domingo, 30 de octubre de 2011

Estaba... sentado junto al camino

Texto
Marcos 10:46-52

Propósito específico:

El mundo de hoy es un mundo bien informado. Sin embargo no se "involucra" con esa información, sólo se queda con ella. Dicho de otro modo: Tenemos una sociedad que no es capáz de involucrarse con los demás, con lo que otros piensan, con las situaciones que se vive. Es común "saber" lo que sucede en la familia, pero "no nos involucramos" con lo que les sucede, no vemos como poder ayudarlos. Muchas veces sólo nos quedamos con "la noticia" o con el ‘chisme’, pero no somos capaces de interrelacionarnos con los demás quedándonos al margen de todo.
Lo triste del caso es que nos sucede lo mismo en nuestra vida de fe. Vamos por la vida sin interrelacionarnos con Dios. Nos mantenemos al margen, nos limitamos con saber algunas cosas, orar de tanto en tanto, asistir a los cultos sin relacionarnos plenamente con Dios. Dios se queda a nivel de informe, y no damos un paso más para seguir adelante en la vida de fe. Existe una fuerte falta de compromiso para con la vida de fe, ya sea porque es un adorno, o bien porque no nos interesa, o sólo porque lo limitamos a un determinado espacio de nuestra vida, pero nunca repercutiendo fuertemente en nuestra historia. Que la Palabra de esta mañana nos ayude a entender que nos pasa y que el Espíritu Santo nos ponga en camino...

Cuerpo del Sermón:

Encontramos en este texto de Marcos 10 a Jesús camino a Jericó y ahí en medio de la multitud que lo sigue un singular personaje aparece: «Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.»
Dice acá que es ciego. La ceguera dentro de la Biblia simboliza al hombre que no es capaz de descubrir la acción de Dios en su vida, que no puede descubrir que es lo que Dios le pide. Que no ve como Dios le acompaña en medio de la historia, en medio de su vida. Es ciego el que teniendo ojos es incapáz de descubrir lo que el Señor le quiere decir. ¿Es nuestra realidad?

¿Pero, por qué es ciego? ¿Qué es lo que le incapacita para descubrir la acción de Dios en su vida? El texto nos da la pista: Es un hombre que tiene un nombre. Se llama Bartimeo. La etimología de este nombre significa: "hijo del noble, hijo del honor". Significa que la identidad de este hombre se basaba en la búsqueda del honor, del poder, de la nobleza.

Es el retrato del hombre que busca constantemente privilegios, honor, gloria, vida para sí mismo, y eso hace que se "encierre en sí mismo" sin ser capaz de descubrir lo que Dios le está pidiendo, sin descubrir que Dios lo llama, que Dios está cerca suyo, pues su visión está puesta en sí mismo y su propio privilegio.

Y como consecuencia de esa absurda busqueda dice que estaba a la "orilla del camino". El camino es una designación para referirse a la Comunidad Cristiana. Si este hombre está al borde del camino quiere decir que es alguien que ha sido incapaz de hacer camino, es alguien que ha vivido al margen de Dios, y por tanto al margen de la Comunidad, no hace el camino, no hace Comunidad, no se interrelaciona, es una especie de “espectador” en medio de la vida de fe.

!Cuantos de nosotros somos así!. Espectadores en nuestra vida de fe. Vivimos "Mirándonos para adentro". Sólo somos nosotros los que necesitamos algo. Nos sentimos el centro del mundo. Son nuestras preocupaciones las que valen la pena. Nuestros problemas lo que realmente debe importar. Y sólo vemos a Dios desde lejos, cegados por nuestras situaciones, nuestras ambiciones, nuestros lujos, nuestras envidias, nuestros pecados. Triste no? Sin embargo ese espiritu abunda en nuestros círculos cristianos.

Somos "ciegos al borde del camino" en medio de nuestra familia, de nuestra Iglesia, de nuestros semejantes. Cuantas veces no caminamos con nuestra familia. Solemos decir: “Quien sabe porque mi hijo se comporta de esa manera, o qué tendrá” en lugar de escucharlo y convivir con él.
Preferimos quedarnos al borde del camino y no hacer camino con ellos, sólo nos asombramos o decimos que no podemos más, sin dar pasos de compromiso ni compartir con ellos.
Ante esa situación el ciego se da cuenta que esto no puede seguir así, y descubre que alguien lo puede ayudar a salir de su angustia, de su egoísmo ciego.
Necesitamos (con la ayuda del Espíritu Santo) iniciar en esta mañana el camino de liberación. De transformación. Que el Señor ilumine nuestra vida con la luz de su Palabra, esta Palabra que transforma y reanima nuestro caminar por la vida.
Dice que escucha que viene Jesús y grita con desesperación y urgencia. Grita porque está pasando su única oportunidad para salir de la situación de ceguera, de egoísmo, de vivir al margen del camino...
«Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» El grito de saber que la oportunidad de cambio llega. La luz (Jesús) se acerca. Una luz que puede hacer ver las cosas distintas y con ello iniciar un caminar nuevo... por eso: grita.

Sin embargo, la gente no descubre la situación de este hombre y lo toma por loco. Muchas veces cuando uno cae en la cuenta del daño que ha hecho, de sus errores y trata de cambiar, cuando grita pidiendo auxilio, la mayoría cree que es un absurdo, que sólo lo hace para llamar la atención. Por esa razón lo intentan callar, para que siga ciego, con su estilo de vida y al margen del camino.
Pero este ciego no se rinde y sigue gritando, sigue llamando a Jesús con más fuerza, con más energía. Es una situación vital, o inicia el cambio o vivirá frustrado al borde del camino para siempre.
Y ahí donde siempre se cree que ya no hay remedio, donde le piden que se calle, cuando se cree que el ciego será ciego para siempre, cuando se cree que el que no ha hecho camino, perdido en su envidia, en su adicción, en su destrucción, ahí donde ya no hay esperanza, resulta ser que hay uno que si cree, uno que si está dispuesto a dar una oportunidad: Jesús, que manda traerlo.

Y comienza lo inusitado. Comienza el "inicio del camino" en la vida de este hombre "marcado" por su historia: «Arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.» Este ciego arroja su manto, es decir el espacio de su vida.
Arrojar el manto es lanzar su espacio vital, porque ahora ya no vivirá de ese manto, ahora iniciará un camino, iniciará una manera de ser en medio del mundo, en medio de su fe.
Ya no necesita ese manto pues ahora hay un camino para hacer camino. Dice que da un salto, es decir, comienza la vida del camino con un salto que refleja su nueva condición. Ahora es alguien en movimiento. Es alguien que comienza a hacer camino. Salta, y con ello deja todo atrás. No dice que lo agarraron, dice que él mismo se puso de pie.
Y saltar implica una acción personal, porque para hacer camino es necesario una decisión personal.
Si salta, quiere decir que se arriesga, porque un ciego en su sano juicio no salta porque no sabe que hay delante de él. Quiere iniciar "el camino de su historia" por sí mismo tomando todos los riesgos dirigiéndose a Aquel que puede hacer que sea un camino lleno de luz. Al encuentro con Jesús.
Y entonces el último paso: «Jesús le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?"» La decisión de caminar con Jesús es suya, personal. Jesús no fuerza a nadie.
Y el hombre lleno de esperanza da su adhesión aceptando personalmente el plan de Jesús en su vida. Ahora es un hombre listo para caminar en medio de la historia.
El texto termina mostrando como este hombre ha iniciado ya el camino: «En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.» Ahora el ciego hace camino siguiendo a Jesús. Y Jesús va hacia la cruz, y hacia ya va el ciego porque ahora si ha tomado su vida en serio caminado directo hacia la entrega total de la vida.

Conclusión:

Iniciemos nosotros también hoy una conversión profunda de nuestra vida. Gritémosle a Jesús para que venga a nuestra vida y la transforme totalmente. Arrojemos el manto de nuestra indiferencia, de nuestro egoísmo y comencemos a caminar por el camino del amor, de la comprensión, de la cercanía de aquellos que viven cerca nuestro. Comencemos a vivir realmente la vida en Comunidad y sobre todo caminar con Dios comprometiéndonos realmente a vivir nuestra vida de fe.

Oremos:

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores. Domingo 30 de Octubre 2011 en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires. Culto 11Hs.

No hay comentarios.:

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro