viernes, 29 de agosto de 2014

ROMPIENDO TECHOS

MARCOS 2:1-5

Dice que estos cuatro hombres cuando se enteraron que Jesús estaba en casa, van a buscar a su amigo paralítico, lo cargan en una camilla y cuando llegan a la casa no pueden entrar debido al gentío que la ocupaba. Pero dice que estos hombres no desisten, pegan la vuelta, consiguen una escalera, una maza, suben al techo, hacen un agujero y en medio de la predicación de Jesús bajan al paralítico.  Y dice que cuando lo bajan, Jesús le dice: “Hijo levántate el milagro es tuyo”. Y acá hay amados una enseñanza tremenda: Siempre en nuestra vida llegaremos a un techo y nuestra tarea será romperlo si es que queremos más de El.

Es que en realidad: Todos en la vida siempre tenemos un techo que nos condiciona y obra como un límite.

Todo lo que hagamos a nivel personal, financiero o espiritual, siempre terminamos llegando a un límite. Hacemos las cosas hasta llegar a un punto en que nos estancamos, que ya no mejoramos más, tenemos un techo. Siempre vamos a llegar a un momento de saturación, a un momento donde decimos: “Señor, hasta acá llegué”  Nos está pasando eso?. Tenemos un techo en nuestra vida espiritual?, un techo en nuestros proyectos y planes? Un techo en nuestras fuerzas?...

Te digo algo? Alaba al Señor porque el Espíritu Santo viene por la Palabra de hoy a decirnos que rompamos ese techo y entremos a una nueva dimensión de fe. Aleluya!!! Cuántos están dispuestos a obedecer esta Palabra y romper con sus limitaciones?... Hoy va a ocurrir un milagro!!

Mirá como sigue la historia: Dice que cuando llegaron al techo, no se pusieron a orar, ni a tomar mate, no dijeron: “Hicimos lo que pudimos, vamos a esperar que Jesús termine, esperemos que la gente se vaya, nos vamos a tomar un té y volvemos...” No! Esta gente entendió que su actitud para recibir el milagro era romper el techo.

Te digo algo?: Tu actitud determina tu altitud. Preguntémonos ¿cómo estamos de actitud…?
Si me preguntaras Pr. Flores cuál debería ser mi actitud frente a los techos que me condicionan?. Te contestaría con esta Palabra de Mcs 2. Tu actitud tiene que ser siempre la de romper tu muro, porque si no lo hacés nunca vas a pasar a otra dimensión de fe. Si no rompés tu techo, nadie lo hará por vos. Cuando rompés tu techo se te abren las posibilidades y vas a crecer, vas a ser mejor creyente, mejor padre, mejor hijo, mejor siervo, mejor vecino… Aleluya!!!.

El mensaje es este: Mejorémonos en lo personal cada día y atrevámonos a romper con nuestras limitaciones. Lo peor que podemos hacer es estancarnos. Pongámonos debajo de esta Palabra y empecemos a superar nuestros propios miedos, nuestros propios límites.

Te digo algo? Detrás de “ese techo”  que te condiciona, te espera una gran bendición. Aleluya!!! Alguien que celebre?

Te digo algo? Detrás de tu techo, hay un milagro esperándote. Pero vos tenés que esforzarte en mejorar. Cuando tenés un anhelo de mejorar, el milagro está esperándote y  entonces todo lo que está muerto en tu vida, todas las áreas que no te funcionan, recibirán la vida del Señor… Gloria a Dios!!!.
Hoy vos te vas con esta Palabra en tu corazón, con la actitud de un conquistador que dice: “Yo sé que voy a quebrar mi techo y mi familia será también bendecida y no habrá límites delante de tu vida”.

Te digo algo más? Tu bendición no viene por accidente, viene por romper tu muro.

Habrá techos que romper?  

Veamos algunos techos que frecuentemente nos condicionan:

1.- Maldecirnos a nosotros mismos es un techo al que debemos romper.
Cuando nos auto maldecimos, la palabra nos ata y ata a nuestra descendencia. Cuando vos te auto maldecís la palabra te ata y ata a tus hijos y a los hijos de tus hijos. Dice que cuando Rebeca le dijo a Jacob, su hijo, que engañara al padre para que lo bendiga; y él le dijo: ¿Y si papá se da cuenta que le estoy robando la bendición a mi hermano? Ella le dijo: Tranquilo, que si te maldice, su palabra recaiga sobre mí”. Tenés que tener cuidado de lo que hablas de vos mismo. No digas: “No puedo alcanzar esa meta”. Tenes que declarar “No voy a hablar lo que me pasa sino lo que Dios me prometió”. Cuando alguien te pregunte cómo estás respondé: “Mejorando todos los días, estoy a metros de ver el milagro en mi vida”

2.- La inconstancia es también un techo que nos condiciona.
No crees que es hora de que rompamos con toda inconstancia en nuestras vidas?. “Yo ya oré y no pasa nada, estoy peor que antes”. Cuál es la Palabra aquí? Seguí orando que pronto vas a ver la gloria del Señor!!!. No podés ser un cristiano de poca duración, tenés que ser un cristiano de largo alcance. Vos tenés que salir de este culto diciendo: “Voy a perseverar, hasta que toda mi familia venga a Cristo, hasta que esté sano, hasta que Dios me prospere,  hasta que la Ciudad caiga ante los pies del Señor”.
Te digo algo?: Dios prometió que Jericó está en tus manos, la vas a rodear, le vas a dar vuelta y vas a gritar tu fe hasta que el muro se desplome delante de tu corazón.

3.- La falta de experiencia con el Espíritu.
 Hay gente que hace tiempo que viene a la iglesia y nunca ha tenido una experiencia con el Espíritu Santo. Sabes una cosa? Hoy vamos a quebrar toda indiferencia espiritual, vamos a quebrar todo muro. Salir de la rutina, buscar una experiencia diaria y una relación fresca y personal con Dios
Te digo algo más?: Dios  por esta Palabra viene a adiestrar tus manos para que “rompas tu techo”. Es como si escuchara al Señor decirte: “Hijo/a, estoy detrás de tu techo, esperándote. Hay un milagro para los que muestran fe rompiendo techos. Hay un milagro para los que rompen, los que avanzan, para los que dicen Esto es difícil pero yo voy a seguir, si Dios me lo prometió es mío y El cumplirá su propósito en mi”.

Conclusión:

Pensá en tu techo. Quizás es una depresión o ese hijo en la droga, o un espíritu de indiferencia que te gobierna o una enfermedad que no te deja avanzar. O tal vez tu techo sea la mediocridad o la tibieza o tu propia mente torturada.

Hoy esta Palabra de Mcs 2 se cumple en tu vida. Levántate y golpea tu techo. Del otro lado tu bendición te espera.

Oremos.


Predicación del Pr. Raúl Flores para Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Agosto 2014

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