lunes, 24 de mayo de 2010

Recoged las sobras...

Recoged las sobras


Juan 6:12 “…Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada” Vs 13 “…Y llenaron doce cestas de pedazos”

Propósito específico: Señor somos doce cestas llenas… Nos miramos por dentro sin darnos cuenta de las cosas buenas que sobran en nuestra vida… sin saber muchas veces que hacer con ellas.

Ayúdame a mirar mi corazón porque entiendo que es ahí donde hay abundancia de vida, de generosidad, de servicio para compartir.

Juan 6:12 “…Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada”

El Vs 2 habla de “que le seguía una gran multitud porque veía las señales que hacía en los enfermos” La clave para dar lo que de Cristo abunda en nosotros está en seguirle. Vs 5 La multitud había pasado muchas horas allí y estaban con hambre. Jesús prueba el corazón de Felipe. Felipe no pasa la prueba y Andrés consigue ver a un muchacho con cinco panes y dos peces Vs 9 Su pregunta es obvia porque razona con lógica y no con fe. Finalmente en el Vs 11 Vemos que Jesús activa el milagro multiplicando los panes y peces el cual cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños comen hasta saciarse. Y es que cuando se comparte, Dios hace el milagro de que haya para todos y aún sobre.

Interesante es lo que Jesús va ha hacer después. Dice Vs 12 que ordena recoger “todo lo que sobra” de panes y peces.

Y acá hay una enseñanza tremenda: En el Evangelio abundancia no significa despilfarro. Lo que “tenemos” o “nos sobra” no debemos perderlo.

Las 12 cestas están llenas y hay que conservarlas.

Las 12 cestas somos nosotros.

Llenas significa “abundancia de gracia, de dones, de unción en nosotros”

Lo interesante es que antes tenían cinco panes y dos peces y ahora –con Jesús- hay suficiente para alimentar a cinco mil porque dice que queda sobrando una canasta para cada uno. Esto es profético… Vamos en línea ascendente amados… Aleluya!!!

“Recoged las sobras para que no se pierda nada” es la orden de Jesús Vs 12

¿Te pusiste a pensar “ahora que estás en Cristo”, ¿Cuántas cosas abundan en tu corazón y que puedes compartir con los demás?

No siempre se trata de llenar estómagos vacíos.

No solo el estómago tiene necesidad sino también el corazón humano.

Y en ese “…dadles vosotros de comer…”, pensé en “nuestros 5 panes y 2 peces” con los que nosotros también satisfaremos una multitud hambrienta…

El pan y pez del amor

En tu corazón abunda y sobra mucho amor.

No solo dar a amigos, a los que tienes cerca, a los que te caen bien.

Hay mucha gente necesitada de cariño. Gente que muere de falta de amor. Y lo que queremos ver en nuestra Comunidad es gente que se da generosamente a todos.

La visión es compartir el amor derramado en ti.

Ese amor que sobra en tu corazón y que es mucho.

¡Que no perdamos nada del amor que es capaz de dar nuestro corazón!



El pan y pez de la bondad.

En tu corazón abunda la bondad.

Hay también bondad que llevamos dentro. Que el Espíritu Santo nos ayude a ver esa bondad.

No des de esa bondad solo a quienes tienen suficiente.

Estamos habituados a ver lo malo que llevamos dentro y nos olvidamos de reconocer la bondad que el Espíritu Santo hace brotar de nuestro interior!

Mucha gente necesita una palabra de cariño, un gesto de bondad. La bondad y el amor sana, restaura, libera, prepara el corazón de la gente para recibir de Dios.

El pan y pez de la disponibilidad

En tu corazón abunda y sobra el tiempo.

No es cuán ocupado estamos sino cómo administramos el tiempo.

Si somos buenos administradores, tendremos tiempo de sobra para cumplir nuestros deberes y ayudar a quienes viven solos, a enfermos que nadie visita, a gente que no tiene con quien hablar, a ancianos que nadie visita, a niños carentes de hogar.

A un buen administrador el tiempo sobra.

Miles muriendo en la soledad de su corazón.

Regalarles del tiempo que nos sobra, sería como devolverles vida que no tienen.



El pan y pez de la generosidad.

En tu corazón abunda la generosidad.

Todavía haya mucho egoísmo en nuestros círculos cristianos. Todos llevamos generosidad dada por Cristo. Generosidad no repartida con los que ya tienen demasiado.

¡Hay muchos necesitados de esa generosidad que a nosotros nos sobra!

El pan y pez del gozo.

En tu corazón abunda la alegría.

Cristo ha puesto gozo en nuestros corazones. Su gozo en nosotros es sin medida. No tengamos temor en expresarlo.

Muchos cristianos pasan la vida cargando tristezas y amarguras.

El tiempo de compartir el gozo del Señor llegó.

Hay gente que vive triste, angustiada, desolada, desconsolada esperando que compartamos con ellas nuestro gozo.

Nadie pide que por compartir el gozo del Señor tengas que vivir triste.

Comparte la alegría que llevas de sobra en tu corazón.



El pan y pez de la esperanza

En tu corazón hay mucha esperanza,

Aunque sientas que se te nubla el horizonte aún así Cristo ha puesto esperanza en ti y para los demás.

Es tiempo de compartir esa “cesta de esperanza” que sobra en tu corazón, con los desesperanzados, sin futuro, sin horizonte ni sueños en su vida.



El pan y pez de la paciencia.

En tu corazón te sobra paciencia.

La lucha también nos cansa, fatiga, pero el Espíritu Santo puso el don de la paciencia en ti y para con los demás.

¿La gente mayor es insoportable? Regálales un poco de esa paciencia que te sobra.

¿A los vecinos no los aguantas? Regálales algo de la paciencia que te sobra.

¿Te digo algo? En tu corazón hay más capacidad de paciencia que la que realmente consumes cada día.

Y esa paciencia la necesita: Tu marido, tu esposa. Tu hijo, tu hija y tus ancianos.

Conclusión:

Si te miras por dentro, te darás cuenta de cuántas cosas sobran en tu vida, que no sabes qué hacer con ellas. Cosas que ya no consumes e incluso te estorban y no sabes qué hacer con ellas. No te fijes tanto en tu chequera, ni en los armarios que ya están llenos, ni siquiera en la heladera donde hay muchas cosas que se están echando a perder.

Mira tu corazón. Porque es ahí donde más abundancia hay en tu vida.



Oración

Señor: Siempre creemos tener menos de lo que tenemos,

porque nuestro egoísmo no se llena con nada.

Nos has regalado un corazón demasiado grande,

porque nos lo hiciste algo parecido al tuyo.

Por eso todos llevamos dentro demasiadas cosas que no utilizamos.

Demasiado amor que termina por no amar a nadie.

Demasiada bondad que se apolilla de vieja por no regalarla.

Haznos sentir también a nosotros la necesidad de compartir.

Tal vez, no lo necesario, pero al menos “las sobras”.

Esas “sobras” que pueden dar vida y hacer felices a muchos.

Rev. Raúl Flores  Comunidad Cristiana Nueva Vida    Buenos Aires, Argentina

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