lunes, 1 de octubre de 2012

SOY TESTIGO DEL MOVER DE DIOS EN ARGENTINA


           

1Corintios 2:9 “Antes bien como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”


En las décadas de los 80 y 90 fui testigo directo del mover de Dios en Argentina.

El Espíritu Santo derramándose en “Oleajes de poder” jamás vistos.

Fuimos profundamente impactados al ver sanidades y milagros produciéndose entre la gente.

Salvación y llenura en el Espíritu ocurrían diariamente.

Hambre y sed de Dios nunca experimentada comenzó a despertarse en cada uno de nosotros.

Como consecuencia de eso empezamos a recibir una nueva y fresca unción.

Unción que nos llevó a ministrar en niveles jamás conocidos.

Vimos hecho realidad Ezequiel 37:9  El Espíritu viniendo de los cuatro vientos con un soplo poderoso.

Impactante era ver el mover en salvación, liberación y milagros.

Argentina siendo impactada profundamente con aquél mover.

Argentina y nosotros a partir de ese momento, nunca más seríamos los mismos.

Como consecuencia de ese poderosos mover nuevas Iglesias surgieron.

Mover y llenura que traía arrepentimiento, santidad y liberación.

Profunda limpieza, intercesión y más hambre de Dios era lo que sentíamos.

Mover intensamente carismático y poderoso que derribó todas las barreras interdenominacionales existentes.

La membresía en las Iglesias comenzó a aumentar significativamente. Iglesias con 50 miembros pasaban en pocos meses a albergar 500.

Nuevos puntos de predicación surgieron como consecuencia de tal crecimiento.

Cines, teatros y estadios de futbol eran alquilados por las congregaciones a fin de recibir a la gente que llegaba cada culto.
Las Iglesias abriendo sus puertas cada día por las noches.

El hambre de Dios llegaba para quedarse entre nosotros.

Las campañas con Carlos Annacondia (dueño de una ferretería) atraía multitudes a los pies de Cristo.

Cientos de campañas siguieron a lo largo y ancho del país.

Centenares de miles de almas eran cosechadas para el Reino.

Impactante era ver a la gente llegar a nuestros cultos con hambre y sed de Dios cayendo bajo esa unción maravillosa.

Argentina siendo poderosamente impactada por aquél maravilloso mover de Dios.

Oleaje que crecía de tal modo que sobrevino un fuerte temor entre los incrédulos.

Gente llegando a las campañas e Iglesias locales buscando salvación, sanidad y liberación.

Multitudes llegando de todos los países en micros, autos, trenes y aviones buscando recibir esa fresca y poderosa unción.

Poder, fe, restauración, santidad y gozo renovando cientos de Iglesias.

El gozo y poder que reinaba arrasó con nuestra languidez y apatía espiritual.

Restauración y vida llegaba a jóvenes descarriados.

Vino nuevo a estructuras denominacionales rígidas.

Llamado al ministerio de jóvenes, matrimonios, adultos y ancianos.

Despertar misionero de jóvenes estudiantes de nuestros seminarios.

Hoy, solo la Asamblea de Dios contamos con más de 700 familias misioneras alrededor del mundo.

Todas estas familias misioneras sostenidas financieramente por nuestras Iglesias locales.

Más de 6 Seminarios Pentecostales preparando unos 3000 alumnos para el servicio.

Muchos experimentando aquel mover al que algunos llamaron “Ríos de aguas vivas”

Mover que refrescó, llenó y limpió miles de corazones.

Mover que trajo amor, pureza de propósito, reconciliación y un fuerte aumento en la piedad personal.

Mover que provocó unidad, gozo inefable y restauración del alma.

Un “Río de vida” tal cual Jesús había prometido fluía hacia todo aquel que tenía sed.

Avivamiento que trajo además de todo esto, nuevas directivas, nuevas estrategias, mayor visión.

Avivamiento que produjo transformaciones profundas en aquellos que participaban en la alabanza de la Iglesia.

Tanto la alabanza como la adoración adquirió otro dinamismo.

Una fuerte santidad y obediencia caracterizaba a los hermanos en los instrumentos como en las voces.

Una nueva alabanza y coros de adoración inspirados por el Espíritu nacieron en ese mover.

Se duplicaban y hasta triplicaban los candidatos a diáconos, ujieres, camilleros, y secretarías en la Iglesia.

Pastores saliendo a ministrar a otras naciones las maravillas de esta renovación del Vino Nuevo.

Como los leprosos de 2Reyes 7:9 salimos a todas las naciones a dar “buenas nuevas” a la casa de Israel de la cual ustedes son parte.

Testificando aquello que Pablo dijo y que mencionamos al iniciar esta palabra: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó son las que Dios ha preparado para los que le aman”

¿Amamos al Señor amados? ¿Nos interesan las almas? Entonces escuchen lo que tengo que decirles:

Lo que Dios hizo en Argentina, lo quiere hacer con ustedes.

¿Puede creer eso? ¿Se animaría a sumergirse en el Río de Dios? ¿A romper con limitaciones autoimpuestas?

¿A dejar que el Espíritu Santo despierte en su corazón hambre y sed de Dios?

La Biblia nos dice que Dios tiene un sueño:

“Que toda la tierra sea llena del conocimiento de la gloria de Dios, como las aguas cubren la mar”. (Habacuc 2:14)

Significa que lo que Dios hizo en Argentina lo quiere hacer en cada lugar donde haya hambre de avivamiento.

1Timoteo 2:4 nos revela lo que Dios quiere, lo que está en su corazón: “Que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad”

También en 2Pedro 3:9 “El Señor no se tarda en cumplir su promesa, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que nadie prezca, sino que todos vengan al arrepentimiento”.

Y Dios no puede hacer esto a menos que su Iglesia, su pueblo sea despertado por un poderoso derramamiento del Espíritu Santo.

Amados: Dios es un Dios obsesivo.

Lo que prometió hacer lo hará, con nosotros o sin nosotros.

Cuántos quieren decirle al Señor “Heme aquí Jesús”?

Amados: Dios está preparando a la Iglesia para un próximo oleaje de poder jamás visto.

¿Les digo algo? Jesús no vendrá a buscar una Iglesia en el “baúl de la historia”
Sino al “volante” de ella.

El último y gran avivamiento precederá a la Segunda Venida en Gloria.

¿Será que nos atreveremos a buscarlo más? ¿Será que tenemos ganas de decirle Señor, danos más?

¿Será que nos vamos a preparar como Noé haciendo preparativos?.

Porque la Biblia dice que Dios le dio a Noé un plan para que se llevara a cabo.

Génesis 6:14 dice: “Dijo pues Dios a Noe, hazte un arca de madera de Gofer…”

Y dice que Noé le creyó a Dios. Le obedeció a Dios y dice que se puso en marcha. Aleluya.

Porque en aquella “visitación” recibe la visión y se pone a trabajar.

Dice que a pesar de las burlas de su generación continuó trabajando hasta terminar.

Noé había creído, había hecho los preparativos. Había obedecido.

Y cuando vino el diluvio, para los que no estaban preparados fue muerte pero para Noé trajo vida.

Noé trabajó para su futuro, se preparó para su futuro y lo que recibió fue vida.

Es tiempo de prepararnos para lo que Dios ha dicho que hará. Recordemos que El quiere que “nadie se pierda”… Esta es tarea de la Iglesia.

Es tiempo de decirle a Dios: “Señor dame más”, Señor necesito más, Señor quiero más.

Y es que cuando Dios derramó su poder y empezamos a sentir un genuino avivamiento teníamos dos alternativas:

Quedarnos “quietos y críticos” a lo que sucedía. (La generación de Noé)  o:

“Sumergirnos” en las corrientes de Dios y “alinearnos” a lo que El estaba haciendo.

Y estoy aquí esta mañana para decirles:

Un despertamiento de los incrédulos resulta –generalmente- de un avivamiento de la Iglesia.

Yo quiero más santidad, más piedad, más gozo, más unción, más poder, ¿Usted no?

En Mateo 5:14 leemos: “Vosotros sois la luz del mundo” ¡Qué lindo!

Por lo tanto el impacto del Evangelio sobre el mundo depende de la brillantez de esa luz.

Yo quiero brillar mucho más hermano ¿Usted no?

Dios nos llama a profundizar la piedad y buscar su gloria como nunca antes.

Dios nos llama a predicar el Evangelio para que las almas se salven.

A vivir en santidad y practicar la obediencia.

A leer la Biblia y pasar más tiempo en oración con Dios y a hacer guerra espiritual sobre la ciudad. Yo quiero hacerlo hermano: ¿Usted no?

Dios nos diseñó para encontrar felicidad y plenitud no en las “posesiones” sino en las “relaciones”.

Tu relación con Jesús es lo que te da plenitud de vida y atrae al Espíritu para despertar en ti un avivamiento personal y poderoso.

Preguntémonos: ¿Me han hecho feliz las posesiones? Claro que no ¿verdad?
Calman los nervios, es verdad, pero la vida abundante está en otro lado. Está en Jesucristo. ¿Si o no?

¿Oyó alguna vez que alguien haya comprado paz? ¿Supo de alguien que haya pagado y obtenido gozo y limpia conciencia?

En esta mañana: Entrega tu vida. Eclesiastés 11:1 dice que “eches tu pan sobre las aguas…”

¿Qué es pan? La vida de cada uno de nosotros. La totalidad de nuestras vidas.

Sí: Echa tu tiempo, tus habilidades, tus talentos, tu corazón en el altar esta mañana para que Dios provoque un avivamiento.

Usa lo que Dios te ha dado y échalo dándoselo a Dios a tu Iglesia, a tu familia, a tu ciudad y a la gente.

¿Amas a Jesús? Entonces enamórate más todavía. ¿Amas las almas? Entonces ve y predícales.

¿Amas servir a Dios en la Iglesia? Continúa orando y sirviendo para que un gran avivamiento suceda.

¿Te gusta orar y leer la Biblia?  Entonces al hacerlo dedícale más tiempo a clamar por una visitación de lo Alto.

¿Amas a tu familia? Entonces haz todo lo que sea importante para que ellos sean felices y sean uno solo contigo.

¿Tienes en tu corazón las misiones? Entonces redobla tu compromiso de apoyo espiritual y financiero.

¿Te alegras cuando Dios te habla? Entonces comienza a preparar tu corazón buscando con hambre y sed el rostro del Señor.

Oremos.

Pr. Raúl Flores
Mensaje predicado en los EEUU. Setiembre 2012

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