domingo, 30 de octubre de 2011

Estaba... sentado junto al camino

Texto
Marcos 10:46-52

Propósito específico:

El mundo de hoy es un mundo bien informado. Sin embargo no se "involucra" con esa información, sólo se queda con ella. Dicho de otro modo: Tenemos una sociedad que no es capáz de involucrarse con los demás, con lo que otros piensan, con las situaciones que se vive. Es común "saber" lo que sucede en la familia, pero "no nos involucramos" con lo que les sucede, no vemos como poder ayudarlos. Muchas veces sólo nos quedamos con "la noticia" o con el ‘chisme’, pero no somos capaces de interrelacionarnos con los demás quedándonos al margen de todo.
Lo triste del caso es que nos sucede lo mismo en nuestra vida de fe. Vamos por la vida sin interrelacionarnos con Dios. Nos mantenemos al margen, nos limitamos con saber algunas cosas, orar de tanto en tanto, asistir a los cultos sin relacionarnos plenamente con Dios. Dios se queda a nivel de informe, y no damos un paso más para seguir adelante en la vida de fe. Existe una fuerte falta de compromiso para con la vida de fe, ya sea porque es un adorno, o bien porque no nos interesa, o sólo porque lo limitamos a un determinado espacio de nuestra vida, pero nunca repercutiendo fuertemente en nuestra historia. Que la Palabra de esta mañana nos ayude a entender que nos pasa y que el Espíritu Santo nos ponga en camino...

Cuerpo del Sermón:

Encontramos en este texto de Marcos 10 a Jesús camino a Jericó y ahí en medio de la multitud que lo sigue un singular personaje aparece: «Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.»
Dice acá que es ciego. La ceguera dentro de la Biblia simboliza al hombre que no es capaz de descubrir la acción de Dios en su vida, que no puede descubrir que es lo que Dios le pide. Que no ve como Dios le acompaña en medio de la historia, en medio de su vida. Es ciego el que teniendo ojos es incapáz de descubrir lo que el Señor le quiere decir. ¿Es nuestra realidad?

¿Pero, por qué es ciego? ¿Qué es lo que le incapacita para descubrir la acción de Dios en su vida? El texto nos da la pista: Es un hombre que tiene un nombre. Se llama Bartimeo. La etimología de este nombre significa: "hijo del noble, hijo del honor". Significa que la identidad de este hombre se basaba en la búsqueda del honor, del poder, de la nobleza.

Es el retrato del hombre que busca constantemente privilegios, honor, gloria, vida para sí mismo, y eso hace que se "encierre en sí mismo" sin ser capaz de descubrir lo que Dios le está pidiendo, sin descubrir que Dios lo llama, que Dios está cerca suyo, pues su visión está puesta en sí mismo y su propio privilegio.

Y como consecuencia de esa absurda busqueda dice que estaba a la "orilla del camino". El camino es una designación para referirse a la Comunidad Cristiana. Si este hombre está al borde del camino quiere decir que es alguien que ha sido incapaz de hacer camino, es alguien que ha vivido al margen de Dios, y por tanto al margen de la Comunidad, no hace el camino, no hace Comunidad, no se interrelaciona, es una especie de “espectador” en medio de la vida de fe.

!Cuantos de nosotros somos así!. Espectadores en nuestra vida de fe. Vivimos "Mirándonos para adentro". Sólo somos nosotros los que necesitamos algo. Nos sentimos el centro del mundo. Son nuestras preocupaciones las que valen la pena. Nuestros problemas lo que realmente debe importar. Y sólo vemos a Dios desde lejos, cegados por nuestras situaciones, nuestras ambiciones, nuestros lujos, nuestras envidias, nuestros pecados. Triste no? Sin embargo ese espiritu abunda en nuestros círculos cristianos.

Somos "ciegos al borde del camino" en medio de nuestra familia, de nuestra Iglesia, de nuestros semejantes. Cuantas veces no caminamos con nuestra familia. Solemos decir: “Quien sabe porque mi hijo se comporta de esa manera, o qué tendrá” en lugar de escucharlo y convivir con él.
Preferimos quedarnos al borde del camino y no hacer camino con ellos, sólo nos asombramos o decimos que no podemos más, sin dar pasos de compromiso ni compartir con ellos.
Ante esa situación el ciego se da cuenta que esto no puede seguir así, y descubre que alguien lo puede ayudar a salir de su angustia, de su egoísmo ciego.
Necesitamos (con la ayuda del Espíritu Santo) iniciar en esta mañana el camino de liberación. De transformación. Que el Señor ilumine nuestra vida con la luz de su Palabra, esta Palabra que transforma y reanima nuestro caminar por la vida.
Dice que escucha que viene Jesús y grita con desesperación y urgencia. Grita porque está pasando su única oportunidad para salir de la situación de ceguera, de egoísmo, de vivir al margen del camino...
«Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» El grito de saber que la oportunidad de cambio llega. La luz (Jesús) se acerca. Una luz que puede hacer ver las cosas distintas y con ello iniciar un caminar nuevo... por eso: grita.

Sin embargo, la gente no descubre la situación de este hombre y lo toma por loco. Muchas veces cuando uno cae en la cuenta del daño que ha hecho, de sus errores y trata de cambiar, cuando grita pidiendo auxilio, la mayoría cree que es un absurdo, que sólo lo hace para llamar la atención. Por esa razón lo intentan callar, para que siga ciego, con su estilo de vida y al margen del camino.
Pero este ciego no se rinde y sigue gritando, sigue llamando a Jesús con más fuerza, con más energía. Es una situación vital, o inicia el cambio o vivirá frustrado al borde del camino para siempre.
Y ahí donde siempre se cree que ya no hay remedio, donde le piden que se calle, cuando se cree que el ciego será ciego para siempre, cuando se cree que el que no ha hecho camino, perdido en su envidia, en su adicción, en su destrucción, ahí donde ya no hay esperanza, resulta ser que hay uno que si cree, uno que si está dispuesto a dar una oportunidad: Jesús, que manda traerlo.

Y comienza lo inusitado. Comienza el "inicio del camino" en la vida de este hombre "marcado" por su historia: «Arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.» Este ciego arroja su manto, es decir el espacio de su vida.
Arrojar el manto es lanzar su espacio vital, porque ahora ya no vivirá de ese manto, ahora iniciará un camino, iniciará una manera de ser en medio del mundo, en medio de su fe.
Ya no necesita ese manto pues ahora hay un camino para hacer camino. Dice que da un salto, es decir, comienza la vida del camino con un salto que refleja su nueva condición. Ahora es alguien en movimiento. Es alguien que comienza a hacer camino. Salta, y con ello deja todo atrás. No dice que lo agarraron, dice que él mismo se puso de pie.
Y saltar implica una acción personal, porque para hacer camino es necesario una decisión personal.
Si salta, quiere decir que se arriesga, porque un ciego en su sano juicio no salta porque no sabe que hay delante de él. Quiere iniciar "el camino de su historia" por sí mismo tomando todos los riesgos dirigiéndose a Aquel que puede hacer que sea un camino lleno de luz. Al encuentro con Jesús.
Y entonces el último paso: «Jesús le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?"» La decisión de caminar con Jesús es suya, personal. Jesús no fuerza a nadie.
Y el hombre lleno de esperanza da su adhesión aceptando personalmente el plan de Jesús en su vida. Ahora es un hombre listo para caminar en medio de la historia.
El texto termina mostrando como este hombre ha iniciado ya el camino: «En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.» Ahora el ciego hace camino siguiendo a Jesús. Y Jesús va hacia la cruz, y hacia ya va el ciego porque ahora si ha tomado su vida en serio caminado directo hacia la entrega total de la vida.

Conclusión:

Iniciemos nosotros también hoy una conversión profunda de nuestra vida. Gritémosle a Jesús para que venga a nuestra vida y la transforme totalmente. Arrojemos el manto de nuestra indiferencia, de nuestro egoísmo y comencemos a caminar por el camino del amor, de la comprensión, de la cercanía de aquellos que viven cerca nuestro. Comencemos a vivir realmente la vida en Comunidad y sobre todo caminar con Dios comprometiéndonos realmente a vivir nuestra vida de fe.

Oremos:

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores. Domingo 30 de Octubre 2011 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto 11Hs.

martes, 25 de octubre de 2011

VIVIR CONFORME AL PROPÓSITO...

Efesios 1:11 "En él (Jesucristo) tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad"

Propósito específico:

Una de las preguntas más importantes de la vida es: ¿Para qué estamos en la tierra? Lo que sabemos por la Biblia es que Dios nos diseñó para que vivamos según un plan divino. Nuestro fracaso ha sido y seguirá siendo ignorar ese proyecto y vivir según el nuestro. Necesitamos ir al "manual del fabricante" (la Biblia).
Fuimos 1) Planeados para agradar a Dios (ser sus amigos). 2) Diseñados para cultivar una vida en Comunidad (la Iglesia: lugar de pertenencia). 3) Parecernos a Jesús. 4) Servir con los dones que nos ha sido dado y 5) Cumplir la Misión (Evangelizar)

Oración de transición:
Hay tres textos claves que nos ayudaran a entender para qué vivimos.

1.- Todo comienza con Dios.
Colosenses 1:16 nos dice "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él" Impresionante ¿no?
Significa que nacimos por su voluntad y para cumplir su propósito. Significa que al no creamos a nosotros mismos no hay forma de que podamos decirnos para qué fuimos creados.
Significa que el vivir no debe ser para mi mismo (logros propios, felicidad, familia, carrera, sueños y anhelos) sino para cumplir un plan y diseño de Dios (Agradarlo, parecernos a Él, ser parte de la Iglesia, servirlo, cumplir la misión, que es lo mismo que decir[compartir el mensaje de salvación y vida]). Dicho de otro modo ser como Cristo. Fuimos creados para ser semejantes a Cristo Jesús.
¿Querés saber la razón de tu vida? Preguntáselo a Dios. Solo el Inventor con Su manual (La Biblia) podrá revelarnos el propósito. Muchas veces no tenemos en claro para qué vivimos porque nos enfocamos erroneamente en nosotros mismos olvidándonos que hay un Arquitecto que diseño con perfección todo lo que hay en el cielo y en la tierra (visible e invisible) incluyéndote a tí y a mí para que todo funcione según Su plan.
Miren lo que dice Job 12:10 "En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el género humano" Uauuuu Impresionante no?... Ojalá podamos entender esto!!! !!!!Cuánto stress echaríamos de nuestra vida...!!!
Jesús dijo en Juan 10:10 "Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia"
¿En que consiste esa vida en abundancia Pr. Flores? ¿Cuándo se hace realidad en mí esta promesa? Cuando entiendo que fui creado por Dios y para Dios permitiendo que Él me use a su manera donde quiera y como quiera y cuando quiera. Sólo así nuestra vida tendrá sentido y será abundante... Aleluya... La vida abundante viene cuando no solo Dios es el "punto de partida" en mi vida, sino que también es "la fuente" de ella.
Existir centrados en nosotros mismos es una tragedia. Necesitamos entender que Dios es nuestro creador y que existimos porque es su voluntad que así sea. Fuimos creados por El y para El y nuestra vida no tendrá sentido alguno hasta que lo entendamos y lo asumamos definitivamente.
Alguien dijo con razón alguna vez que "Dios pensó en nosotros antes que nosotros pensáramos en él" El planificó todo antes que vos y yo naciéramos... Tremendo no???
Preguntémonos en esta mañana: ¿La vida que Dios me regaló consiste en vivirla para él o para mi mismo? ¿Sigo viviendo en frustración y amargura? ¿Sigo desorientado y confundido en cuanto a mi razón de vivir? Sería importante que oremos pidiéndole al Señor que nos de revelación en cuanto al "por qué" y "para qué" de la vida y volver de esa manera a re-enfocar nuestra vida en Dios.

2.- No somos un accidente.

Escuche este versículo de Isaías 44:2 "Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí"
Significa que nuestro nacimiento no fue por azar ni por error, ni por coincidencia. Significa que no somos "una casualidad" de la vida. Significa que no fueron nuestros padres quienes nos planificaron, pero fue el Señor que lo hizo. Al Señor no lo sorprendió el que hayamos nacido, El estaba esperándonos... Significa que tenemos vida porque Dios quiso crearnos Salmos 138:8 dice "Jehová cumplirá su propósito en mi..." Tremendooo!!!
Significa que El diseñó cada característica de nuestro físico. Significa que El dispuso todos los talentos naturales que poseemos y la singularidad de nuestra personalidad... Miren lo que dice Salmos 139:15 "No fue encubierto de ti mi cuerpo (Otra versión dice: Me conoces por dentro y por fuera) Bien en lo oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra"
Significa que Dios planeo crearnos a pesar de las circunstancias de tu nacimiento y quiénes serían tus padres. Aunque haya padres ilegítimos no hay hijos ilegítimos.
Significa que Dios nunca hace nada por casualidad, ni tampoco comete errores.
Me encanta el Vs de Efesios 1:4-5 "Segun nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor..." Pablo lo que está queriendo decir es que el motivo por el cuál Dios nos creó fue su amor. Antes de que el mundo fuese creado ya había pensado en ti. Somos el centro de su amor y lo más valioso de todo lo creado. El nos hizo para poder amarnos. !!!Oh amados que podamos basar nuestra vida en esta verdad!!!
La Biblia no dice que Dios "tiene" amor, sino que Dios "es" amor. El amor es la escencia del carácter divino. Isaías nos maravilla con Isaías 46:3-4 "Oidme oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traidos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré" Impresionanteee!! Significa que Dios decidió crearnos para así poder expresarnos Su amor... Expresarnos su amor fue el motivo que lo llevó a crearnos...
Dejemos de vivir erroneamente y egoistamente. Démosle en esta mañana un nuevo y real sentido a nuestra vida. Dejemos de vivir consumiendo nuestros propios deseos (los cuales nos llevan a la insatisfaccion, frustración y muerte) y vivamos para Dios (que es el verdadero propósito por el cual debemos vivir).
¿Con qué parte de nuestra personalidad estamos luchando? Volvámonos al propósito y vivamos una vida con sentido.

3.- ¿Qué guía nuestra vida?

Eclesiastés 4:4 dice: "He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu" La versión (NVI) dice: "Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias"
Significa que todos tenemos algo que guía nuestra vida. Puede que estemos siendo guiados por malos recuerdos, por un temor constante, por una costumbre involuntaria, por una culpa, por un rencor o resentimiento, o por un pecado que se nos ha hecho carne. Sea lo que fuere, debemos arrepentirnos y resistir esa tentación de ser llevados por esos traumas y pecados.
Ejemplo de obediencia nos dió Jesus. El Padre era su devoción a quien buscaba en la soledad para descubrir su voluntad. La voluntad humana y la voluntad divina estaban en él en un permanente diálogo. La sumisión a la voluntad del Padre le daba a Jesús la seguridad de ser coherente en el camino de su misión, que lo llevó, a través de las pruebas interiores y luchas exteriores, hasta el fin. Dice que“Se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte en cruz”.

Pablo, en la carta a los filipenses, nos impulsa a la misma coherencia. Nos exhorta que, por el Espíritu, no hagamos nada por interés ni vanidad, y que la humildad nos lleve a estimar a los otros como superiores a nosotros mismos. Obedecer significa prestar el oído, darnos cuenta de lo que el otro nos tiene que decir. Porque Dios se comunica con nosotros no sólo en la soledad, sino también a través del prójimo.

La Iglesia es un lugar ideal para ejercitarse en la escucha de la voluntad de Dios. Su magisterio continuo guía no sólo a los creyentes sino a todos los hombres. La Palabra de Dios transforma el mundo. Pero es necesario que sea anunciada.
Jesús dijo: "Si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres"
Que la Palabra de Dios y la llenura del Espíritu Santo sea quienes guíen nuestra vida.
Salmos 1:1-3 dice: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de dia y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace, prosperará"
Pablo habla de "andar en el Espíritu" (que es lo mismo que decir dejarnos guiar por el Espíritu) sin satisfacer las "obras de la carne".
Si hemos entendido que todo comenzó con Dios como creador y que no somos un accidente de la vida, entonces que se nos haga carne el vivir guiados por la Palabra y la llenura del Espíritu.

Conclusión:

Saber que fuimos creados para 1) Adorarle, para 2) asemejarnos a Jesús, 3) formar parte de Su familia (la iglesia), 4) servirle y 5)proclamar las buenas nuevas es lo que dará el verdadero sentido a nuestra vida, la simplificará, la estimulará y nos preparará para la eternidad.
Deseamos que nuestra vida impacte ¿verdad? Entonces enfoquémosla. Dejemos de titubear y centrémonoa en Cristo.
Una vida enfocada en Cristo fue el secreto de Pablo. El dijo: Fil 3:13-14 "Una cosa hago, olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta..."
Vinimos al mundo para vivir en comunidad y aportar cada uno para el bien común. Dios invita, no obliga ni fuerza. El hombre es libre y por eso responsable de sus actos y de su destino. Lo que importa es el proceso interior de la persona. Escuchar lo que Dios nos pide y ponerlo en práctica, es el buen camino. Aún cuando alguien está contrariado con la voluntad de Dios pero hace lo que pide, va por buen camino.


Oremos: Recapituar. 1) Todo comienza con Dios. 2) No somos un accidente. 3) Vivamos siendo guiados por el Espíritu Santo.

Mensaje Predicado 4to domingo Octubre 2011 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Culto 11Hs Pr. Raúl Flores

domingo, 16 de octubre de 2011

EL EJEMPLO DE MARÍA EN EL DÍA DE LA MADRE

Lucas 1:46-56

Me gusta mucho este “Magníficat” de María, porque expresa todo el programa de Dios para su vida: 1) No ponerse a sí misma en el centro, sino por el contrario 2) "Dejar ese espacio a Dios", a quien encuentra tanto en la oración como en el servicio al prójimo y en el amor.

María (tipo de cada madre y tipo de la Iglesia) es, sobre todo, una mujer que ama. Lo vemos en sus gestos silenciosos que nos narran los Evangelios.
En las Bodas de Caná se percata de la necesidad en la que se encuentran los esposos, y lo hace presente a Jesús trayendo solución en la necesidad.
Lo vemos en la humildad con que acepta ser olvidada en el período de la vida pública de Jesús, sabiendo que Jesús tiene que fundar ahora una nueva familia.

Ella dio al mundo la verdadera Luz "entregándose por completo" a la llamada del Espíritu Santo convirtiéndose así en fuente de bondad e instrumento de salvación. Que el Señor en este día de la madre haga de cada una de ustedes un "faro de luz" iluminando el camino de muchos extraviados de la vida.

Recuerden que no son solo madres porque engendraron en sus vientres, lo son también porque llevan un "poco de Maria" en sus corazones para bendición de muchos.

Que en cada una de ustedes, madres de Comunidad Cristiana Nueva Vida la gente de Buenos Aires pueda encontrar a Jesús, porque el amor de madre que hay en ustedes tiene el poder de guiarnos hacia Él.

Que el amor que hay en ustedes nos enseñe a conocer a Jesús y a amarlo, para que también nosotros podamos llegar a ser capaces de un verdadero amor y ser fuentes de agua viva en medio de un mundo sediento y necesitado.
Gracias mama´s por ser "las Marías" de este tiempo.
Felíz día para todas...

Pastor Raúl Flores Mensaje dedicado a las Madres en su día. Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto 11hs Domingo 16 Octubre 2011.

domingo, 9 de octubre de 2011

¿SEGUIDORES O DESCUBRIDORES?

Propósito específico:

Solo podemos dejar de vivir a nuestro modo cuando descubrimos el valor de vivir al modo de Dios. Nadie vende nada para comprar algo que no le sea atractivo y de mayor utilidad de lo que tiene. Solo vende quien descubre la vida abundante que esconde el Evangelio. La vida de plenitud que ofrece Jesús está escondida y solo quién la busca (se interesa por ella) podrá encontrarla. La Palabra nos plantea un desafío: Descubrir la vida que está escondida. Vivimos muchas veces por debajo de nuestro potencial porque somos de los que viven "siguiendo" hábitos de vida y no percibimos que "en el campo" (Evangelio) hay un tesoro que trae "gozo" (plentitud, triunfos y logros) y que vale la pena "descubrir" .

Mateo 13:44
"Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo, y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquél campo"

Mensaje:

Jesús, nos habla acá de un hombre que encuentra un tesoro en un campo que seguramente iría a resolver sus problemas para siempre. Dice que aunque el campo era muy caro, aún así lo quiso. Dice entonces que tomó todo lo que tenía, propiedades y bienes, los vendió (se quedó sin nada) y adquirió aquel campo y de ese modo pudo hacerse con aquel tesoro. ¿Tremendo no?
Este texto evoca al rey Salomón quién también "lo dejó todo" con tal de conseguir la sabiduría porque "descubrió" que era el don que necesitaba para vivir en plenitud. Para Salomón, la sabiduría fue el tesoro escondido de Mateo 13:44
Nosotros no somos reyes, pero sí tenemos "una vida", una vida que necesitamos vivir con plenitud y no siempre lo logramos. El mundo nos presenta muchos valores que deslumbran: dinero, fama, poder... Valores que también "van cambiando" según las modas. Vemos a tanta gente entusiasmada "con algo" pero a la larga la encontramos desencantada, desorientada, como si anduviese sin rumbo. ¿Es nuestro caso? ¿Nos sentiremos de esa manera? ¿Seguimos viviendo o hemos descubierto el porqué y el paraqué vivir?
Es que en realidad la vida necesita "una razón" que coordine todas nuestras actividades, que las impulse, que las ilumine, que le de sentido. Dicho de otro modo: La vida "necesita un tesoro"... pero muchas veces ese tesoro "está escondido" a nuestros ojos y necesitamos descubrirlo.
Y a esta altura podríamos decir que cristiano no es cualquier persona que haya sido bautizada. Cristiana es la persona que ha encontrado "el tesoro auténtico", es decir Jesucristo. Juan 3:16 dice que: "...de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquél que en él crea no se pierda más tenga vida eterna...". Dicho de otro modo: Lo que nos hace ser cristianos es el hecho de habernos encontrado con Jesús. Él le da el verdadero sentido y valor a nuestra existencia. El la enriquece, la valoriza, la embellece, la vigoriza ¿Somos seguidores de la "causa de Jesús" o lo hemos descubierto a Él?
Encontrar a Jesucristo no es otra cosa que "adherirnos a Él por la fe"... La mejor inversión que podemos hacer es abrazarnos a Su Palabra y buscar de Su unción. Pablo en Filip 3:8 decía: “Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" aleluya!!
Es que la vida cristiana no es ni pérdida ni renuncia. La vida cristiana es ganancia. Cuando descubro a Jesús no pierdo sino gano. Gano en el sentido de que descubro el verdadero sentido y propósito de mi vida aquí en la tierra.
Y Jesús no nos da algo a cambio de algo; nos da todo, es decir "se da a Sí mismo" a cambio de nada.
Ahora bien: El encuentro con Jesús es una gracia. No dice que el hombre de Mat 13:44 hubiese llevado a cabo una búsqueda; dice que simplemente se encontró con él. Es que en muchos casos el encuentro con la fe tiene ese carácter de encuentro "aparentemente imprevisto". La Biblia nos relata que en el camino a Damasco, Jesús se manifiesta a Pablo como una luz poderosa que transforma su pensamiento y su vida. Pablo no fue transformado por "un pensamiento" sino por "un acontecimiento". Tuvo la experiencia de la presencia irresistible del Resucitado, de la cual ya nunca podrá dudar marcándolo para toda la vida. La evidencia para Pablo de ese acontecimiento, de ese encuentro fue tan fuerte que nunca más pudo ser el mismo. ¿Hemos tenido esa experiencia nosotros también? ¿Nos hemos encontrado con el Resucitado? Con la ayuda del Espíritu Santo hagámoslo hoy...
No se trata solamente de ser "seguidores" sino de ser "descubridores". Un descubrimiento que siempre es un don de Dios que ilumina cada rincón de nuestro interior y comienza una marcha definitiva llena de luz, de amor y de poder en el Espíritu Santo.
Encontrar a Jesús es ir a lo más profundo, es poner los cimientos, es "atarnos al eje" es soldarnos a las alas de ese avión listo para volar.
Encontrar a Jesús es también, dejarnos proyectar por Él a una lucha generosa y solidaria en favor de los demás de modo que todos los intereses personales queden en segundo plano porque entendemos que fuimos llamados al servicio de una "causa" que es más importante que "todo" .
El tesoro es Él y todo aquello que Él conlleva.
El texto de Mat 13:44 termina diciendo que "...gozoso por ello va y vende todo lo que tiene..." Quien encuentra a Jesús se siente libre y experimenta una tremenda alegría. Se siente acogido por el Amor de Dios y libre para amar, para dar vida, para darse todo y a todos...
Pablo llegó a decir: "Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas ayudan para bien".

Conclusión:

En esta mañana de santa cena Jesús -por medio de su Santo Espíritu- viene a nosotros y "se nos da" una vez más para ser el motor, la luz, la alegría, la vida de nuestra vida a fin de que comience a realizarse -en nosotros- "el proyecto" de Aquel que nos predestinó a ser a imagen de su Hijo.
¿Seguimos siendo lángidos, cansados y frustrados"seguidores" o nos volvimos "descubridores" de una vida poderosa escondida en Cristo, en donde vale la pena "vender todo" para alcanzarla, y de ese modo, vivirla en plenitud?

Oremos:

Mensaje a predicar en Comunidad Cristiana Nueva Vida... Culto de Santa Cena. Segundo domingo de Octubre 2011. Culto 11 hs.

domingo, 2 de octubre de 2011

ABRIENDO HORIZONTES DE VIDA

Juan 20:19-21

Dice acá el texto que en esa tarde del primer día de semana había desorientación entre los discípulos de Jesús y aquellos que habían sido sus seguidores. Dice que estaban tristes y encerrados por miedo a ser atacados por aquellos que habían matado a Jesús pensando que harían lo mismo con ellos. Tenían miedo... las "puertas cerradas" con seguridad y... una conversación que se adecuaba a las circunstancias vividas.
“Que pena que murió, ya no estará más entre nosotros” habrá dicho Felipe... “No, fijate que las mujeres fueron a la mañana y vieron el sepulcro vacío... habrá sido así como ellas contaron?” Diría Andrés. Otros más escépticos preguntaban: “¿Habrán sido ángeles lo que vieron al llegar al sepulcro o fue una simple ilusión óptica?. Nos cuesta creer todo esto..."

El comentario era confuso. Pedro agregaría: “En realidad lo que vivimos fue tan fuerte que nos afectó la cabeza”... “Lo que tuvieron María Magdalena y las demás fueron visiones”... “Nada de lo que dicen es verdad...”.
Y así se fueron enredando en un "microclima de frustración", miedo y desesperanza.

Y nosotros muchas veces hacemos lo mismo: Nos cerramos cuando nos hieren, nos cerramos cuando no salen las cosas a "nuestro modo", nos cerramos cuando insistimos en seguir por "el lado equivocado", nos cerramos cuando dejamos de escuchar la voz de Dios y "escuchamos la nuestra", nos cerramos cuando traemos a la mente "pensamientos y recuerdos pasados" Es que cuando "cerramos las puertas (el corazón)" nos pasa lo mismo que a los discípulos en aquél día, nos estancamos, nos frustramos, perdemos la visión y dejamos al mundo (la gente) sin esperanzas.
Dejémonos guiar por el Espíritu Santo (Gal. 5:16)

Es que sin querer estaban convirtiéndose en una "comunidad de cristianos derrotados y desesperanzados". ¿Habrá ese "microclima de frustración y descontento en nosotros"?

!Busquemos al Espíritu Santo hoy mismo y que vuelva a derramar de su unción en nuestras vidas...! porque una Comunidad de cristianos frustrados y sin esperanzas es una tragedia y no queremos eso para nosotros ni para los de afuera.
Preguntate: ¿Hay frustración en mi vida de fe? ¿El dinamismo espiritual que me caracterizaba se apagó? ¿Ya no siento las mismas ganas de venir y continuar siendo parte de la Iglesia y decís: "Total de que sirve tanto esfuerzo si no veo resultados positivos en mi"? . ¿Hay escéptisismo e indiferencia ? ¿Nos "cerramos" a la obra del Espíritu Santo?

Tengo una buena noticias en esta mañana: Gracias a Dios que existe el (Vs19) porque es allí donde "aparece" el Señor y con "Su presencia" disipa todo aquel ambiente de duda, temor, incredulidad y desesperanza y pone las cosas en su lugar porque Él es quien transforma la duda en certeza, el temor en valor, la incredulidad en fe y la desesperanza en esperanza. La clave es: Dejemos al Espíritu hacer la obra de re-configurarnos en Cristo.

Oremos en esta mañana para que "baje una unción" que nos libere de la confusión, la indiferencia, la bronca, la impotencia, buscar excusas que nos liberen del peso de la responsabilidad, viviendo siempre listos con "el dedo acusador" pensando siempre que la culpa de lo que nos pasa es "de los otros" como parecen hacer los de aquella parabola donde Jesús los aparta poniéndolos a su izquierda acusándolos de "falta de amor" porque tuvo hambre y no le dieron de comer, tuvo sed y no le dieron de beber, enfermo y no lo visitaron, y ellos buscando sus excusas de que "nunca lo encontraron a Jesús así" quisieron "lavarse las manos"... pero esas excusas no los disculparon sino más bien los condenaron.

Y como ocurrió en aquella oportunidad hoy Jesús viene a nuestro encuentro por esta Palabra para "ponerse también en medio nuestro" y decirnos "paz a vosotros" y de esa forma devolvernos la fe, la alegria y la esperanza perdida (Vs20) de modo que nuestra ciudad pueda "recuperar" a esos cristianos llamados a servir. Allá afuera nos espera Jesús, en cada uno de los más pequeños de nuestros hermanos, que claman desde sus necesidades, y nos muestran el rostro de Cristo que se acerca a nosotros, esperando el amor como el fruto preciado de nuestra fe.

Recordemos siempre esto amados: Dios nos hizo a su imagen y semejanza, y en lo que más nos parecemos es precisamente en nuestra capacidad de amar, es decir, de ocuparnos de las necesidades de nuestros hermanos, sin más interés que su propio bien.

¿Estaremos nosotros viviendo en la esperanza? Estaremos enseñando el Evangelio para la esperanza? O estaremos repitiendo el mismo "microclima" que había en casa de los discípulos? ¿Somos aburridos, repetitivos, tóxicos, invasivos, indiferentes, individualistas?
¿Sabremos transmitir esperanza? ¿Sabremos que significa que los habitantes de nuestra ciudad de Buenos Aires recuperen la esperanza?

Muchas veces "la coyuntura" nos tapa, los problemas del momento nos desbordan -como a los discípulos a quienes la muerte del Señor los superó y desbordó- quitándonos horizonte.
Y transmitir esperanza es justamente lograr que nuestra gente tenga horizontes, tenga sueños, proyecte hacia el futuro una vida de valores y encuentre su felicidad que es Cristo.

Nuestro llamado es a "abrir horizontes de vida" (que es lo mismo que decir levantar el ánimo, generar alegría, despertar fe, transmitir vida, contagiar expectativas). Nuestro desafío es hacer consciente a mi hermano -y a mi mismo- de que hay un horizonte hacia el futuro.

Ese es el desafío que nos planteamos esta mañana. ¿Nuestro pueblo sabrá que hay un Jesús que dinamiza, que nos re-crea, que nos potencia? ¿Nuestros vecinos sabrán que en nuestra Biblia hay un Dios generoso que nos ama, consuela y renueva?¿Nuestro pueblo sabrá de que somos generadores de vida?
¿O nuestros vecinos y parientes nos ven desanimados por la coyuntura del momento y por tal razón no pueden reconocer en ese horizonte que hay un Jesús que todo lo cambia, que todo lo transforma, que todo lo realiza para bien? ¿O siguen viviendo como nosotros, como si no hubieran recibido nada? ¿Les estaremos enseñando a asumir la esperanza o seguirán apáticos y abúlicos como nosotros?

El mensaje de esta mañana es: Jesús quiere entrar a cada "cerrado corazon" y decir "Paz a vosotros..." ¿Dejaremos que lo haga?
¿Seremos capaces de pedirle perdón porque no acertamos a entusiasmar a quienes nos rodean con horizontes más grandes? ¿Será que no sabemos como hacerlos soñar porque tampoco nosotros sabemos como lograrlo?

Vayamos como Jesús a "abrir sus puertas" con el Evangelio de la vida, del amor, del perdón, de la esperanza.

Conclusión:

Hoy la Ciudad nos pide como tarea que "abramos puertas" llevando amor, servicio, comprensión, alegría. Trabajando en lo que hemos recibido para hacer que nuestra gente crezca y se proyecte hacia el futuro. Si no damos testimonio de esta capacidad de horizonte, nuestra vida terminará en un rincón de la existencia llorando la milonga de nuestro fracaso como cristianos, como hombres y como mujeres de fe.

Pidámosle en esta mañana al Señor que haga lo mismo que hizo esa tarde en "aquel conventillo" que se había armado en casa de los discípulos, con esas internas mezquinas de miedo, desorientación y desesperanza y "nos sopapee" con la luz de la grandeza.

La grandeza que nos dio El para vivirla nosotros y compartirla con nuestros semejantes. Amén.

Oremos:

Mensaje a predicar por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Octubre de 2011 Gaona 2918 CABA

sábado, 1 de octubre de 2011

REVALORIZANDO NUESTRO LLAMADO

Marcos 3:13-14

“Después subió a la montaña y llamo a su lado
a los que quiso. Ellos fueron hacia él.
Y Jesús instituyó los doce para que estuvieran
con él, y para enviarlos a predicar...”

Propósito específico:

Hoy vamos a hablar de llamado. Detrás de cada uno de nosotros, hay un llamado, una elección, una vocación. Esta es una verdad fundante de nuestra identidad: hemos sido llamados por Jesús, elegidos por Él. Creemos y confesamos la iniciativa de amor que hay en nosotros. Nos reconocemos como don, como gracia de Dios dada a los hombres.

Oración de transición:

Teniendo esto en mente, me gustaría señalar algunos rasgos específicos de este llamado.

1.- Fuimos llamados para estar con Él.
Por eso es que nos llamamos cristianos. Con el Apóstol Pablo decimos: “Ya no vivo yo, más Cristo vive en mí...” (Ga 2:20). Y ese vivir con Cristo es “nueva vida” que determina todo lo que “somos” y “hacemos”. Por eso es que debemos procurar permanecer en el Señor (Jn 15:4) y cuidar, con la oración nuestro corazón transformado, porque es lo que tenemos para ofrecer y en donde está nuestro verdadero “tesoro” (Lcs 12:34).

2.- Cada creyente es ante todo un cristiano.
Resulta casi obvio decirlo y sin embargo uno de los problemas más serios que tiene la Iglesia y que “hipoteca su tarea evangelizadora” radica en que nos “olvidamos” de ser buenos cristianos. Muchos lamentablemente caímos en la tentación de “correr detrás de lo que engorda y entretiene” pero todos sabemos que eso no alimenta ni ayuda a crecer volviéndonos artificiales e individualistas acorralados en un “cristianismo de apariencia”.

3. El cristiano es un hombre de la Palabra.
Pero de la Palabra “con mayúscula”. Fue precisamente con la Palabra que Jesús se ganó el corazón de la gente. Dice (Mcs 1:45) que la gente venía a escucharlo de todos lados. Dice que quedaban maravillados escuchando sus enseñanzas (Mc 6:2). Sentían que les hablaba como quien tiene autoridad (Mcs 1:27). Y fue con la Palabra que los discípulos atrajeron al seno de la Iglesia a mucho pueblo (Mc 16:15-20)
El cristiano es alguien que se compromete a meditar y rumiar la Palabra de Dios para que sus palabras “sean eco” de ella. Por eso la recibe con la alegría que da el Espíritu (1Tes 1:6) la interioriza y la hace carne y gesto y encuentra en ella la sabiduría de lo alto.
Heb 4:12 dice que: “La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón..”
El cristiano es un servidor de la Palabra, se deja educar por ella, y en ella tiene la serena confianza de una fecundidad que excede sus fuerzas: “…La palabra no vuelve a mí vacía, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé” (Is 55:10-11).

4.- Pero si “hay algo peculiar” que debe caracterizar a todo cristiano es su mirada.
Debemos querer y buscar que el mensaje se “haga vida”.. En Jesús tenemos el modelo, el camino, la vida. Como Jesús cada cristiano debería mostrar una “mirada amorosa” que es “inicio y condición” de todo encuentro con el prójimo.
Los evangelios no han escatimado versículos para documentar la huella que dejó en muchos la mirada de Jesús.
¡No nos cansemos de mirar con los ojos de Dios!
Vivimos en medio de una civilización herida de anonimato y, a la vez, enferma de curiosidad malsana por el otro. Como Iglesia necesitamos de la “mirada cercana del cristiano” para contemplar, conmovernos y detenernos cuantas veces sea necesario a fin de darle a nuestro caminar el ritmo sanador de una mirada respetuosa, sanadora, llena de compasión y esperanza.
¡Cuidemos la mirada amados!. No cerremos nunca nuestros ojos ante el rostro de un niño que no conoce a Jesús. No desviemos nuestra mirada, no nos hagamos los distraídos. El Espíritu Santo nos pone, nos envía para que amemos, miremos, acariciemos, enseñemos... ese es nuestro llamado.
Y los rostros que el Señor nos confía no están solamente en el templo...Están allá afuera, en cada rincón, en cada lugar de nuestra patria.
El mensaje es este: “Vayamos más allá… estemos abiertos a conquistar corazones más allá de nuestros horizontes”.
Recordemos que hay modos de mirar... Están quienes miran con ojos de estadísticas y solo ven números, sólo saben contar... Están quienes miran con ojos de resultados... y sólo ven fracasos... Están quienes miran con ojos de impaciencia... y sólo ven esperas inútiles... Están quienes miran con ojos de envidia…y sólo experimentan frustraciones.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos haga “Partícipes de su mirada”. Una mirada confiada y de largo aliento, una mirada esperanzadora y amorosa.

5.- Pero si algo es propio del cristiano es reconocerse como aquel que “anuncia”.

¿Qué significa anunciar? Es más que decir algo, que contar algo. Es más que enseñar algo.
Anunciar es afirmar, gritar, comunicar, es trasmitir con la vida. Es acercarle al otro tu fe y que la sienta en su espíritu.
Y anunciamos no un mensaje frío o simple doctrina. Anunciamos ante todo una Persona, un acontecimiento, un hecho histórico: Jesús nos ama y dio su vida por nosotros (Ef 2:1-9)
Anunciamos y testificamos “una certeza”: Cristo-Jesús ha resucitado y está vivo en medio nuestro (Hch 10:34-44). Certeza que pueda hacerse vida en el otro, para que el proyecto de Dios se haga realidad en el otro hasta que llegue a la madurez de la fe.

6.- En este contexto cobra mucha importancia nuestro testimonio.
La trasmisión de una doctrina, exige siempre un sustento testimonial. El testigo es aquel que habiendo visto algo, lo quiere contar, narrar, comunicar para que en “el otro” se produzca el milagro del “nuevo nacimiento” y la “llenura del Espíritu Santo.

Conclusión:

Acerquémonos al soplo del Espíritu que nos invita a superar nuestro individualismo desterrando el “no te metás”. Quitemos de nosotros la mentalidad nostálgica y tanguera del “esto no va a andar”, y de esa manera vencer a los “profetas del desaliento”.

En nuestra ciudad, ya hay demasiado dolor y rostros entristecidos como para que quienes creemos en la Buena Noticia del Evangelio escondamos el gozo que nos proporciona el Espíritu Santo.

Por eso, anunciemos con alegría que Jesús es el Señor... haciéndolo con gracia y “ligeros de equipajes, con un corazón lleno de fervor”

Renovemos nuestra vocación, reconfirmemos nuestra misión. Pidamos al Señor la gracia de ser instrumentos de comunión, para hacer de Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires una Casa de todos. Que ese sea nuestro llamado y no otro.

Oremos:
Mensaje a predicar por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Primer domingo de Octubre de 2011 Culto 11hs

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro