sábado, 21 de agosto de 2010

DEJATE CURAR LAS MANOS...

Introducción:
Hoy vamos a hablar de Actitudes hacia el servicio. ¿Nos damos? ¿Retenemos? ¿A la hora de servir buscamos excusas para no hacerlo? ¿A la hora de servir nos mostramos ambiguos? ¿Servir no está entre nuestras prioridades de vida? ¿Entendemos bien lo que es servicio y que a eso nos llamó Cristo? ¿Por qué siempre son “unos pocos” los que sirven en la Iglesia? Todo eso demuestra que tenemos necesidad de corregirnos. Lo cierto es que el Evangelio es servicio. Cuando nos convertimos a Cristo una de las primeras cosas que hace el Espíritu Santo es llenar de amor (caridad) nuestros corazones tratando de esa manera con nuestro individualismo. A la mayoría de nosotros no nos gusta que “nos manden”. Nos cuesta obedecer. Somos reacios a la sumisión.
Y nuestra Comunidad tiene como parte de la visión concientizar “a todos” sobre la necesidad de estar activos en el servicio cristiano las 24 hs del día. De ese modo la tarea se reparte y se evita el sobrecargo de unos pocos.
Cuando mostramos poca actitud hacia el servicio estamos evidenciando falta de sanidad interior.
Lo que queremos es ser curados.

Y el pasaje bíblico que quiero compartir en esta mañana tiene que ver con eso.

Marcos 3:1-5

“Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.» Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano”.

Me gusta este texto porque habla de nosotros.

De “nuestras manos” (actitudes) que son comparables a la de este hombre de la mano paralizada.

¿Será que somos capaces de extenderlas para ayudar a nuestro hermano?

¿O parecemos fariseos que juzgan y condenan sin prestar atención a las necesidades de los “tullidos” que abundan entre nosotros?;

Pero: ¿Qué hace Jesús Pr Flores?

Elije siempre hacer el bien al que “reconoce” estar necesitado.

¿Y nosotros?

¿Cómo respondemos, cómo reaccionamos ante la necesidad en nuestro hogar, Iglesia, lugar de trabajo?

¿Nos cuesta hacer el bien al que vemos tullido?

Si es así entonces lo que estamos necesitando es humildad. Reconocer que estamos necesitados. Que en realidad somos nosotros los “tullidos” y que el Señor venga primero a nosotros y nos sane. Sane nuestro corazón, alma, mente y cuerpo.

De esa forma vamos a poder extender nuestra mano al necesitado, a nuestro prójimo, a nuestro cónyugue, hijos, hermanos, familiares, en nuestro trabajo, a todo aquel que veamos necesitado de consejo y aliento.

Debemos mantener una actitud permanente de perdón y servicio a todos pero también a quienes nos han hecho daño.

Porque esa mano que una vez estuvo paralizada y secada por el odio, la indiferencia el rencor, en este día está siendo sanada por el amor de Dios.
Sí amados, yo creo que, en esta mañana, mientras estamos predicando esta Palabra, el Señor por medio de su Santo Espíritu, se está paseando en nuestro medio buscando sanar nuestro corazón y volverlo generoso, dadivoso, predispuesto a darse a todos en servicio, especialmente a los necesitados.

¿Cuántos quieren ver sus manos sanadas? Y sanadas no “para lastimar” sino para abrazar, trabajar, servir, ayudar, guiar.

¿Qué actitud mostramos ante las necesidades afectivas, materiales y espirituales de nuestro prójimo?,

Ahora que entendemos un poco más nuestro llamado ¿Por qué nos cuesta extender la mano?, ¿Será que esta seca y paralizada?

Que el Señor nos ayude amados. Que Jesucristo nos sane en esta mañana. Que el venga y nos pida “abrir el corazón” a todos y nosotros de buena gana le obedezcamos.
¿Será que estaremos dispuestos a recibir sanidad y así transformarnos en “agentes sanadores” de tantos tullidos que nos rodean?
Sigamos transformando nuestro corazón. Que nuestra “visión religiosa” sea cambiada en “visión bíblica”

Ofrezcamos nuestros “huesos secos” al Señor. Y que Él les de vida.

Reconozcamos que lo que le podemos ofrecer es una mano seca para que Él la sane y con ello nos ayude a perdonar y amar, a superar pruebas y dificultades.

Que seamos de provecho en este mundo plagado de “Tullidos” necesitados.

Que el Espíritu Santo nos ayude en este día a extender la mano a los necesitados de nuestro “metro cuadrado”.

Podemos pensar que es difícil extender la mano, sobre todo a los que nos dañaron, pero recordemos una cosa: Cristo es el que nos pide que lo hagamos y nosotros estamos aquí para obedecerle.

Jesús lleva en sus manos las “llagas de Amor” por la que fuimos sanados.
Él conoce tu dolor y necesidad. El y nosotros como Comunidad necesitamos tus manos curadas para que sanes a otros.

Conclusión:

Necesitamos una Iglesia de “manos curadas”. Ofrezcámosle nuestras manos al Señor y levantémonos como un ejército restaurador al servicio de Jesús.
Que el Señor nos sorprenda en esta semana y que la Paz de Nuestro Señor Jesucristo este con Ustedes siempre.

Rev. Raúl Flores

Mensaje predicado Jueves 03 Junio 2010 Del Viso.

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