domingo, 6 de mayo de 2012

¿QUE ES ESTO POCO... PARA TANTOS?

Mateo 14:13-21 Propósito específico: Dejar como enseñanza que: El mayor de todos los errores, estriba en no hacer nada porque sólo puedes hacer poco. Lo que el Texto está diciendo es que estamos invitados a dar de comer a los que pasan hambre. A nuestro lado muchos son los que necesitan nuestras oraciones, nuestra visita, nuestro testimonio, nuestra palabra de ánimo, nuestra mano tendida, nuestra cara de acogida, nuestra ayuda oportuna. Y aunque le digamos: "Es que es muy poco lo que tengo Señor... es que yo no sé... es que me da pena". Jesús nos dice una y otra vez: "Dame lo que eres y lo que tienes, por poco que sea, porque eso sirve para el propósito de traer salvación a la tierra". Es que en realidad ante este problema hay dos lógicas: La lógica humana del cálculo egoísta y el desinterés: ¡despídelos, Señor! Y la lógica divina del compartir caritativamente: ¡Dadles vosotros de comer! ¿En cuál estamos nosotros? El mensaje del Evangelio es bien claro: hay que compartir y así el Señor alimentará a su pueblo. ¡Lo que no se puede hacer con cinco panes y dos pescados! Jesús dio de comer a 5.000 hombres y le sobraron doce canastas. Y sin contar las mujeres y los niños, que llegarían, yo creo, en total a unos 15.000 personas en ese descampado. Ni Eliseo ( 2 Reyes 4: 42-44), ni Jesús, crearon los panes, sino que les llevaron unos pocos panes, y Eliseo y Jesús los partieron y los repartieron. Y así hubo para todos. Así debemos hacer nosotros: tenemos pocos panes, pero no siempre los repartimos, ni los compartimos. Y así nos va: 3.700 millones gritan de hambre, de los 5.700 millones que habitan en el planeta... y 40.000 niños mueren de hambre diariamente, además de los 15 millones de leprosos y los 800 millones de analfabetos del mundo. ¡Sin hablar de los millones que aún no han sido evangelizados ni escucharon hablar de Jesús! ¡Hay que compartir, el Mensaje, compartir la justicia, la fe, el amor, la dignidad, los derechos, la paz, la cultura, las desgracias, las alegrías, las penas... Dios no reemplaza al hombre. Lo que el hombre no le da a Dios, Dios no lo puede multiplicar, no lo puede “trocear”. Pregunto en esta mañana: ¿Siempre tienes disponibles en tu corazón tus cinco panes y los dos pescados? ¿Te importan tus hermanos hambrientos? ¿Te los estás comiendo solo en el rincón de tu egoísmo? ¿No ves la cantidad de hermanos tuyos que se están muriendo de hambre? ¿No te compadeces de ellos? ¿no te importa que la gran familia de Dios, que también es tuya, esté mendigando? Y así nos va. ¡Qué egoístas somos! ¿Dónde están tus panes y pescados? ¿Donde está la compasión? ¿Donde quedó la obediencia? ¿Que hicimos con la caridad? ¿Te los comiste? Recordemos esto: Jesús hará el milagro, si tú compartieras tus cinco panes y dos pescados. Si no, nada puede hacer. Oración de Transición: El proceso para que surja esa caridad es claro. Jesús nos dá el ejemplo: 1.- “Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a Él”. Primero: levantar los ojos y ver. Pues, "ojos que no ven, corazón que no siente". El egoísmo nos impide levantar los ojos. La indiferencia nos tapa los ojos. Y la ambición nos ciega. ¡Abre tus ojos! ¡Levanta tus ojos y mira a tu alrededor cuántos están muriéndose de hambre material, de hambre de amor, de paz, de justicia, de cariño! 2.- “Sintió compasión”. Segundo: sentir compasión. Nuestro corazón debería ser un sismógrafo que sabe registrar las necesidades del prójimo, de nuestro hermano. ¿Por qué el corazón a veces está parado ? Otra vez: el egoísmo. El egoísmo nos hiela el corazón. ¡Deja que tu corazón reaccione al ver tantas miserias” ¡Compadécete! Dios quiere amar a través de tu corazón. ¡Prestale tu corazón! 3.- “Háganlos sentar”. Tercero: dar solución concreta. Sí, mirar al cielo y bendecir y orar; pero también, distribuir esos cinco panes y dos pescados que entre todos podemos juntar. ¿Qué nos impide esto? De nuevo, el egoísmo. El egoísmo no mira ciertamente al cielo, ni bendice los alimentos, ni tampoco los distribuye. El egoísmo se va a una esquina donde nadie le vea, ni le moleste, y ahí, se los come él solo todos los panes y pescados: “¡Son míos! Tengo hambre... me los he ganado con honestidad... me queda mucho camino de vuelta y quiero tener fuerza...”. Somos familia, somos comunidad, y en cuanto pongas tus panes y pescados se agranda la familia y se forma la comunidad, y se sentarán, nos sentaremos, y comerán, y comeremos, y habrá alegría y amor. ¡Ven, comparte! ¡Forma comunidad! 4.- “Recojan los pedazos”: ¡Impresionante!, habrá en abundancia para otras ocasiones y para otros hermanos. ¡El milagro de Dios por haber dado "nuestro poco": cinco panes y dos pescados! Todos satisfechos. ¡Así es Dios: frente a la mezquindad del cálculo humano emerge con claridad la generosidad del don divino! Aprendamos la lección. ¡Da y habrá para todos y se recogerán para otros hermanos y para otras ocasiones! ¡Gloria a Dios! Conclusión: El egoísta nunca está satisfecho. Nunca recoge, porque no da. No se le multiplica su gozo, su alegría, su caridad y su fe, porque nunca los comparte. ¡Maldito egoísmo que nos cierra ojos, corazón y manos, ante las necesidades de nuestros hermanos! “¡Qué nos importa que haya 3.700 millones que gritan de hambre, de los 5.700 millones del planeta! ¡Qué nos importa que haya 40.000 niños que diariamente mueren de hambre! ¡Qué nos importan los 8.000 millones de analfabetos y los 15 millones de leprosos! ¡Qué nos importa que haya habido un tornado en Buenos Aires, y se mueran de hambre en Formosa, y que todas las noches recojan papeles en las calles, para hacer algunos pesitos y poder comer! ¡Sólo tenemos cinco panes y dos pescados!”. ¿Es que no sabemos que si los compartimos, el Señor hará el milagro para que haya para todos, se sacien, e incluso que sobre para otras ocasiones y para otros hermanos nuestros? ¿Por qué no hacemos la prueba? Abramos los ojos... Abramos el corazón... Abramos las manos...Experimentaremos la felicidad y repartiremos felicidad. Recordemos: El mayor de todos los errores, estriba en no hacer nada porque sólo puedes hacer poco. Oremos: Mensaje a predicar por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Culto 11hs.

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