domingo, 20 de junio de 2010

"BUSCADORES DE CIEGOS" (Prédica completa)

“BUSCADORES DE CIEGOS”

Juan 9:1-11
Acá hay una historia tremenda.
Dice esta Escritura que Jesús mientras va de camino un ciego de nacimiento despierta su atención. Y sus discípulos al ver el interés puesto en él, le preguntan: ¿quién pecó Jesús, él o sus padres?
Dicho de otro modo:¿Quién tuvo la culpa de que naciera ciego?
Y mientras meditaba en esta escena me veía reflejado en aquellos discípulos porque nos pasa también a nosotros que “andamos buscando razones para justificar nuestro desinterés por los otros”. Buscamos “culpables o responsables para condenar y no absolver, y de esa manera desentendernos de los otros”. En vez de pensar que “cada ciego” es, ante todo, una vida con necesidad. Un hombre en apuros. Una persona en aprietos. Un corazón en desdicha.
Limpiémonos de ese espíritu, si es que vamos a “ser reconciliadores”, “hacedores de puentes” entre Dios y el hombre y así “rescatar” del apuro, del aprieto, de la carencia, escasez, miseria y pobreza a “los ciegos” de allá afuera, pero también a los de aquí dentro
Pero Gloria a Dios que Jesús ve las cosas con “otros ojos” y no como los nuestros que necesitan “ser lavados” para ver.
Y me gusta mucho este texto porque muestra que Jesús no ve la ceguera en este hombre como “un castigo” por haber pecado. Sino “como una ocasión” para manifestar Su misericordia. Su amor. Su Perdón y Salvación.
Él mismo dice en Su Palabra (Vs3): “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura. La noche viene, cuando nadie puede trabajar”.
Aún es “de día” amados. Tiempo de la gracia. Del favor divino. De la oportunidad de que muchos regresen al Señor y otros sean salvos. La noche llegará algún día. Tiempo del arrebatamiento de la Iglesia y el fin de la gracia.
Involucrémonos ahora que es de día con “los ciegos” de afuera como los de adentro.
¿No es acaso este nuestro llamado como Comunidad? ¿No tanto a juzgar, lamentar y preguntar porqué el mundo está como está, porqué muchos se enfriaron en la fe y otros siguen indiferentes a nuestro mensaje; sino a manifestar en “acciones diarias” Su amor y perdón para que “los ciegos que nos rodean” alcancen el favor, la gracia, el poder, el amor de Dios y vengan al Camino?
Que no perdamos de vista nuestra visión amados.
Somos “Buscadores de ciegos”. Andamos en la vida para restaurar vidas.
Jesús dijo: “Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo… Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…” (Mt 5:13-16)
Que Mateo 5:13-16 se cumpla en nuestras vidas porque Comunidad Nueva Vida nació para ser “sal y luz” a todos y sin exclusión.
Nuestro llamado es restaurador.
Entendemos que “Dios está tanto en la ceguera como en la sanidad”. Porque lo que a Él le importa es curar. Y en esa visión nos movemos.
¿Acaso estemos necesitando algún milagro hoy… esta semana… este año?
El tiempo de ejercitar la fe con obediencia llegó a Comunidad Nueva Vida.
Identifiquémonos con los “ciegos carentes” que nos rodean. Restauremos vidas. Discipulemos.
Llevemos el mensaje del Evangelio a toda criatura.
Y “las señales y milagros” de Marcos 16:17 nos alcanzarán.
Pongamos en marcha el texto de 2Pedro 3:9 que dice que Dios “...no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
Jesús en “aquel encuentro” con el ciego no recrimina, ni juzga, ni razona, ni manifiesta prejuicio alguno, pero identificándose con él, realiza el milagro. ¿Resultado? Sanidad, salvación y restauración.
La obra de Dios es hecha, el trabajo de compasión y amor concluido.
Es que en realidad para Dios “no hay culpables”; sólo “personas que salvar”. Apartados que deben “volver”. incrédulos a “tener un encuentro con Él”.
Ayer fue el ciego, hoy son los de nuestra casa, vecinos, parientes, amigos.
Finalmente con un poco de barro y saliva Jesús le unta los ojos y manda a lavarse en la fuente de Siloé.
Al mandato le sigue la obediencia y la obediencia desata la bendición.
Obedece y ve. Se lava y recupera la vista… ¿resultado?: Conoce a Jesús.
La obediencia es el camino que nos lleva conocer a Jesús.
Dime cuánto Le obedeces y te diré cuánto Le conoces.
Y lo interesante es que fue creciendo su respuesta a cada pregunta sobre la identidad del que lo sanó.
Porque en el Vs15 le llama “hombre" “Ese hombre llamado Jesús me puso lodo en los ojos, me lavé y veo". En el Vs 17 ya lo llama "profeta". En el Vs 33 “Enviado de Dios” "Si este no viniera de Dios, nada podría hacer". Y en el Vs 38 Le llama “Señor” "Creo, Señor, y le adoró".

Es que cuando Jesús nos toca con “Su lodo” la fe va creciendo. Empieza como luz luego se hace visión luego conocimiento y finalmente adoración.
¿En qué nivel de fe estaremos?
Luz 2) Visión 3) Conocimiento 4) Adoración.
Es que la fe no es una estación a la que llegamos para quedarnos, sino un viaje al que nos subimos para andarlo.
Y en ese “viaje hacia la fe” tenemos que ir descubriendo “cada día” sus capas profundas.
De luz a visión, de visión a conocimiento y de conocimiento a adoración.
Porque en este “viaje cristiano” se nos llama a crecer, madurar y responder cada día con mayor convicción.
No basta con decir: "Ese hombre llamado Jesús". “Ese sí que era bueno. “Ese sí hacía maravillas”. “Ese sí revolucionó”. “Ese sí enseñó amor y compasión”… porque hay muchos hombres buenos en el mundo.
No basta con decir: "ése es un profeta"… porque hay muchos profetas.
No basta decir: "si este hombre no viniera de Dios no podría hacer nada"… porque ha habido y hay muchos hombres de Dios.
Estamos llamados a decir: “Yo creo, Señor. Tú eres la luz de mis ojos. Sólo tú tienes palabras de vida eterna. Sólo en ti hay salvación. Sólo tú eres Señor”.
Y para llegar a eso tenemos que orar mucho, adorar mucho y juntarnos con los que viven en el Señor.
Que en esta mañana “unte nuestros ojos” a fin de alcanzarlo.
Necesitamos ver a los ciegos como los ve Jesús.
No con indiferencia, ni insensibilidad, ni desinterés ni desprecio, o como si nos molestaran, o buscando pretextos para no verlos.
Mirémosle con los ojos de Jesús.
¿Habrá algún ciego entre nosotros que necesite “lodo” en sus ojos?
Que Jesús convierta nuestros ojos. De la tibieza a la abnegación. De la frialdad al afecto.
Vengamos esta mañana a la “fuente de Siloé” donde el Señor nos quiere y nos invita a lavarnos para que podamos “ver”.
Somos los ciegos, “llamados a recuperar la misión de la fe”.
Un día el Señor nos lavó en el agua del bautismo y nos ungió con el Espíritu Santo.
Hoy necesitamos lavar nuestros ojos para ver a qué Dios nos ha llamado.
Dejemos a los “discípulos de Moisés”, a los “fariseos”, a los que buscan “excusas para no creer y obedecer”.
Dejemos que discutan. No buscan ni luz ni la verdad, sólo quieren “tener razón”.
Nosotros sabemos que la verdad y la razón sólo están en Jesucristo.
Y ojalá en esta mañana todos nosotros podamos decir:
“Yo sólo sé una cosa, que antes era ciego y ahora veo” (Vs25); Antes era oscuridad y ahora soy luz; Antes no conocía a Jesucristo y ahora lo conozco, amo y obedezco su mandato de ir a “untar los ojos de los ciegos” que es lo mismo que decir: “predicar el Evangelio a toda criatura”.
Amén.
Predicado Domingo 20 Junio 2010 Comunidad Nueva Vida. Culto 11Hs
Rev. Raúl Flores

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