sábado, 15 de junio de 2013

MENSAJE PARA EL DIA DEL PADRE


                                                        
Génesis 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”

Cuenta una fábula que en el taller del cielo, se reunieron arquitectos, carpinteros y los mejores obreros celestiales los cuales debían fabricar al padre perfecto.
"Debe ser fuerte", comentó uno.
"También, ser dulce", comentó otro experto.
"Debe tener firmeza y mansedumbre: tiene que saber dar buenos consejos".
"Debe ser justo en momentos decisivos, alegre y comprensivo en los momentos tiernos".

"¿Cómo es posible, interrogó un obrero, poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo"?
"Es fácil", contestó el ingeniero. "Sólo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo". Todos rieron ante la ocurrencia.

De repente se escucha una voz (era el Señor, dueño del taller del cielo):
"No es fácil la tarea, pero tampoco imposible. Si ponen interés y amor en ello lo lograrán".

Y dice que tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a darle forma.
"¿Tierra?, preguntó sorprendido uno de los arquitectos. ¡Pensé que lo fabricaríamos de mármol, o marfil o piedras preciosas!.
"Este material es necesario para que sea humilde, contestó Jesús.

Y extendiendo su mano sacó de las estrellas oro y lo añadió a la masa.
¿Y ahora este oro? ¿Para qué? Pregunta otro de los sorprendidos obreros…
"Esto es para que en pruebas brille y se mantenga firme".

Finalmente agrega a aquella masa, amor y sabiduría.

Luego le da forma, sopla de su aliento y cobra vida.

Pero... faltaba algo...  En su pecho quedaba "un hueco".
"¿Y qué pondrás ahí?", preguntó otro de los obreros.
Sin contestar palabra alguna, abre su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, saca su corazón, arranca un pedazo, y lo pone en aquel hueco.

Dos lágrimas salen de sus ojos mientras vuelve a su lugar su corazón ensangrentado.

¿Por qué hiciste eso?", le interrogó un ángel obrero.
Aún sangrando, Jesús contesta:
"Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia, y sobre todo, que esté dispuesto al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de padre allá en la tierra, regresará a mí.

Y satisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aquí en mi reino. Le extenderé mi mano, descansará en mi pecho y tendrá Vida Eterna.
Pues yo también soy Padre y por él, por su bien, para otorgarle vida, me arranqué del corazón un pedazo de amor y lo puse en su pecho.

Y un día derramaré mi sangre en una cruz, para darle perdón y mostrarle que aunque es duro ser padre, cuando extienda sus brazos y perdone, en su imperfección se volverá “perfecto” y la recompensa será para él vida, gozo y amor eterno.

Oremos por todos los padres.

FELIZ DÍA DEL PADRE 2013 PARA TODOS LOS PAPAS…

Mensaje del Pastor Raúl Flores en el día del padre. Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, 3er domingo de Junio 2013

SIGUIENDO EL CAMINO DE "LOS PASTORES"

Lucas 2:8-20

Dice esta Palabra que estos pastores "después de escuchar" el mensaje del ángel "fueron" a toda "prisa" a "ver" al niño Jesús.
Interesante lo que dice la Biblia con respecto a quiénes pueden "llegar" a Dios... Dice que "los sencillos" y "puros" de corazón son los que verán a Dios.
Todo el pueblo evangélico deberíamos orar para que muchos al escuchar el mensaje del Evangelio por el medio que sea, sean movidos (como estos pastores) a ir con toda prisa a los pies del Señor.
Pero nosotros también los que ya estamos en el camino debemos dejarnos llevar hasta Jesús sin oponer resistencia alguna. Que el Espíritu Santo nos dé pies de "gacela" para correr (como estos pastores) hasta la presencia misma de Jesús y en ese lugar adorarlo (practicando la caridad con nuestro prójimo todo el tiempo).
Dice que ellos (los pastores) pusieron en práctica lo que les había pedido Dios por medio del ángel: "Caminar hasta Belén donde encontrarían al Salvador".
Y es esto lo que precisamente necesitamos saber y hacer. Para "Tener al Cristo" hay que decidirse a dejar "los rebaños" del egoísmo, la comodidad, el placer, la vanidad, el orgullo, etc, pues no existe un Cristo a "nuestra medida" sino el "Unico" que encontraron los pastores "Al niño envuelto en pañales recostado en un pesebre".
Insisto en esto amados: Para llegar hasta El hace falta ser humildes pues la entrada del establo donde estaba Jesús era "pequeña" y exigía "agacharse".
Y es que Jesús en ese "pesebre" nos enseña justamente que seguirlo requiere humildad, obediencia, pureza de corazón. Exige cruz, muchas veces dolor, pobreza de corazón y obediencia a la voluntad de Dios.
Y es esto y ninguna otra cosa lo que le da verdadera paz y felicidad a nuestros corazones.

Una gran lección de amor y humildad nos dejan estos pastores porque no preguntan ni cuestionan sino con sencillez "aceptan el anuncio" y "salen maravillados después de contemplar a Jesús" Aleluya.

Amados, que salgamos de este culto y de cada culto y toda vez que vayamos a Su presencia, glorificando y alabando a Dios por todo lo que hemos visto y oído al habernos encontrado con El traduciéndolo en buenas obras para con nuestros semejantes en nuestro diario vivir.

Pero insisto: Para que esto ocurra nos hace falta humildad, desprendimiento de nosotros mismos y oración de tal manera que todo aquel que nos escuche se maraville de las cosas que les digamos y hagamos por ellos. Entonces glorificarán y querrán (como nosotros) conocer a Jesús y experimentar su amor y salvación.

Conclusión:
Que en esta noche hagamos una opción radical por la oración, la obediencia y el servicio en amor para con todos aquellos -que como los pastores- están deseosos de llegar hasta donde Jesús esta.

Oremos.

Mensaje predicado por el Pr Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida en La Lucila. Anexo Junio 2013











domingo, 2 de junio de 2013

¿HACEDORES DE PUENTES O DIQUES?



MARCOS 10:46-52

Y muchos le reprendían para que callase… Vs 48a

Nos llama la atención ver a los discípulos de Jesús intentando acallar a un pobre e ilusionado ciego llamado Bartimeo…
Esta “actitud” tiene poco que ver con el Evangelio del amor y compromiso. Tenemos que tener cuidado de no ser “Zebedeos” que acallan a quienes hoy también como Bartimeo piden auxilio a Dios.

Y si miramos el contexto de esta historia nos vamos a dar cuenta de donde parte esta actitud de indiferencia y menosprecio hacia el prójimo de parte de aquellos discípulos.

Interesante ver que en los Vs 36-38 de M arcos 10 Jesús va y les pregunta a los hermanos Zebedeos (Santiago y Juan cuando se postran para hacerle una petición) ¿Qué quieren que haga por ustedes?  
Interesante lo que ellos responden. No eran ciegos. No estaban pasando por necesidad, pero en sus corazones había otros sueños. Sueños de grandeza y poder que “los segaban” tanto como al mismo Bartimeo. Pero una ceguera más fuerte y dolorosa: La de la ambición. (Puestos de honor, ejercicio del poder era lo que ambicionaban sus corazones)

Es que en realidad la petición miraba por puestos de honor y reconocimiento. “Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda” (Vs37) ¿Cuál fue la respuesta? “No sabéis lo que pedís…”  Jesús les corrige el enfoque de una concepción terrena y errónea del Evangelio y les señala que el camino del Evangelio no es otro que el del sacrificio y servicio al prójimo, el camino de la entrega y del amor.
¿No nos estará pasando como pueblo evangélico lo mismo?

¿No será que nosotros también hemos perdido los sueños del Evangelio y abrazamos “los nuestros propios” y el amor al prójimo se nos ha vuelto “chiquitito, difuso” y hemos quedado como Bartimeo en tinieblas?.
Dicho de otro modo: ¿Habremos perdido el amor hacia el prójimo y entonces nos hemos vuelto “Zebedeos”. Acompañamos a Jesús por el camino si, pero los gritos de los  “Bartimeos” nos molestan?

Si, puede que muchas veces nos molesten los gritos de quienes sufren a nuestro lado. Nos moleste el grito bien clamoroso de alguien que cerca  nuestro pasa necesidad. Nos molesta quien nos pudiera hacer salir de nuestra comodidad o de nuestra cerrazón.

¿Qué quieres que haga por ti? Vale también para nosotros. Quizás es la pregunta que necesitamos oír del Maestro con lo que es nuestra vida espiritual hoy, con las actitudes erróneas que pueda haber en nuestro corazón, o con la rutina que adormece los buenos deseos de “hacer algo” por los Bartimeos que están allá afuera.

El ciego Bartimeo le respondió: “Maestro que pueda ver”
Sí, ese (creo yo) debería ser el pedido de cada uno de nosotros hoy.  
Jesús es nuestra luz.
Que venga esta mañana a abrirnos los ojos del alma para que encontremos la verdadera luz (la del amor, del compromiso, de la entrega) y no nos encandilemos por luces de falsos oropeles que de nada nos sirven.

Que venga Jesús hoy por medio del Espíritu Santo a darnos esa luz que necesitamos para que le reconozcamos a El, pero también para que aprendamos a reconocer en los demás, en el rostro de los que sufren o pasan necesidad, el verdadero rostro de Jesús y no discriminarlos ni tampoco ignorarlos y menos resistirlos.

El viene en esta mañana a darnos la luz que necesitamos para cambiar de actitud y actuar de una manera nueva y distinta: La del amor del servicio y del compromiso hacia tantos Bartimeos que necesitan y quieren llegar hasta Jesús. Seamos pontífices (hacedores de puentes) y no diques.

Jesús es nuestra luz, luz que necesita nuestra vida para que  nos demos cuenta de que no podemos “entorpecer el camino” de los demás que quieren llegar a Jesús.
Que no podemos acallar esos gritos que nos hacen volver la mirada con sinceridad a donde hay verdadera necesidad, o a donde hay sufrimiento.

Jesús es la luz que llena nuestros ojos y nuestro corazón de amor y de misericordia para que aprendamos a tender la mano al que tembloroso camina a nuestro lado para ayudarle a hacer el buen camino, el de la salvación, de la reconciliación, de la vida.

Y ¿Cómo termina esta historia? Este ciego llamado Bartimeo “Recobró la vista y le seguía a Jesús por el camino” (Vs52) con gran gozo en su corazón y cantando a Aquel que había llegado hasta él con la salvación para su vida.

Y los hermanos Zebedeos, que primero querían hacer callar los gritos del ciego  aprenden la lección de que primero está el servicio aunque eso signifique hacernos los últimos y servidores y esclavos por amor de todos. Y ¿Qué hacen ahora?  Ayudan y llevan al ciego hasta Jesús porque saben que Jesús les está esperando, no solo al ciego sino también a ellos para sanarlos de sus “cegueras”, bendecirlos y llenarlos de vida.

Conclusión:

Y a nosotros ¿qué luz nos va a dar el Señor? ¿Qué es lo nuevo que vamos a encontrar en el corazón tras ese paso de Jesús a nuestro lado en nuestro camino de la vida? ¿Qué necesitaremos que el Señor ilumine en nosotros?

Tenemos que ver cuales son nuestra cegueras, cuáles son las ataduras que hay en nuestro corazón, cuales son nuestras oscuridades, cuál es la pobreza que hay en nuestra vida para llenarla con la riqueza de la gracia del Señor y la unción de su Santo Espíritu.

Nos toca ponernos con toda sinceridad delante del Señor y gritarle desde nuestra ceguera y nuestra pobreza: “Señor no queremos ser servidos, ni jactancia, ni honores humanos, ni puestos para que nos reconozcan; queremos ayudar a que lleguen hasta ti todos los Bartimeos necesitados que esta ciudad alberga”.
El está esperándonos.

Dejémonos conducir por el Espíritu Santo hasta Su presencia siguiéndolo por el camino con el mismo entusiasmo y alegría de Bartimeo dando gloria a Dios y haciendo “de puente” para todos los que lo necesitan tanto “aquí adentro” como “allá afuera”.

Que así sea. Amén.

Oremos.

Mensaje a predicar por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Junio 2013.


Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro