sábado, 30 de abril de 2011

¿MIGAJAS EN NUESTRO PLATO CRISTIANO?

Mateo 15:21-28

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí. Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: NO soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: Señor, socórreme. Respondiendo él dijo: NO está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe, hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora”

Sermón:

A modo de introducción quiero mencionar dos historias casi paralelas: Del Pedro, ciego y náufrago en la tormenta, a la historia de la mujer cananea, invisible y marginada.
Del grito de Pedro: “Señor, sálvame” al grito de la mujer extranjera: “Señor, socórreme”.
De la respuesta de Jesús a Pedro: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? a la respuesta: “Mujer, grande es tu fe”.
De la tormenta donde va y salva al “Pedro náufrago” al lugar donde va y le dice a la Cananea: “Que tu deseo se cumpla”.

Y en medio nuestro también está Jesús que nos trae luz , esperanza, amor y salvación y nos invita a preguntarnos…
¿Cómo nos sentimos hoy? ¿Como Pedro o la Cananea?
¡Cómo hijos de Dios que sirven en amor a todos, como pueblo lleno de fe, esperanza y alegría, como cristianos comprometidos con los que menos tienen o como perritos que comen las migajas que caen de la mesa, como insasiables buscadores de bendiciones personales, como interesados promotores de nuestros propios ministerios, como ególatras insaciables carentes de humildad y misericordia, como "victimas" de la vida que van llorando sus penas dia a dia! ¿Seremos los Pedros necesitados y mediocres que llevan migajas en nuestros platos de fe, o los "Mujer Cananea" en busca de plenitud, amor y vida?

Dice nuestro texto de Mateo 15 que esta mujer no fue saludada, no le dieron aplausos de bienvenida. Dice que era gentil, extranjera, y como a un perro había que “despacharla” porque con sus ladridos “molestaba” a todos y Jesús tampoco le hizo mucho caso.
Pero me gusta mucho este texto porque pudo más la fe de esta mujer y su constante insistencia, que todos los rechazos.
Pudo más su perseverancia y atrevimiento que las críticas de los discípulos y la “frialdad” de Jesús.

Es que siempre va a poder más la fe que la duda, la insistencia que el cansancio. ¡Ojalá lo entendamos así todos!. ¿Amén?

Quiero dejar esta visión bien marcada en nuestra querida Comunidad Nueva Vida: Amados, en el corazón de Dios, en la Iglesia de Jesús cabemos todos.
Todos somos llamados a ser injertados en el Árbol de la vida, a pertenecer y a heredar el Reino. Todos somos ovejas perdidas de Israel”.

Que nos quede claro una cosa: La mujer cananea y su hija atormentada por un demonio son símbolo de “todos nosotros”.

Dice que ella se alimentaba con las migajas que caían de la mesa de sus amos. Sin embargo quería participar de la mesa como hija, quería sentirse amada por Jesús, quería gozar de la fiesta que Jesús traía. Y la fe y perseverancia abrieron las puertas del corazón de Jesús. ¿Querremos nosotros también como aquella Cananea abrirnos a la espiritualidad, habrirnos al amor, al perdón, a la generosidad para que Jesús nos abra "sus puertas"?

Y es triste decirlo amados pero muchos evangélicos hoy estamos “viviendo de las migajas de la Iglesia, y de la fe”: Ministerios Ego-céntricos, poco apego a la misión por los necesitados, Oraciones rutinarias, cultos humano céntricos no gozosos, servicios obligados, un amor aparente, una caridad en cuenta gotas, un egoísmo exagerado, una vida cristiana tibia, un recuerdo vago de nuestra consagración. “Migajas en nuestro plato cristiano”.

Y en esta mañana esta mujer cananea nos invita a imitarla. Dice que no se contentó con las migajas que caían de la mesa sino que quiso el Pan entero, el Amor entero, la Sanidad entera, la Vida entera, la pertenencia entera, la comunión entera. !Qué seamos cristianos a la manera de esta Cananea!

Preguntémonos entonces: ¿Por qué nos contentamos con tan poco cuando podemos tener todo?
¿Por qué considerarnos extranjeros cuando somos hijos?
¿Por qué nuestro corazón come de las migajas de los celos, de la envidia, de los temores, de la indiferencia, del rencor, del resentimiento, de la amargura, de la apariencia, del apego a lo temporal y no ser militantes activos por los derechos del hombre, militantes activos del amor, de las buenas obras, de la caridad, del respeto, de la alegria y de la fe?

Los discípulos aquel día hicieron de espantapájaros, lo cual solemos hacer muchas veces nosotros también.
Y a propósito: ¿Quién de nosotros ha visitado y dado apoyo a los aborígenes en la 9 de Julio estos días? !Qué el Señor nos ayude!

Amados, que nos quede claro: Nuestra responsabilidad no es de apartar a nadie que busca al Señor, sino acercarlos con amor, disposición y esfuerzo hasta la fuente de perdón y salvación que es Cristo Jesús y eso lo haremos desde nuestras buenas obras.

Hay un dato por demás de interesante: En Internet hay una lista de las personas más odiadas del mundo. Están Hitler, Ben Laden y muchos otros…
Personas como esas ¿No suscitan en nosotros emociones demasiado fuertes como para pensar en ofrecerles nuestro perdón? Sin embargo por Su amor derramado en nosotros las podemos perdonar.

Preguntémonos: ¿Guardamos todavía una lista de personas que nos han ofendido? Si la tenemos el reto del perdón es más grande, pero la exigencia de perdonar no por eso es menor.

¿Tendrá Jesús una lista? Claro que no tiene lista de personas que odie. La lista de Jesús es la del amor y servicio a todos, incluido vos y yo.

Conclusión:

Se cuenta de un anciano que, por las noches, caminaba las calles oscuras de la ciudad con una lámpara de aceite en su mano.
Una de esas noches un conocido viendo lo que hacía le preguntó: ¿Qué hacés siendo ciego con una lámpara en la mano?
A lo que éste le responde: “No llevo la lámpara para ver, las calles las conozco de memoria, la llevo para que otros al verme a mí encuentren el camino”…
¡Qué en esta mañana -como el ciego de la lámpara- iluminemos con el amor el camino a los demás!
El mensaje hoy es: Llevemos luz y no oscuridad. Llevemos compromiso y no indiferencia, llevemos alegría y no quejas, llevemos pan y no egoísmo, llevemos respeto y no atropellos, llevemos honra y no desprecio, llevemos bendición y no maldición.
Demos luz que es lo mismo que decir Amor, a todos, sin esperar nada a cambio.

Oremos:

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores, Domingo 1 de Mayo de 2011 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.

domingo, 24 de abril de 2011

SALIENDO DE NUESTRAS TUMBAS

Lc 24:1-12

“Las mujeres el primer día de la semana (domingo) volvieron al sepulcro muy temprano, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra que tapaba el sepulcro no se hallaba en su lugar; y entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Estaban asustadas, sin saber qué hacer, cuando de pronto vieron a dos hombres de pie junto a ellas, vestidos con ropas brillantes. Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo, pero aquellos hombres les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando aún se hallaba en Galilea: que el Hijo del hombre había de ser entregado en manos de pecadores, que le crucificarían y que al tercer día resucitaría.
Entonces recordaron ellas las palabras de Jesús, y al regresar del sepulcro contaron todo esto a los once apóstoles y a los demás. Las que llevaron la noticia a los apóstoles fueron María Magdalena, Juana, María madre de Santiago, y las otras mujeres. Pero a los apóstoles les parecía una locura lo que ellas contaban, y no las creían.
Sin embargo, Pedro fue corriendo al sepulcro. Miró dentro, pero no vio más que las sábanas. Entonces volvió a casa, admirado de lo que había sucedido”.

Mensaje:

Ayer dejábamos a Jesús muerto en la cruz, enterrado por los más cercanos, ridiculizado y olvidado por la mayoría. Era “un fracaso humano”: ni siquiera supo escoger a sus amigos que le abandonaron llenos de miedo ante la posibilidad de correr su misma suerte.
Hoy volvemos al sepulcro pero lo encontramos distinto. Ya no está está en la tumba. Ha comenzado la resurrección.

O. T: Volvamos al texto evangélico y tratemos de desmenuzar su contenido para darle una vivencia espiritual en nuestro seguimiento de Jesús.

El primer día de la semana las mujeres volvieron al sepulcro muy temprano (24:1). Iban a cumplir con la costumbre rutinaria sobre el cuidado de los cadáveres de aquella época.

Es triste decirlo pero es lo que hacemos muchas veces los Evangélicos: Acudir en actitud de rutina a la Iglesia. Llevamos perfumes que son nuestra fe y amor, pero los llevamos resignados, sin esperar encontrar nada nuevo, sin alegría. Como aquellas mujeres, no nos acercamos a la Iglesia buscando al Jesús resucitado, sino para hacer algo por tradición o por rutina. Queremos atender a la tradición con el Cristo muerto. ¡¡¡¡Qué el Señor nos ayude en esta mañana de resurrección amados!!!

¿Cuál es la enseñanza?: Que podemos ir a Jesús, o “donde creemos que está”, motivados no por una búsqueda sincera, sino llevados por la costumbre o la tradición sin vida.

Insisto: Aquellas mujeres –como muchos de nosotros hoy- Iban muertas en la fe a buscar un muerto pero ¡Aleluya¡ el Señor les cambió el rumbo.
Iban a perfumar la muerte pero descubrieron el perfume de la vida. Qué nos suceda lo mismo a nosotros esta mañana.

Interesante es que el perfume en el mundo antiguo simbolizaba la inmortalidad. Bañaban a los muertos con perfumes para despistar el hedor de su corrupción, pero a la larga podía más la corrupción que el buen olor.
El problemas de muchos Evangélicos de hoy es que no sabemos ni siquiera dónde está Jesús. No me refiero a la tumba física sino en nuestro corazón para experimentar a un Dios vivo y poderoso. Qué sea entonces en esta mañana.

Dice que cuando llegaron (v.2) la piedra que tapaba el sepulcro no se hallaba en su lugar y entraron, pero no encontraron el cuerpo de Jesús. Hoy es día para remover la piedra del sepulcro para que muchos débiles en la fe puedan entrar. Nosotros creemos porque alguien, alguna vez, fue a la tumba y nos removió la piedra.
La Iglesia, esta Comunidad es el lugar donde estamos los que continuamente “removemos la piedra” de la entrada de la tumba de Jesús para que otros puedan entrar.
Seamos en este día de resurrección los porteros de la tumba del Maestro.
Y mover una piedra cuesta, por eso la fe siempre es complicada, siempre es mover; mover las piedras para que se muevan los corazones.
Pero no fue suficiente abrir la puerta de la tumba; allí dentro no está el cuerpo de Jesús. No es suficiente con ir a la tumba, ni siquiera entrar en ella. La tumba es el lugar de muerte y Jesús ya no tiene sitio en ella.
Estamos aquí en esta mañana para proclamar que: Jesús dejó la muerte para estar en medio de nuestra vida. ¡Gloria a Dios¡

Y dice que la reacción de las mujeres fue la esperada (v. 4-5). Se llenaron de miedo y quedaron asustadas, sin saber qué hacer, se inclinaron hasta el suelo, y dos hombres con ropas brillantes les preguntan y les cuestionan.
Es lo mismo que nos pasa cuando nosotros hacemos algún plan para con Dios. Esperamos impresionar a Dios, pero es el Señor quien nos impresiona. Aquellas mujeres iban a dar algo al cadáver de Jesús y se encontraron con sus miedos.
Miedo por la ausencia de Dios. Se asustaron no porque le vieron sino porque no le vieron. Se asustaron de su ausencia. Qué sintamos ese mismo temor todos nosotros. Que nos preocupe no tener un Jesús presente. Qué vengamos esta mañana a su altar a encontrarnos con un Jesús presente que nos acompañe todos los días de nuestra vida.

La pregunta de aquellos mensajeros (v. 5-7) resuena por los siglos. Se oye en el corazón del hombre cuando lleno de temor intenta buscar a Jesús y no lo encuentra: ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Cuando nos acercamos a un muerto se produce una sensación más que extraña en las personas. Tenemos delante un cuerpo, pero la vida en él ya es ausencia. Ya no nos admiramos ni de su voz, ni de su fortaleza, sólo vemos frialdad, silencio, inmovilidad... Cuando vivimos de verdad un Jesús vivo, la imagen no es el muerto, sino que suscita en nosotros belleza, movilidad, ternura, cariño, alegría. Un Jesús que camina por nuestras calles con nosotros.
Jesús no está en la tumba, ha resucitado; este es el mensaje más importante en la Historia de la humanidad. Nada de lo que se ha dicho en la tierra tiene tanta profundidad ni tanta carga emocional.
Y resucitar es estar con Dios, dejar que Dios tome el timón de nuestra vida y de nuestra existencia de manera definitiva. Mientras estamos vivos estamos resucitados y debemos dar muestra de ello haciendo el bien a toda hora.
Salvación es ser resucitado. Y todos nosotros tenemos hoy que dejarnos resucitar desde “nuestras tumbas”.
Tumba construida por la mediocridad, el temor, el rencor, la duda, la desesperanza, el sentirnos defraudados, desvalorizados, egoístas, faltos de misericordia. Y en lugar de retirar la piedra de la entrada lo que hacemos es cerrarla más. Estamos pudriéndonos pero aún así preferimos la oscuridad de una vida de amarguras que la luz de la vida.
Cuando llevamos mucho tiempo enterrados en nuestras miserias, nos cuesta salir a la luz porque nos deslumbra la fuerza de la vida. Es triste decirlo amados pero hay muchos evangélicos que prefieren la oscuridad de “una vida gris” porque tienen miedo de salir de sus tumbas.
¿Cuáles son tus tumbas? ¿Cuáles tus oscuridades?

Y sigue diciendo el texto que recordaron las palabras de Jesús (v. 6-8). En los alrededores de la tumba donde reinaba la muerte recordaron las Palabras de vida que dijo Jesús.
Muchas veces creemos que Jesús en su muerte se quedó mudo, pero no es así, su Palabra resuena a lo largo de los siglos.
La Palabra de Dios tiene que estar cerca de nuestro corazón porque en ella encontramos las instrucciones para nuestra vida y para nuestra alma. Dios no es mudo, nos dice su Palabra para que nosotros demos una respuesta. Tenemos que tener oídos para la Palabra que viene de Dios.
La Palabra de Jesús se oye, no con los oídos sino con el corazón, de ahí su actualidad. La Palabra está dicha para todos los tiempos, de ahí su frescura y su actualidad. Cada uno de nosotros tiene que tener oídos para un Dios que no cesa de hablar incluso después de la tumba.

Dice más: Las mujeres fueron a los apóstoles con la noticia (v.9-11) pero a ellos les parecía una locura lo que ellas contaban, y no las creían. Los apóstoles tienen una actitud muy humana. No habían entrado en la dimensión del misterio. No creían porque era increíble lo que aquellas mujeres les contaban.
Seguramente creyeron que era sugestión, delirios de un querer que no pudo ser y no les creyeron, las tomaron por locas.
Lo mismo nos pasa a nosotros hoy cuando hablamos a la gente de Cristo. Nos toman por locos, no creen en la experiencia de la vida que vuelve porque ellos una y otra vez han estado en lo profundo de la tumba, sin horizontes, sin destellos de luz, sin puertas abiertas.
A nosotros nos toca descubrir rendijas, perforar la piedra de la incredulidad, ablandar los corazones de piedra y hacerles ver a los demás que más allá de su forma de vida triste y oscura, llena de dolor y de cruz, está la vida nueva que nos trae Jesús.

A pesar de toda la incredulidad Pedro fue corriendo al sepulcro (v 12). La Escritura nos dice que fue "corriendo" al sepulcro. Pudo más las ganas de ver que el miedo al qué dirán o la aparente locura de sus informadoras. Pedro no es curioso, lo que ocurre es que recordó algunas de las palabras del Maestro y quiso verlo por sí mismo.
Recordar, correr hacia donde está Jesús resucitado, ese es nuestro camino en la vida. ¿No es la vida cristiana el seguir a Cristo resucitado? Cada cristiano debe seguir al resucitado, pero tiene que buscar los caminos por los que hoy anda el Señor. Unos a otros podemos anunciar a Jesús con nuestra vida. Y Jesús está por el camino del amor y de la entrega desinteresada.
Mostremos a los que nos rodean senderos interiores que sólo ellos pueden recorrer. Seamos compañeros de caminos y guías de los que no encuentran los recorridos mejores.
Pero tenemos primero que ir quitando las piedras que estorban nuestro seguimiento y el de los otros.
Termina el Evangelio diciéndonos que Pedro miró dentro, pero no vio más que las sábanas que envolvían el cuerpo del Señor.
Tengamos en cuenta el detalle: no vio a Jesús resucitado, pero se volvió a casa, admirado de lo que había sucedido.

Conclusión:

El tiempo de la Pascua nos irá descubriendo la resurrección en sus apariciones. Jesús se hace visible a los que quieren. Cada uno de nosotros tiene que ser capaz de descubrirlo.
Quiera el Señor que esta resurrección nos saque de nuestras miserias y de nuestras tumbas y que ayudemos a otros que se tienen por cuerdos, a encontrar sentido a la locura de la cruz.
¡Feliz Pascua de resurrección¡

Oremos:

Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Pastor Raúl Flores Abril 2011

sábado, 23 de abril de 2011

JESÚS DESCENDIO A LOS INFIERNOS

SABADO SANTO

Efesios 4: 9-10 “Y esto de que subió ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?. El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo”
1Pedro 3:18-20 “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé…”
Apocalipsis 1: 17-18 “Cuando le vi caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas, yo soy el primero y el último, y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.

Propósito específico

Hoy en este Sábado Santo proclamamos con el credo de los apóstoles que Cristo Jesús "descendió a los infiernos" motivo de alegría y fortaleza para nuestra fe. ¿Qué significa?
Este Credo, formulado en el siglo V, se refiere al descenso del alma de Cristo, ya separada del cuerpo por la muerte, al lugar que también se llama "sheol" o "hades".
En este caso "infierno" no se refiere al “lugar de los condenados” sino que es "el lugar de espera de las almas de los justos de la era pre-cristiana". Entre la multitud de justos allí esperando la salvación, estaba Abraham, Isaac, Moisés, los patriarcas y los profetas, como todos aquellos que murieron en paz con Dios.
Todos necesitaban, como nosotros, la salvación de Cristo para poder ir al cielo.

Es que en realidad el propósito de Cristo en descender a los infiernos fue liberar a los justos aplicándoles los frutos de la Redención. Y eso es lo que enseñamos y nos alegramos en saber este Sábado Santo.
Hchs 3:15; Rom 8:11; 1 Co 15:20 Presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en la morada de los muertos dando a entender que Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero descendió como Salvador proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos. Aleluya!!!

La Escritura llama infiernos, sheol o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios a la espera del Redentor. Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos.
Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación, sino para liberar a los justos que le habían precedido.
"Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva..." (1 P 4: 6). El descenso a los infiernos es la última fase de la misión mesiánica de Jesús.
Nuestro Señor dice que bajó a la profundidad de la muerte para "que los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan vivan".
Jesús, "el Príncipe de la vida" (Hchs 3: 15), aniquiló "mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo y libertó a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud" (Heb 2: 14-15). En adelante, Cristo resucitado "tiene las llaves de la muerte y del Hades" (Ap 1: 18) y "al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los abismos" (Filip 2: 10).
Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hacía siglos...
En primer lugar, va a buscar a nuestro primer padre, como a la oveja perdida. Quiere visitar a los que yacen sumergidos en las tinieblas y en las sombras de la muerte.
Dios y su Hijo van a liberar de los dolores de la muerte a Adán, que está cautivo, y a Eva, que está cautiva con él... Y, tomándolo de la mano, lo levanta diciéndole: "Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo". Yo soy tu Dios, que por ti me hice hombre, por ti y por todos estos que habían de nacer de ti ...

Conclusión:

Hoy, en este Sábado Santo el Espíritu Santo nos dice a todos nosotros en esta noche: Despierta, tú que duermes; porque yo no te he creado para que estés preso en la región de los muertos. Hoy es día para salir de la muerte que produce la tristeza. Hoy es día para salir del infierno que produce el rencor y el resentimiento. Hoy es día para salir del sepulcro que produce el egoísmo y la desesperanza. Dejemos que Jesús por su Espíritu nos vuelva a decir en esta noche: “Levántate de entre los muertos; porque yo soy la vida de los que han muerto".

Oremos:

Mensaje Predicado por el Pr. Raúl Flores Sábado Santo 2011 Iglesia Bulogne. Por Silveira.

viernes, 22 de abril de 2011

LLEVAR LA CRUZ COMO JESUS

Juan 19:30
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”

Propósito Específico:

Hoy es Viernes Santo día para mirar la cruz donde estuvo clavada la salvación del hombre. Es el momento de reflexionar qué hizo Jesús por nosotros y qué hacemos nosotros por El.

Cuerpo del Sermón

Al mirar la Cruz que vemos Pr. Flores? Vemos que El vino para ser Camino, Verdad y Vida.
Sin embargo (y es triste decirlo), nosotros, a menudo, caminamos por nuestros caminos, nos creamos nuestras verdades y no dejamos que El dé sentido a nuestra vida.
Dice que El vino para darnos la vida y la salvación, como la vid da la vida a los sarmientos.

En este viernes santo es bueno recordar que Jesús fue el Mesías prometido por Dios a su pueblo. Pero fue también el "Siervo de Yahvé" que soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
Jesús terminó clavado en la cruz construida con la madera de un frío árbol, fue asesinado por su infinito Amor a nosotros y por su obediencia a la voluntad del Padre.

El canto del Siervo de Jehová (Isaías 53) es desgarrador: "maltratado voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como un cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca".

La cruz es símbolo de adhesión, de confianza, de amor. Y, sin embargo, cuando somos egoístas, cómodos, mediocres, faltos de esperanza, amargados, rencorosos, temerosos, tacaños lo matamos en nuestro corazón....lo entregamos como Judas, a cambio de unas pocas monedas sin valor.
Nosotros también -inconscientemente y con nuestra dudosa conducta- decimos muchas veces ¡crucifícale!

Pero aún así y todo…
Jesús nos sigue esperando. Com los brazos abiertos, con deseo de abrazarnos a todos nosotros y a todos los hombres... Con ojos cerrados, con deseo de no volver a ver nuestra maldad y la de los demás... Una cabeza inclinada hacia delante para escucharnos siempre.... Unos pies clavados esperándonos siempre... Un costado abierto, estrecho... porque sólo pueden llegar al corazón de Cristo los que se hacen pequeños.

Jesús en este Viernes Santo, nos sigue invitando."El que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo, cargue su cruz y sígame”.
¿A que nos está invitando el Maestro?
A que nos olvidemos de nosotros mismos y nos centremos en intentar hacer felices a los demás.
A que caminemos por sus caminos y no por los nuestros.
A dejar que se cumpla su plan en nosotros.

Porque respondiendo a la llamada que nos hace a cada uno de nosotros descubriremos el verdadero sentido de la muerte de Cristo e iremos preparando el camino para que el Señor “resucite en nuestro corazón” hasta poder descubrir que la Resurrección convierte el árbol muerto de la Cruz en símbolo de vida para siempre.

En la muerte de Jesús en la Cruz se nos muestra su fidelidad insobornable a Dios Padre. En la Cruz contemplamos al testigo del amor y la misericordia de Dios. El crucificado es el que ha de guiar nuestros pasos.

Conclusión:

Optemos en este Viernes Santo por la Cruz de la vida. Optemos por ser sarmientos de la vid verdadera.
Olvidémonos de nosotros mismos. Carguemos con nuestras pequeñas cruces....y sigamos su camino haciendo caridad y viviendo una vida de servicio a los demás sin esperar nada a cambio.

Oremos:

Mensaje Viernes Santo 2011. Predicado Pr. Raúl Flores en Iglesia de Bulogne Pr. Ernesto Silveira Pcia Bs. As. Culto Noche.

VIERNES SANTO, VIERNES DEL AMOR..

Jn 18:1-19:42
Propósito específico:

Hoy por ser Viernes Santo vamos a hablar de la pasión de nuestro Señor. Pasión y muerte que se convirtió –por amor a nosotros- en causa de salvación. Isaías 53 lo describe magníficamente setecientos años antes como el Mesías que sería traspasado por nuestras rebeliones. Reflexionemos sobre este misterio que es salvación y esperanza para cada ser humano que habita entre nosotros y declaremos el Viernes Santo como el Viernes del amor de Dios hacia nosotros.

Sermón.
Dos verdades que quiero subrayar en este "Viernes del amor"

1. El secreto de la cruz es el amor.

El viernes santo es un día de Celebración en torno a la pasión del Señor y su muerte en la cruz. Hoy se cumple el repetido anuncio de Jesús en los Evangelios sobre su muerte violenta en Jerusalén.

La pregunta es obvia: ¿Por qué tenía que ser así Pr. Flores? La respuesta más profunda y válida solamente puede darla el Señor pues pisamos el terreno insondable de la voluntad de Dios y su proyecto eterno de redención realizado en Cristo.

Ni Dios Padre ni Jesús mismo quisieron el sufrimiento con una pasión tan dolorosa y una muerte tan violenta, pues son realidades negativas "sin demasiado valor".

Sin embargo la valía del dolor, pasión y muerte de Cristo radica en el significado que reciben desde una finalidad superior: La salvación del hombre, a quien Dios ama. Verdad central de nuestra fe: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no perezca más tenga vida eterna” Juan 3:16

Nos consta sobradamente el rechazo natural de Jesús, como hombre que era, ante los sufrimientos de su pasión, tanto físicos: tortura, flagelación, coronación de espinas, crucifixión, como psíquicos: traición de Judas, precio de esclavo a su persona, negación de Pedro, deserción general de los discípulos, ingratitud del pueblo judío, odio de sus jefes religiosos. La "agonía" de Getsemaní es un prólogo suficientemente elocuente.

Jesús, no obstante, acepta el plan del Padre: “Padre que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Éste es el motivo y la razón de la obediencia de Cristo Jesús: El querer del Padre, que es la salvación del hombre por el amor que le tiene.

Jesús entonces carga con la cruz de su pasión por fidelidad al Padre y por amor al hombre, es decir, por solidaridad con sus hermanos. El motivo parece doble, pero en el fondo es único, porque la voluntad del Padre es el amor y la salvación del hombre.
"Por nosotros y por nuestra salvación", es la razón teológica que nuestra fe nos descubre para explicar y entender toda la vida de Jesús desde la encarnación a su pasión, muerte y resurrección.

Hebreos 5:8 Nos dice así: "Cristo, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna" ¿Impresionante no?

2. Amor con amor se paga.

El misterio de la cruz en la vida de Jesús -y, por tanto, también en la nuestra- es revelación cumbre de amor, pues no hay modo más verídico de expresar al amor que dar la vida por aquellos a quienes se ama.

Entonces, el poema sublime de amor que es la vida, pasión y muerte de Cristo pide de nosotros una respuesta también de amor.

1 Juan 4:19-20 dice así: "Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Pero si alguno dice: 'Yo amo a Dios', y aborrece a su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve"

En este Viernes Santo creemos y decimos que la cruz es la señal del cristiano no por masoquismo espiritual, sino porque la cruz es fuente de vida y de liberación total, como señal que es del amor de Dios al hombre por medio de Jesucristo.

Porque el amor que testimonia Su cruz es la única fuerza capaz de cambiarnos a nosotros y al mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo.

Jesús pudo habernos salvado desde el triunfo, el poder y la gloria; es decir, desde afuera, como un superhombre. Pero prefirió hacerlo desde dentro de nuestra condición humana; ser uno más, demostrándolo a base de humildad, servicio, obediencia y renuncia, en vez de imponerse desde la categoría y el poder que –lamentablemente- es nuestro estilo.

Pero Cristo no vino para que le sirvieran, sino para servir, por eso, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz y la ignominia.

Conclusión:

En este Viernes Santo de 2011 mis amados, el Señor nos invita a seguirlo en la auto negación que nos libera, abrazando con amor la cruz de cada día, siempre presente de una u otra forma, y de la que inútilmente intentamos vez traz vez escaparnos.
Saber sufrir por amor es un acto de gran sabiduría.
"El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará", dijo Jesús.

El secreto de la cruz de Jesús es el amor, y la única manera de entenderla y convertirla en fuente de vida es amar generosamente a Dios a nosotros mismos y a nuestros hermanos que son todos los seres humanos que habitan nuestra tierra.
Por eso proclamemos hoy: Viernes Santo... Viernes del amor.

Oremos:

Sermón de Viernes Santo. Predicado por Pr. Raúl Flores Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires.

domingo, 17 de abril de 2011

¿PARA QUE FESTEJAMOS PASCUA?

Juan 2:13-25
“Estaba cerca la pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y espació las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Más él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho. Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre”

Propósito específico
Hoy es domingo previo a la semana pascual. Jesús vivió un domingo así. El llegó al templo un día como hoy a festejar. Su reacción nos deja una gran enseñanza. La pascua tiene que servirnos para mejorar nuestra vida interior.

Introducción.

Ilustración: Una señora fue al médico y le presentó la lista de todas sus enfermedades. Después de examinarla el médico concluyó que era su “actitud negativa ante la vida”, iras, rencores, resentimientos, malos pensamientos… lo que hacía que estuviera enferma.
Dice que el médico le mostró una estantería llena de frascos y le dijo: "¿Ve esos frascos? Todos tienen formas distintas y todos están vacíos. Yo puedo tomarlos y llenarlos con veneno o con medicina. La decisión es mía”.

Moraleja:
Cada día que vivimos es como un frasco vacío. Podemos elegir llenarlo con actitudes positivas: amor, perdón, tolerancia, amabilidad, generosidad, servicio a Dios y a los hermanos…o con el veneno del odio, el rencor, la indiferencia, el pesimismo, la desesperanza, el descontento, el desencanto…

La elección es siempre nuestra.

Y el Señor nos ha regalado hoy este domingo previo a la semana pascual. Y nosotros que estamos aquí vinimos a llenarlo con “la medicina del amor de la fe y de la esperanza”. Vinimos a llenarlo de tolerancia y de buenos gestos hacia la gente. Vinimos a llenarlo con la Palabra de Dios, la oración y la alabanza. Esta ha sido nuestra elección.

Es tiempo de decir no al tentador como lo hizo Jesús. No queremos que sea el tentador el que llene nuestro frasco. No queremos que nuestros caprichos sean los que llenen n/frasco.

El domingo previo a la pascua es tiempo de subir a la montaña y dejarse transformar por el amor de Dios porque queremos cada día ser mejores personas, más amables, más tolerantes, más serviciales, más generosas, y menos ambiciosas, menos materialistas, menos egoístas, menos codiciosas.

Este domingo, es tiempo de purificación.

Jesús, según este texto de Juan 2, viajó a Jerusalén y fue al templo como tantos peregrinos en la fiesta de la Pascua. ¿Y qué vio? Algo como La Salada en un día de rebajas. "Vendedores de bueyes, ovejas, cambistas…"
Vio el templo convertido en un gran centro comercial. Jesús le llama "casa de mi Padre, casa de oración, casa del Reino de Dios".
Aquel día Jesús eligió la medicina de la purificación. Y devorado por el celo “llenó su frasco de valor” para limpiar la casa y convertirla en casa de oración.
¿Se imaginan el lío que se armó? Los jefes del templo llamaron a la policía y ésta rodeó el templo con sus carros y sus tanques. Lo que hizo Jesús aquel día era, en palabras nuestras, como un golpe de estado. En lenguaje bíblico era un gesto profético. La purificación del templo era una lección, una enseñanza sin palabras.
A partir de aquel momento el templo pertenecía al pasado, nacía un templo nuevo.

Con este gesto sorprendente, Jesús quiere enseñarnos tres cosas.

"Este es mi Hijo amado. A él oíd".
Jesús es el rostro encarnado de Dios, es el nuevo templo en el que Dios y su gloria habitan para siempre.
Ya no hay que subir al templo de Jerusalén, sólo hay que acercarse a Jesús para entrar en el nuevo templo y adorar en espíritu y en verdad. Todos los templos quedan abolidos. Sólo en Jesús está plenamente presente Dios. Y todos nosotros somos también templos por la presencia de su Espíritu en nosotros.

"Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días".
El cuerpo destruido de Jesús es el sacrificio nuevo, último y eterno con el que Dios nos demuestra su amor.
Todos los sacrificios de bueyes, ovejas y palomas quedan también abolidos. La muerte de Jesús es el sacrificio que inaugura la nueva alianza.
No más sacrificios. No más sangre de animales. No más negocios en la casa de Dios.
Sólo la sangre de Jesús. Sólo el templo de su cuerpo. Sólo el sacrificio de Jesús. Sólo la resurrección les hizo caer en la cuenta de que Dios había cancelado la vieja cuenta y empezaba un nuevo balance: el de la vida y el amor.

Conclusión:
Semana de la Pascua es tiempo de purificación. Nosotros somos templos del Espíritu, templos de Dios.
¿Haremos como Jesús un látigo con cuerdas en esta Semana Santa?
¿Echaremos, como Jesús, a todos los cambistas y vendedores de nuestro corazón?
¿Haremos de nuestro corazón una casa de oración o seguirá siendo un lugar de derrota, amarguras y pesimismo?
La elección es nuestra. Todos sabemos que el corazón es el centro de operaciones de nuestra vida.
Si en ese centro está el Señor y su Espíritu, llenaremos nuestro frasco de bendiciones, alabanzas y servicio a los hermanos. Y, algún día, como Jesús, sentiremos esa santa ira que nos hará hacer un látigo para destruir a nuestros enemigos interiores y exteriores.

Oremos:

Mensaje predicado Domingo 16 Abril 2011 en Comunidad Cristiana de Buenos Aires. Pr. Raúl Flores

domingo, 10 de abril de 2011

QUITANDO EL TEMOR PARA CUMPLIR LA MISION

Propósito Específico:

Hoy vamos a hablar de Misión. Debemos tener presente que al momento de ascender Jesús nos delega la Misión que no es otra cosa que el compromiso de divulgar al mundo el Mensaje del Evangelio que transformó nuestras vidas. Nunca olvidemos que el ser cristianos genera un compromiso.

Mateo 10:26-33

Sermón.

Es interesante notar que Jesús en este texto prepara a sus discípulos para la Misión y en tres oportunidades menciona que no debían tener miedo en realizarla. Que debían llevarla a cabo ya que la única esperanza de redención para el mundo está en que la Misión sea entendida y que esta se ponga en marcha. Suelo decir muy a menudo una frase de un pensador cristiano que dice así: "Si cerráramos nuestra boca, dejaríamos al mundo sin esperanzas"

Los envía… y nos envía a la Misión. Jesús nos asocia a su misión. Y esa Misión es la misma de Jesús (trabajar en el mundo para que se haga realidad su Reino en el corazón de los hombres). Y es que cuando nos abrimos al Reino recibimos la vida de Dios y no para guardarla pero para compartirla.

Y lo interesante de todo esto es que estos hombres eran parecidos a nosotros, miedosos e incultos que tendrían a su cargo nada más ni nada menos que “continuar la obra de Jesús” después que Él ascendiese a los cielos.
Y es que en realidad lo que los atemorizaba era ver que la mies era mucha y –ellos los obreros- muy pocos.

¿Qué primera enseñanza rescatamos para nosotros aquí?

Que Jesús no nos llamó a formar un grupo de amistad o un grupo de oración. Jesús nos llamó a la Misión y para enviarnos… para hacer presente el Reino de Dios y vivir en el amor de darse al prójimo sin esperar nada a cambio. La Misión de llevar a la gente una “cultura diferente de vida” que los haga más felices, más dichosos, más esperanzados, más fuertes y con más armas para luchar contra las injusticias de la vida..

Sí amados: Jesús llama y envía a llevar el mejor producto, la mejor noticia. ¿Y Cuál noticia Pr. Flores? Que Dios es amor y todos nosotros somos sus hijos que llevamos ese amor de Dios práctico a todos, todos los días, en todo momento.
Todos los que estamos acá en esta mañana, somos llamados y enviados. Y a todos nosotros Jesús nos está diciendo como a aquellos discípulos de Mateo 10: “No tengan miedo”.

¿Y a qué podemos tenerle miedo?

Y es que en realidad todos tenemos miedos que vencer. Hay miedos –por ejemplo- que son inevitables.
Miedo a subir en un ascensor con un extraño. Miedo a perder el trabajo. Miedo a las enfermedades. Miedo a sufrir algún accidente grave. Miedo a lo que piensen de nosotros, a que no nos consideren. Miedo a la crítica, a que no nos valoren, que nos tengan en cuenta. Miedo al ridículo.

Y yo creo que Jesús no habla de “estos miedos” que si se quiere son comprensibles. Jesús habla del miedo profundo e interior del discípulo: Que es el miedo a dar la vida por el Señor, el miedo a dar la cara por el Evangelio, el miedo a decirle a la gente: “Yo soy cristiano, yo voy a la iglesia, yo leo la Biblia, yo amo a Dios y a la gente”.

Jesús está preguntándonos esta mañana: ¿Podemos tener miedo en las cosas del espíritu?
¿Puede un cristiano tener miedo a vivir con alegría su fe?
¿Puede un cristiano tener miedo a dar testimonio de su Señor?

Y es que en realidad nuestra fe en Jesús nos complica la vida, nos impide hacer el mal, hablar mal de nadie, practicar la virtud, hacer el bien aun a aquellos que desean nuestro mal, practicar la generosidad en todo momento sin esperar nada a cambio…

Es como si Jesús nos dijera hoy: “tengan miedo sí, pero al demonio. El es su enemigo. No tengas miedo a tu Padre, Dios”.
“Tengan miedo a los vicios que encadenan. No tengas miedo a mi amor que libera”.
“Tengan miedo a la pereza, al dinero fácil, al placer animal. No tengan miedo al sacrificio, a la virtud, a una vida limpia”.
“Tengan miedo a los malvados. No tengan miedo a mis amigos”
“Tengan miedo a sus instintos pecadores. No tengan miedo al Espíritu Santo liberador y dador de vida”.

Lo opuesto al miedo es el valor. ¿Somos nosotros valientes?
Sí, hay mucha gente valiente. Hay muchos –como solemos decir en nuestro país- “machos” Son valientes sí, pero… en la pelea, en la bebida, en golpear a la esposa, en hablar mal, en traficar con drogas…
Pero Jesús nos habla de ser valientes para gritar el mensaje, para proclamar la fe, para hablar de Jesús, para invitar a la gente a acercarse a Dios y a Su Iglesia, para formar la Comunidad, edificar la Iglesia.
Valientes para defender tu matrimonio, educar a tus hijos, enfrentarse a los malvados.

¿Y de dónde sacaremos fuerzas y valor Pr. Flores?

En el circo los trapecistas se lanzan al vacío sin miedo y hacen sus números con maestría y valor, pero saben que si fallan hay una red que los protege y recoge.
En este “circo de la vida” como cristianos de Comunidad Nueva Vida podemos demostrar el mismo valor porque el Señor es nuestra red protectora.El Espíritu Santo es nuestro ayudador prometiendo estar con nosotros y en nosotros todos los días de nuestra vida.

Conclusión:
¿Qué temor nos paraliza? ¿Cuál obstáculo nos detiene?. La Palabra ha puesto coraje en nuestros corazones. Abandonemos los “miedos humanos” y lancémonos con la ayuda del Espíritu Santo a la tarea de ser testigos en nuestra “diaria Jerusalén”

Oremos:

Sermón predicado por el Rev. Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Domingo 10 de Abril 2011

domingo, 3 de abril de 2011

EL FARISEO QUE LLEVAMOS DENTRO

Propósito Específico:

Hoy vamos a hablar de grados de espiritualidad en relación a nuestra conducta con los demás. Como somos por dentro determinará nuestro comportamiento. Deberíamos ser sinceros y reconocer que todos nosotros llevamos dentro un “pequeño o un gran fariseo”. El reto consiste no en “disimular” sino en “eliminar” poco a poco ese fariseo con la gracia de Dios y la unción del Espíritu Santo.

Mateo 23:1-12
“Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí porque uno es vuestro Maestro, el Cristo y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre nuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Introducción

Ilustración:
Se cuenta que una vez un joven - de buena posición social - comenzó a noviar con una joven artista.
Dice que esta relación con el tiempo se fue haciendo cada vez más íntima al punto de que hizo planes para formalizar su casamiento con ella. Pero como era desconfiado contrató un detective para investigarla a fin de asegurarse de que no había otros hombres en su vida, ni hijos, ni deudas, ni nada oscuro en el “armario” de su vida.
El detective que desconocía esta relación se pone a trabajar. Lo único que tenía era el nombre de la joven.
Dice que durante algunos meses la sigue y, al final de su investigación cuenta:
“La señorita es una joven encantadora, honrada, y muy decente. Sólo hay una cosa que reprocharle, últimamente sale con un joven -de muy buena posición social- que es de carácter dudoso y de reputación sospechosa.”

Moraleja: Este joven hipócrita recibió la medicina que necesitaba.

Y acá hay varias enseñanzas que deberíamos tener presente:

1.- Antes de mirar la paja en el ojo ajeno hay que quitar la viga dentro del nuestro.
2.- Cuando señalamos con un dedo, tres están apuntado hacia nosotros y uno hacia Dios.
3.- Las malas acciones tarde o temprano nos traen consecuencias

Volviendo a nuestro texto de Mateo 23 debemos afirmar que lo que Jesús está haciendo con aquellos religiosos es también el trabajo de un “detective privado”
Dicho de otro modo: Investiga “las palabras y conductas” de aquellos fariseos… También como en nuestra ilustración era gente –de buena posición social- y de –buena religión- pero de reputación sospechosa.

A los ojos de Jesús estos fariseos son definidos como los que:

Hacen de la religión un negocio.
Manipulan la ley de Moisés para sus propios fines.
No obran para Dios sino para la galería.
Buscan los mejores sitios.
Buscan honores y títulos.
Todo es fachada, por dentro llenos de huesos secos.

Por eso Jesús aconseja con personas y líderes así a:
No seguir su ejemplo, no generar acuerdos, ni tener compañía con hipócritas.

Es que en realidad Jesús, el verdadero “detective privado”, denuncia una religión que es falsa, vacía, de ritos y costumbres superficiales. Gente que lleva la Biblia en la mano pero no en el corazón.

Y en esta mañana el Mensaje nos pide reflexionar: ¿Qué es la religión? ¿Qué es el culto verdadero? ¿Qué es el templo? ¿Qué es la alabanza de la vida que es distinta a la de los labios? ¿Qué es Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires?

Amados, me habrán escuchado muchas veces decirles que el culto, la espiritualidad, es el “cordón umbilical” que nos religa, que nos une con Dios nuestro Padre y nos “abraza” con la gente haciéndonos solidarios con ellas.

Un cordón umbilical que “no” se puede cortar porque quedaríamos huérfanos y nos separaríamos de la fuente de vida y felicidad que es Cristo Vivo.

En realidad lo que Jesús está haciendo es decirles a los fariseos, a los hipócritas, de ayer, pero también a nosotros hoy: “Ustedes cortaron el cordón umbilical que les une a Dios y a los hermanos. Ustedes se han quedado con lo que no sirve para nada: la ley, las apariencias, los saludos, las palabras, las citas de la Escritura.... Ustedes buscan seguidores para su causa, no para la causa de Dios”. ¿Triste no? Pero es lo que ocurrió en aquellos tiempos y es lo que ocurre también en los nuestros.

No les parece bueno que nos preguntemos esta mañana: ¿Si Jesús tuviera que hacer un informe de nuestra Comunidad qué diría? ¿Si tuviera que hacer un informe de nosotros qué expresaría?
¿Nos ve Jesús como a los fariseos de su tiempo? ¿Vacíos, superficiales, sin los frutos del amor, con el cordón umbilical del Espíritu Santo cortado?

Es que amados, nos guste o no, “todos llevamos dentro un pequeño o gran fariseo”.
El reto consiste “no” en disimular sino en “eliminar” poco a poco ese fariseo con la gracia de Dios y la unción del Espíritu Santo.
El desafío consiste en no señalar a nadie con el dedo sino en dirigirlo a uno mismo y pedir en esta mañana la ayuda del Espíritu Santo.
El reto consiste en vivir religado a Dios, a los hermanos y a la Comunidad practicando la unidad.

En definitiva: Lo que Jesús quiere es que aprendamos y vivamos como discípulos, como hermanos. Aquí en Comunidad Nueva vida, todos somos discípulos, todos alumnos, todos aprendices.
Sólo tenemos un Maestro: Cristo.
Sólo tenemos un Señor: Cristo.
Sólo tenemos un Dios, Padre de todos.

Y el más importante entre nosotros no es el que más habla, ni el que mejor predica, ni el que preside, ni el que aparenta... El más importante es el que “más sirve” a los demás.

Las palabras humanas son necesarias e importantes y, aunque a veces sean hipócritas y no manifiesten nuestra oculta intención, si no están de acuerdo con la Palabra del Señor, nos disminuyen y denuncian nuestro estado espiritual.

Conclusión:Preparemos en esta mañana nuestros corazones para ser tratados contra el virus del "fariseismo". Que el Señor nos devuelva el título de "siervos inutiles" y que ese título lo llevemos con "orgullo santo" a todos lados. Queremos ser mayores SI, pero sirviendo. Amén



Oremos:

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires el domingo 03 Abril 2011 Culto mañana.

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro