Isaías 40:28-31
“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan
a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y
no se cansarán; caminarán y no se fatigarán”.
Propósito específico: Desarrollando una vida de fe
victoriosa.
Uno sabe que en los
jóvenes (Etapa de nuestra conversión) está la fuerza. Pero aún los muchachos se
cansan (Prueba, desafíos, satanás, el mundo) y flaquean, pero
los que esperan en Dios (Continua llenura E. Santo), esos no se cansan;
no importa la edad que tengan (los años en el Evangelio) los que esperan en
Dios tendrán nuevas fuerzas. La
Biblia compara la vida del cristiano con el águila. En el
texto leído y en muchas partes de la
Biblia al hijo de Dios se lo compara con un águila.
O. Transición: Veamos
entonces seis características que tiene el águila y que Dios espera que
nosotros por medio de esta Palabra podamos desarrollarlas.
1. Para Ser
Águila se Necesita Nacer Águila.
Hay una identidad en sí mismo. Una fábula cuenta que un
huevo de águila terminó en un gallinero. Fue criado como gallina, sin saber que
podía volar como las águilas porque en realidad era águila. Un día correteando
se dio cuenta que “había una fuerza dentro de sí mismo” y al extender sus alas pudo comenzar a
volar.
Cuando uno no conoce
al Señor vive como un pollo mojado, lo único que ve es lo que tiene delante, no
tiene otro panorama que el del piso. Pero cuando conocemos al Señor la Biblia nos dice: “Que el
que está en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron y he aquí todas
son hechas nuevas”. Cuando yo conozco a Cristo vuelvo a nacer, antes era pollo,
ahora he nacido para ser águila. El
Señor nos ha llamado para ser águilas. Hay una nueva identidad dentro de nosotros que “debemos desarrollar” y
así pelear y vencer.
2. El Águila Hace su
Nido en lo Alto de la Roca.
Job 39:27-30. El águila hace el nido en las alturas, en los lugares
más altos y desde allí lo observa todo. No fuimos llamados para vivir en el llano, para vivir como un pollo; fue
llamado para vivir como un águila y el águila hace su nido, su habitación en la
altura del peñasco. No podemos vivir en el lodo de la llanura (pecado). Jesús
ha derramado su sangre por nosotros no para que sigamos conviviendo con el
pecado.
Vivir en lo alto es
desarrollar una vida espiritual, tenemos una nueva identidad. Dios ha puesto un espíritu dentro nuestro el cual clama:
¡Abba Padre!, Dios ha puesto una identidad dentro de nosotros que aun en medio
de la lucha de nuestra alma y de nuestra carne, que quiere las cosas de la
carne, dentro nuestro hay una identidad que quiere estar con Dios.
Por eso el que se
convierte quiere estar con Jesús, quiere orar, quiere la Palabra , quiere predicar, quiere
venir al culto, ganar a alguien para Cristo, está dispuesto a servir al Señor, porque le está
dando prioridad a la identidad que tiene.
El águila (sin saber)
dentro de ella hay un instinto, las aves como los animales no tienen
inteligencia, tienen un instinto natural que los lleva a hacer algo, sin saber
porque lo hacen, los lleva a “ser lo que son”. Cuando recibo a Cristo dentro
mío hay una identidad, no debemos matar esa identidad, no debemos
destruirla.
Cuando el Espíritu de Dios viene dentro nuestro y quiere
llevarnos a las cosas de Dios, no debemos apagar esa voz, si lo hacemos
comenzaremos a vivir como un pollo, pudiendo ser águilas. Debemos darle lugar
al llamamiento interno, esto no es nada místico, es la inquietud interna para
estar en las cosas de Dios, para abandonar el pecado.
Vs.28. Es entonces que tenemos una nueva perspectiva de la
vida, a tener una nueva visión de todo, en el llano hay cosas que parecen
gigantescas; pero en la cumbre lo que parecía grande se hace pequeño. ¿Perdió
estatura? No la perdió La diferencia está en la perspectiva que tengamos. El águila ve las cosas desde arriba y no las ve
desde abajo.
Los problemas son grandes para nosotros
cuando vivimos una vida de pollo, pero cuando comenzamos a vivir una vida de
águila todos los problemas comienzan a ser pequeños. No es que los ignore sino que mi posición ha cambiado porque he respondido a la identidad que Dios me dió.
Cuando el creyente le
habla a Satanás y lo reprende, no mira hacia arriba sino mira hacia abajo, porque
tiene su posición de autoridad. Puede haber problemas pero nosotros
debemos estar por encima de los problemas. Hay una identidad dentro nuestro que
debe ser desarrollada.
¿Qué es vivir en las
alturas? Es vivir en la altura de la santidad, los lugares
altos son los lugares de la santidad. “En la iglesia un santo y
durante la semana una vida de pecado”, eso es ser religioso. El águila es un
ave que vive apartado del resto. El Señor nos ha llamado para vivir para Él.
El águila en la
altura se está consagrando. El águila todo lo ve; a 183 metros de altura
puede llegar a divisar una moneda de 0,10 centavos; por eso se habla de la
visión que tiene el águila; a 8
Km . puede ver saltar a un pez de 15 cm . El
águila tiene la capacidad de ver.
El cristiano es aquel
que bajo el Espíritu de Dios, puede ver las oportunidades, negocios, aperturas de
trabajos que otros no ven. ¿Porque?
Porque no tiene la visión del pollo. Vive en una dimensión distinta, ha tenido
un llamado diferente, vive en la altura del compromiso con Dios. La vida del
cristiano no es para vivirla a medias, es una vida comprometida.
Jesús les dijo a sus
discípulos: Ustedes se quieren ir, váyanse ya. Pero el que me quiera seguir
tiene que estar dispuesto a comprometerse. El evangelio es para los que se comprometen con las
cosas de Dios. Estamos comprometidos con las cosas de Dios, con
sus sueños, con ver nuestra familia transformada, con ganar a nuestros vecinos,
para ver toda una nación transformada por el poder del Evangelio. Es vivir en
la altura de mi comunión. Es tener mi tiempo para orar con Dios.
Deut. 32:11
Un nido de águila
puede tener casi 2 mts de extensión. En las cumbres, lo construye con ramas,
espinos, cardos, le pone hojas, plumas, cueros de roedores, convirtiéndolo en
un lugar confortable y ahí nacen los polluelos. Cuando crecen, el águila
instintivamente comienza a retirar el cuero, las pajas, las plumas, y el lugar
que era confortable ahora ya no lo es. El águila provoca que los polluelos despierten y
comiencen a volar y se hagan águilas, que desarrollen la
capacidad, la identidad que tienen dentro de sí; pero el águila no los
abandona, los lleva sobre sus alas. De repente comienza a volar y todo lo que
decía: Yo no podía, ahora comienza a decir: Yo puedo.
Satanás nos maneja
por nuestros temores, y nosotros somos desafiados por el espíritu de Dios a dar
pasos de fe. Pero somos atemorizados y retrocedemos otra vez y queremos dar un
paso para crecer, pero tenemos temor y volvemos para atrás. Satanás nos dice: “No
vas a poder, no vas a pagar tus deudas, no vas a encontrar trabajo, no vas a
salir adelante”. Me quedo en el nido y me encuentro deprimido, angustiado y no
puedo salir porque los temores me retienen. Ha llegado la hora, el Espíritu
Santo en este día y por esta Palabra va a excitar la nidada para que salgamos y
que comprobemos que dentro nuestro hay una identidad de águila y que Dios hará
algo grande sobre nosotros. El águila que se atreve a volar puede declarar: “Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”.
4. Las Águilas no
Aletean, Las Águilas Planean.
Isaías 40:31
Las águilas están al
borde del peñasco y esperan que pasen las corrientes térmicas de aire. Hay
vientos y aires que tienen otra temperatura, ese aire caliente que sube. Cuando
el águila lo identifica, abre sus alas y se deja llevar. La corriente de aire
caliente hace el resto sin esfuerzo el águla comienza a volar. Nosotros no hemos sido llamados a ser
gansos. Satanás querrá que aunque tengas una nueva
identidad, sigas viviendo como un ganso.
Vs.29. Vivimos
por causa de las luchas de la fatiga, del cansancio, del agotamiento. ¿Dónde
encuentra la causa el cansancio, la fatiga y el agotamiento? En querer vivir la
vida como un ganso, en pensar que mi propio esfuerzo va a cambiar los
resultados, en cualquier área, lo económico, el comenzar a
poner todo mi esfuerzo para salir adelante, en lo ministerial, en servir al
Señor, en ministrar la alabanza, mi propio esfuerzo no lo hará, el resultado será la fatiga, el
cansancio y el decaimiento.
Zacarías 6. El
águila espera el paso del viento, debo de esperar el mover del Espíritu Santo,
que él haga lo que yo no puedo hacer, si yo lo quiero hacer, me voy a agotar,
destruir. Debemos esperar que Dios se mueva, confiar en lo que Dios va a hacer. Dios
es fiel
5. Las Águilas
Conocen su Posición en la
Tormenta.
Cualquier ave tiene
un gran enemigo que es la lluvia. Porque si sus alas se mojan ya no pueden
volar. Cuando llueve, se esconden en las cornisas, en los árboles, para no
entrar en contacto con el agua. El ave que desafía el frente de la tormenta es el
águila. Cuando la
tormenta se avecina, el águila utiliza las corrientes térmicas y se deja llevar
y comienza a subir hasta donde el sol brilla. ¿Desde dónde estoy viendo la
tormenta, la estoy viendo desde abajo, o desde arriba? No somos pollos, hemos
sido llamados a ser águilas, no estamos atados a la tierra podemos volar.
El águila busca el
lugar que le pertenece, las alturas. En medio de las pruebas debemos buscar el lugar que nos
pertenece, dejar que el Espíritu de Dios nos hable. Busca el lugar para el cual
Dios te ha rescatado, deja que el espíritu de Dios nos lleve a la oración, la
intercesión. Traspasar la tormenta y ver que Dios esta con uno.
6. El Águila se
Rejuvenece.
El águila tiene un
punto crítico en su vida. El pico se seca, las alas comienzan a secarse, los
ojos comienzan a tener escamas, las plumas comienzan a caérsele, como que
llegara el momento de su muerte, es el momento más crítico. No puede volar, no
puede ver, la capacidad de visión que tiene la pierde, pierde la capacidad de
alimentarse y aparentemente está destinado a morir. Muchas
mueren pero otras entran en “la cueva del peñasco” y allí terminan de arrancar
las ultimas plumas, la sangre corre, golpean su pico en la
roca; de alguna manera inexplicable hay “un aceite” que comienza a derramarse
sobre sus ojos, sobre su pico, sobre sus alas, comienza a sanarlas, los días
pasan y las plumas comienzan a desarrollarse, las escamas de los ojos caen, el
pico se reconstituye por completo, el águila se da cuenta que es la hora de
salir de la cueva y volver a surcar los cielos, porque fue “totalmente renovada”.
El águila que “no
toma decisiones termina muriendo” y lo mismo el creyente que no toma decisiones
termina muriéndose. Cuando uno se da cuenta de que no vuela
como volaba antes, cuando se pierde el amor a la Palabra , el amor por
congregarnos, cuando se pierde la visión, la pasión por las almas. Es cuando
las escamas están cubriendo los ojos, nos quejamos de todo, murmuramos por
todo, todo nos cae pesado. Pero cuando “se mete en la peña el aceite es
derramado sobre su vida”, el aceite de la unción, el aceite del Espíritu Santo , es la obra de Dios. Dios nos ha
llamado para que seamos águilas y no pollos.
El hora de levantarte
y pelear. Recupera tu identidad. Vengamos al altar (que es nuestro peñasco de
hoy) y que el aceite del Espíritu Santo se derrame en nuestros corazones a fin
de volver a levantarnos y pelear con nuevas y renovadas fuerzas dadas por el
Espíritu de Dios.
Que así sea. Amén.
Oremos.
Pr. Raúl Flores.
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