hacen lo mismo…”
¿Porque dejé un domingo de ir al culto? ¿Porque tenga una aventura de vez en cuando?
¿Porque me gane unos pesos en algún negocio medio turbio?

El mensaje de ayer sigue siendo el mismo para hoy: "Reformen sus vidas".

No intentemos justificar nuestros pecados.

Arrepintámonos.

Necesitamos un trasplante de corazón.

¿Encontraremos un donante? ¿Habrá un donante?

Volviendo a nuestro texto vemos la respuesta de Juan Bautista a este pueblo que espera en terapia intensiva diciendo: El que viene, el Mesías, el Señor, Jesucristo. “Él les dará un corazón nuevo y los bautizará con Espíritu y fuego”. Aleluya…

El es el cirujano, que no con garrote ni con hacha, sino con el amor del Espíritu nos va a operar.
El quemará la paja de nuestro orgullo, de nuestro egoísmo, de nuestros odios…para purificarnos y darnos un corazón nuevo.

Conclusión:

Nosotros que en este 2010 ya hemos perdido el sentido del pecado, que ya no distinguimos entre lo bueno y lo malo, el Espíritu Santo viene en esta tarde –por esta Palabra- para convencernos, hacernos ver, y ayudarnos a confesar nuestros pecados y trasplantar nuestro corazón. Gloria a Dios.

Todos somos convocados, a una doble tarea: Confesar nuestros pecados y abrazar el amor de Dios.

Juan Bautista es la voz de Dios en el desierto.

Pero hay también una voz “dentro nuestro”. Dejémosla resonar en este tiempo. No la apaguemos con razonamientos, ni con pecados.

Hay una voz dentro de cada uno de nosotros que quiere recuperar la inocencia perdida. Dejémosla hoy resonar.

No la apaguemos pensando que es demasiado tarde, que no vale la pena. Que nuestro corazón está medio muerto y no tiene remedio.

Hay un cirujano que lo puede revivir. Que nos puede trasplantar.
Que lo puede cambiar por uno nuevo y vivo…

Ese cirujano se llama Jesucristo de Nazareth y está aquí en esta tarde en medio nuestro.

Vengamos al altar. Entremos a la sala de operaciones y que el cirujano divino trasplante nuestro corazón de piedra por uno conforme al Suyo.

¿Con qué corazón seguiremos viviendo? Ojalá que a partir de hoy con el corazón conforme al Suyo.

OREMOS:


Rev. Raúl Flores
Mensaje predicado en Comunidad Nueva Vida de Del Viso. Buenos Aires 02 Noviembre 2010

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro