sábado, 9 de junio de 2012

¿APTITUD O ACTITUD?


Texto bíblico: Eclesiastés 9:11
“Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos”

Propósito específico:
Enseñar que: No es la APTITUD, sino la ACTITUD, lo que determina la ALTITUD. Nunca te fíes de tu capacidad, habilidad o destreza ni de lider jactancioso que ostente poder y novedosa teología. Se siempre sobrio y humilde. Lo que te honra es obedecer a Dios. Tu "altura espiritual" no depende ni de tu destreza ni de tu inteligencia, ni de tu cercanía a algún lider prestigioso; sino de tu sometimiento, amor y servicio desinteresado a Dios y a los hombres. Actitud es más importante que Aptitud.

Mensaje:
Argentina está atravesando momentos difíciles en todas las áreas: Política, economía, inseguridad, valores, etc. Pero para nosotros -como iglesia- estos son momentos históricos únicos que no deberíamos desaprovechar. Dicho de otro modo, Dios nos está dando el tiempo y la ocasión para realizar la parte que nos corresponde dentro de su obra. Tengamos entonces la Actitud correcta para llevar a cabo con éxito el plan de Dios.

O. T: Ejemplos de “ocasiones perdidas” por causa de confiar en sí mismos, fiarse del hombre y no confiar en Dios.

1.- El primero que me viene en mente es Esaú (Gén. 25:32)

Dice la Biblia que los dos hijos de Isaac eran muy diferentes; Esaú, el mayor, era diestro en la caza, hombre de campo, y Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Isaac amaba a Esaú y Rebeca a Jacob. Cierto día Jacob hizo un guiso, y regresando del campo Esaú le pidió; a cambio de un plato del guiso Jacob le pidió a Esaú su primogenitura. Esaú menospreció la primogenitura (y las bendiciones que ésta incluía) y se la cedió a su hermano.
Esaú tuvo en poco la ocasión que Dios le daba para bendecirlo y por "Mediocridad y glotonería" se la cedió a Jacob.
Esaú tenía "Aptitud" pero fue mediocre en "Actitud" Resultado? perdió la bendición. Triste no?
Pensemos si no nos estará pasando a nosotros lo mismo. ¿Qué cosas interesan más al liderazgo evangélico hoy?: ¿Grandes templos?. ¿Ministerio de multitudes?. ¿Reconocimiento?. ¿Vida ostentosa?. ¿Influencia... Poder... Notoriedad... Celebridad... Fama?. ¿Y las almas, el servicio desinteresado, la caridad, la humildad?
Estamos sin dudas influenciados por una "teología de la prosperidad" que ha hecho estragos entre nosotros y nos ha privado del "tiempo y la ocasión" de predicar la salvación según las Escrituras.
¡¡¡Tengo una buena noticia amados!!! Todavía estamos a tiempo... Volvámonos a las "sendas antiguas"

2.- El segundo es Saúl (1ª Sam. 13:13 y 14)

Dice la Escritura que tenía ya dos años reinando Saúl sobre Israel cuando se enfrenta con los filisteos. Samuel le había dicho que esperara en Gilgal, pero al ver que no llegaba ofreció holocausto y ofrendas de paz, algo que sólo debía hacer el sacerdote. Actuó locamente, no guardó el mandamiento de Dios y Samuel le dijo: “Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre”. Se perdió una oportunidad única y Dios rompió su reino y se lo dio a otro mejor que él.
Por su "Desobediencia y Obstinación" Saúl perdió la ocasión.
Pensemos si ese "espíritu" no ronda en nuestros círculos cristianos.
Insisto: No es la aptitud, sino la actitud lo que determina la altitud y es allí donde  nos transformamos en efectivos ganadores de almas para Cristo.

3.- El tercer ejemplo lo encontramos en Giezi (2ª Reyes 5:25 – 27)

La historia Bíblica nos cuenta que Naamán, general del ejército de Siria, era leproso. Una de sus sirvientes le recomendó que fuera al profeta Eliseo que estaba en Samaria. El profeta le manda instrucciones precisas para que se lavara siete veces en el Jordán y sería limpio. Naamán  regresa enojado por tal indicación, pero sus criados lo convencen para que obedezca las instrucciones. Él entonces obedeció, fue y se zambulló siete veces en el Jordán y quedó limpio. Entonces, regresó para ver a Eliseo y entregarle las riquezas que llevaba a modo de agradecimiento. Eliseo no las aceptó, pero Giezi (su siervo) mintió para obtenerlas y como consecuencia, la lepra de Naamán se le pegó a él.
Despreció la oportunidad de Dios: el manto de Elías estaba sobre Eliseo y era muy probable que… ¡terminara siendo suyo!
La "Ambición y la Mentira" le hicieron perder la ocasión.
Otra vez la autosuficiencia arruinando el plan de Dios...
Preguntémonos esta mañana: ¿Qué nos importa más? ¿Qué es lo que más buscamos como evangélicos? ¿Lo personal está por encima de lo colectivo? ¿Pensamos que con "nuestras capacidades" alcanza para cumplir el plan de Dios?
Termino con algo que leí de una revista evangélica: "De acuerdo a la prestigiosa revista evangélica Christianity Today, el predicador neopentecostal estadounidense Paul Crouch no es sólo uno de los Tele-evangelistas más famosos de los Estados Unidos. Crouch es también un personaje controversial por su persistente mensaje de “confesión positiva” y teología de la prosperidad, una interpretación del Evangelio que asegura que la voluntad de Dios para cada creyente es llegar a ser millonario, o, al menos, rico". ¿Estaremos lejos o cerca de esta teología? Que Dios nos perdone y ayude!!!

Conclusión:

El mensaje es este: No dejemos escapar el tiempo, de lo contrario será una pérdida irreparable. ¡¡¡Hoy es el día y ésta es la hora!!!. Hagamos lo que nos corresponde. Dejemos los personalismos, las ambiciones personales , el orgullo y la falsa teología de la prosperidad de lado y prediquemos el evangelio de Jesucristo con humildad, en amor, y sirviendo a todos; recordando siempre que: No es la aptitud sino la actitud lo que determinará nuestra altitud.
Argentina y el mundo nos espera... Que el Señor nos ayude...
Oremos.
Mensaje del Pastor Raúl Flores a predicar en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Domingo 10 de Junio 2012.

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