sábado, 14 de julio de 2012

ABRIENDO NUESTROS SEPULCROS…



Texto: Juan 11:25-27
"Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá: y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre."

Esto es lo que dijo Jesús a su buena amiga Marta e, inmediatamente le pregunta: “¿Crees esto?”
Y me llama la atención este texto!!! Porque es una afirmación y pregunta que Jesús también nos hace hoy a nosotros porque podemos estar como Lázaro en algún “sepulcro de muerte” sin saberlo.  Innumerables pueden ser hoy nuestros sepulcros.  Sepulcros donde muere la esperanza, el gozo, el optimismo, las ganas de servir y de vivir. Sepulcros donde decae el optimismo y somete a la fe… Sepulcros donde reina el rencor, la frustración, la indiferencia y la falta de motivación…

Veamos algunos de estos “sepulcros”… Identifiquémoslo y pidamos a Jesús que nos vuelva a dar vida…

1.- El sepulcro de la tristeza.

Cuando el pesimismo o la desilusión nos envuelven algo ha muerto en nosotros. Preguntémonos: ¿Disfrutamos con entusiasmo el vivir?, ¿No reímos  al menos una vez al día?, ¿Entramos en comunión con Dios y con quienes nos rodean? ¿Contagiamos buena onda en los demás?

2.- El sepulcro del egoísmo.

El que no ama está muerto. Vivir para sí es condenarse a morir por asfixia. Sólo el que pierde su vida, vive. Sólo el que vive con, por y para otro está vivo.

3.- El sepulcro de la esclavitud.

Yo les llamo “las esclavitudes íntimas”, las de las cosas, de las circunstancias, de los prejuicios, de los demás. Hemos “vendido el alma” por un bienestar y ha muerto nuestra capacidad de trascendencia, de buscar más allá, de mirar a Dios y esperar en él.

4.- El sepulcro de la falsedad y el error.

Vemos la realidad de determinado color y vivimos en un mundo de engaños. Se nos ha falseado la verdad del amor, la felicidad, el éxito, el sufrimiento, y la vida. El peligro es que si vivimos en una realidad falsa estamos muertos a la verdadera vida.  Vivimos más de ilusiones que de verdades. Vivimos más de recuerdos y deseos que de esperanzas constructoras. Somos pero “no nos tenemos” y así, estamos muertos.

5.- El sepulcro del miedo.

Miedo a enfrentarnos  a la verdad, a lo que puede pensar o decir la gente, miedo al tiempo, a los años, al fracaso, a la soledad, al dolor, a la vida.

6.- El sepulcro del vacío.

Estamos llenos de cosas insignificantes, preocupados por una cantidad de problemas sin importancia, vacíos. Relacionados con muchos, pero superficiales. Apurados, pero sin rumbo. Eso se llama “anemia”. Se nos escapó el alma. Vivimos sin vivir. La verdadera vida se nos escapa.

Conclusión:

Y la pregunta nace: ¿Quién abrirá nuestros sepulcros? Sepulcros de mediocridad, ni fríos ni calientes, endurecidos y acostumbrados.
¿Quién nos dará la mano para salir de grises y frías sepulturas?
¿Quién gritará y llorará sobre nuestras tumbas para rescatarnos de la muerte y devolvernos el calor de la vida?

Hay uno solo que puede hacerlo y se llama Jesús…

“Yo soy la Resurrección y la Vida; quien cree en mí, aunque este muerto, vivirá.” Hoy por esta Palabra de Juan 11 escuchamos otra vez la promesa que da sentido a la vida: “Yo abriré tus sepulcros”.
Sólo un Dios que ama puede hablar así. Un Dios que comunica vida, Creador, un Dios que se llama Amor.

“Yo abriré tus sepulcros” Significa que Dios no nos creó para la muerte. Dios nos sigue creando ininterrumpidamente. Ininterrumpidamente sopla sobre nosotros su Espíritu vivificador, ininterrumpidamente nos cura y leva las losas de nuestros sepulcros, y nos grita: “¡Yo soy la Resurrección y la Vida!”.
Así todas “nuestras muertes” se convierten en vida… y resurrección… para servir más y mejor…

“Yo abriré tus sepulcros”  Significa: Yo convierto hoy tus tristezas en fiesta, tu enfermedad en salud, tu tristeza en gozo, tu egoísmo en generosidad, tu esclavitud en victoria, tu confusión en certeza, tu miedo en valor, tu vacío en llenura. Dejémonos ministrar por esta Palabra. Dejemos que en esta mañana el Espíritu Santo quite miedos y esclavitudes. Digámosle: “Ven Señor y haznos libres”  Quítanos la sed y el hambre, y pon agua y comida inagotables.

La bendición hoy es: “Yo abriré vuestros sepulcros” porque "Yo soy la Resurrección y la Vida"
Celebremos esta liberación y digamos como Marta "Sí, Señor sácame del sepulcro y lléname de vida” para servirte más y mejor.  
Amén.

Mensaje Pr. Raúl Flores. Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Culto Domingo 15 Julio 2012

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