domingo, 9 de septiembre de 2007

Herederos de sus bendiciones

Os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del hijo de Dios, para que
sepáis que tenéis vida eterna. 1 Juan 5:13

Queridos hermanos: tener vida eterna es el tesoro más valioso que podemos poseer. He escuchado decir que el dinero es el medio con que se puede comprar todo, pero yo agrego "excepto la felicidad", y el dicho agrega: tambièn es un pasaporte a todos los países y lugares del mundo, a lo que yo agrego "con excepción del cielo".
Yo creo que el apóstol Juan sabía lo que estaba diciendo al escribir esta carta. El había conocido a aquel que le había señalado el camino hacia la paz que sobrepasa todo entendimiento, y le había revelado la manera de llegar al cielo. Juan sabía que la vida eterna es el tesoro de más valor, es tener el perdòn de los pecados, gozar de la paz con Dios y estar seguro de ir al cielo, la verdadera patria celestial de los hijos de Dios.
Queridos amigos, si hemos creìdo en el nombre del hijo de Dios, pertenecemos a una familia privilegiada y tenemos la gloriosa esperanza que no está basada en las circunstancias cambiantes de la vida, sino en Dios que por cierto no es hombre para arrepentirse. Gloria a Dios!
Por eso déjame decirte a esta altura de mi comentario que no permitas que los estados de ánimo dificulten tu comunión con Jesucristo, ni tampoco que los afanes de esta vida te impidan adorarlo y agradecerle en este dìa y cada uno de los que te toque vivir, porque la vida que te espera en su presencia es lo más grande que pudo pasarte, y porque Dios no te pide otra cosa sino que creas en el nombre de su hijo Jesús, que es sobre todo nombre, en el cielo, en la tierra y aún debajo de la tierra. Que Dios te bendiga ricamente.

Gracias Jesùs:porque por medio de Tí ma has dado vida eterna. Te reconozco como mi único y suficiente Salvador personal y te doy gracias por ser heredero de todas tus bendiciones. Ayúdame a perseverar en tu camino y a sacar los ojos de las cosas terrenales y ponerlos en aquellas que duran para siempre. Por Cristo Jesùs. Amén.

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Julio 2007. Río de Janeiro