domingo, 13 de noviembre de 2011

¿OYENTES O DISCÍPULOS?

Lucas 5, 1-11

Propósito específico:

Relato vocacional el que hoy nos describe el Evangelio de Lucas 5. Interesante porque se da con mucha frecuencia en la Biblia: Antes de confiarle una misión concreta a alguien, se debe pasar por una fuerte experiencia con Dios. ¿Cuál será nuestro status cristiano al día de hoy? Seguiremos siendo “oyentes” o ya nos podríamos catalogar como “discípulos”?

Mensaje:

Jesús LLAMA a gente del pueblo, a pescadores, que:
No cuentan con una formación especial para esa misión;
No pertenecen a ningún grupo especial para ser discípulos;
Los llama Jesús para instruirles y enviarlos por los pueblos para que anuncien la Buena Noticia del Reino.

Y lo que me gusta de Lucas 5 es que Jesús acá se hace el invitado en la barca de Pedro, quien le recibe con agrado.

Dicho de otro modo: Jesús quiere más, busca más. Es que no sólo necesita oyentes (ya tiene muchos), sino personas (hombres y mujeres), que hagan vida su mensaje y continúen su obra. Lo que Jesús Necesita son DISCÍPULOS... Hombres y mujeres a los cuales les pueda confiar su obra y que estos le respondan incondicionalmente. Que el Espíritu Santo despierte en todos nosotros “esa vocación”.

Y los enseña no sólo pedagógicamente sino también con milagros.
En concreto, hoy les pide que, en su nombre, echen las redes. Y me gusta mucho esto porque: Se lo pide a ellos, que son pescadores y que saben que las horas buenas de pesca son las
de la noche. Y se lo pide a una hora insólita, después de haber tenido ellos una experiencia de pesca
nocturna totalmente negativa, desafortunada. Se lo pide Jesús, un campesino de tierras adentro,
que no tendría ni idea del arte de pescar.

Los discípulos entonces, al mandato de Jesús, a la órden de Jesús, a la Palabra de Jesús, no tienen que confiar en su capacidad de conocimiento. Sólo tiene que echar las
redes en nombre de Cristo.

¡Y, VAYA SI PESCAN!. De ésta van a salir convertidos nada menos que en pescadores de hombres. Unirán así a los hombres divididos por el pecado en una sola red, en
una sola Iglesia.

Pedro al experimentar semejante milagro le dice al Señor: "Aléjate de mí, que soy un pecador".
Interesante ¿no? Es el temor del hombre, que descubre la seducción de Dios. Es como un primer acto de fe en la persona divina de Cristo, quien emplea y se sirve de pecadores para salvar a pecadores.

Y vemos finalmente que no era mucho lo que tenían. Pero lo dejan todo: vida, trabajo, familia, todo... para seguir a Jesús.

Conclusión:

Ser discípulo hoy es creer que es posible la salvación del hombre en medio de las tempestades.
Ser discípulo hoy es descubrir que Dios sigue actuando a través de la debilidad del ser humano.
Ser discípulo es también un asunto de fe, una
realidad de fe, que transforma en hombres y mujeres disponibles para un mundo que se consume en el pecado.
Ser discípulo es también un asunto de esfuerzo, de constancia y sentido comunitario PARA PODER REMAR TODOS EN EL MISMO SENTIDO Y AL MISMO TIEMPO.
¿Estaremos nosotros preparados para dar ese salto de calidad y dejar de ser oyentes para transformarnos en discípulos?

Oremos.

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores, Domingo 13 de Noviembre 2011 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Culto 11hs.

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