sábado, 24 de diciembre de 2011

CELEBRANDO NAVIDAD PARA UN 2012 EN PAZ

Propósito específico:

Hoy la celebración de la navidad está devaluada. Necesitamos en este tiempo revalorizar su sentido y descubrir el hermoso mensaje que esconde en su seno. Que sea la Palabra de Dios la que nos devuelva la capacidad de comprender su verdadero significado.

Lucas 2:6-7

A más de 2000 años de la primera Navidad, la histórica, la real, se encierran las más variadas maneras de entender lo que ésta significa.
Lo que quiero decir es que la Navidad real ha sufrido tal deterioro que es como una artística escultura hecha añicos. Basta con leer los títulos de revistas o diarios y ver o escuchar la publicidad de la T.V. o la radio para darnos cuenta donde ha caído esta hermosa celebración que debería ser para todos nosotros un tema de profunda y gozosa reflexión.
Insisto: Hoy la Navidad perdió su sentido espiritual. Para muchos es un día que hay que “festejar en grande" y comprar muchos regalos. Es la navidad del consumo y de la diversión, del placer, de abundantes manjares rociados de buenos vinos pero (lamentablemente) con olvido e indiferencia de lo que "pasa afuera" de nuestro entorno íntimo…
Es que en realidad esta "falsa navidad" comenzó cuando cambiamos pesebre por árbol y hoy quedó reducida a una "palabra-consigna" para festejos y diversiones, paseos y turismo y hasta derroche irritante.
¿Triste no?... Pero real.
¿Qué nos tendrá que decir la Palabra de Dios al respecto?. Vayamos a la historia real y veamos que nos dice la Biblia.
Lucas el evangelista especialista en la historia de la infancia de Jesús, nos describe la primera Navidad así:
“Mientras estaban en Belén, a María le llegó la hora del nacimiento de su hijo.
Como no encontraron ningún cuarto donde pasar la noche,
los hospedaron en el lugar de la casa dónde se cuidan los animales.
Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales
y lo acostó en un pesebre” (Lucas 2: 6-7)
Unos pastores, que se encontraban en la cercanía, al tener la noticia de que su Salvador acababa de nacer, corrieron a Belén para ver esto que Dios les anunciaba y Lucas insiste en un hecho conmovedor, impensado, admirable, describiendo la escena navideña de la primera Noche Buena en Belén de Judá: “y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre” (Lc.2.16)
Podemos ver entonces a la luz de las Escrituras que la NAVIDAD es el regalo de Amor de Dios a hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares de la tierra. El regalo es: "Un niño acostado en un pesebre".
¿Un niño?... SI... un niño.
Y ese Niño es nada menos que Dios hecho hombre, llamado Jesús, acostado en dura y desnuda madera. Lo que hace Navidad es producir el glorioso nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios-Padre que venía a quitar los pecados de todos los hombres, el tuyo y el mío también.
Navidad, entonces, es mucho más que regalos y consumo. Navidad es Jesús para quienes lo quieran recibir y aceptar como salvador, guía y modelo en sus vidas.
Pero Lucas 2 nos dice algo más. Dice en segundo lugar que Jesús, nace vacío de cosas, en absoluta pobreza, nace excluido y marginado. Dice que su madre María y su padre adoptivo José, pobres y marginados no le pudieron ofrecer más que una dura madera en donde reclinarlo. Dice que aún los primeros visitantes en aquel día era gente mal vista por la sociedad y desprovista de lo más elemental.
Dicho de otro modo: Su entrada a nuestra historia fue literalmente de lo más pobre, y lejos del mínimo bienestar material.
Por eso me pregunto hoy: ¿Esta extrema situación del nacimiento del Hijo de Dios fue sadismo o un signo de Dios-Padre indicándonos las condiciones para recibir su “regalo” –nuestro Salvador- y así celebrar la auténtica Navidad y vivir esa navidad todos los días de nuestra vida?
A la luz de la Palabra de Lucas 2 no caben dudas que el Señor nos está enseñando cuál debe ser la Navidad real; cuáles son los preparativos que hemos de emplear si pretendemos celebrar una auténtica Navidad y recibir al Salvador (que no es otra cosa que vivir con un corazón vacío de interes propio, lleno de ganas de servir, de amar y de enseñar desinteresadamente el camino de Jesucristo a quienes nos rodean).
Me encantaría que cada creyente evangélico en esta Navidad optara por celebrar la "Auténtica Navidad" que no es otra cosa que encontrarnos con Jesús Salvador y Señor, vivir un mayor compromiso espiritual y social, practicar la justicia, andar en amor, y combatir con todas nuestras fuerzas “la pobreza e inequidad espiritual y material que nos embarga”.
Cuando no hay lugar para el Dios de Amor, se enciende el fuego destructor. Cuando se da lugar al “dios fama-dinero” aparece el mal ejemplo que engendra alejamiento de la Iglesia y de Dios.
¿Qué hacer en esta Navidad entonces? dar lugar en nuestras vidas a Jesús nacido en Belén y entonces reinará en nuestros corazones la justicia, el amor, el servicio, el compromiso, una fe firme y una paz y gozo abundante.

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS
pr. raul flores

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