lunes, 10 de enero de 2011

VIVIR Y SER CONSTRUCTORES DE LA PAZ

Para este 2011 el Señor nos pone una tarea… Nos da una misión… Vivir y construir la paz.

2Tesalonicenses 3:16 “Y el mismo Señor de paz, os dé siempre paz de todas maneras. El Señor sea con todos vosotros”
Efesios 6:23 “Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo”
2Corintios 13:11 “Por lo demás hermanos tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz, y el Dios de paz y de amor estará con vosotros”
Además podemos leer: Ef. 1:1 Gal 1:3 1Cor 1:3

Introducción:

¿Adónde pretendes volar?, le pregunta una codorniz a una lechuza que tenía en mente irse a un lugar lejano, disconforme por la situación que le rodeaba.
“Me voy hacia el sur; ya lo tengo decidido”, fue la respuesta amarga de la lechuza.
¿Y por qué te vas? “Desaparezco de aquí porque los vecinos de la aldea ya no soportan mis chillidos y gritos estridentes. Estoy cansada de amenazas...”
La codorniz, perpleja, tratando de no perder la calma, hizo una mueca intentando una sonrisa, y le aconsejó:
"No te apresures... pensá bien lo que vas a hacer. Con salir de aquí no solucionás el problema.
Lo que tenés que hacer es cambiar ese grito estridente y molesto por otro más suave, cadencioso y en unas horas verás cómo la gente te va a apreciar y más de uno te admirará...
Si no te animas a cambiar tu ruidoso comportamiento, acordate de que en ningún lugar de la tierra encontrarás paz... a lo sumo que quieras habitar en un solitario desierto".

¿Moraleja?

Construimos la paz no huyendo de las dificultades, sino reubicándonos, respetando para que nos respeten. Construimos la paz cuando cambiamos nosotros nuestra manera de pensar, de actuar, de hablar, de vivir...

Como podemos ver en los textos leídos Pablo seguía la costumbre judía de saludar deseándose la Paz. No era un saludo rutinario y convencional. Para ellos tenía un profundo significado.

Cuando damos la paz estamos indicando “lo completo, íntegro, cabal, sano, terminado, acabado, colmado”.
La paz, designa todo aquello que hace posible una vida sana, armónica y ayuda al pleno desarrollo humano.

Ahora bien: Esta paz no tenemos que confundirla con cualquier cosa. No es una ausencia de conflictos y tensiones. Tampoco una sensación de bienestar o una búsqueda de tranquilidad interior.

Según Juan 14:27, la Paz es el “gran regalo de Jesús”, la herencia que ha querido dejar para siempre en nosotros sus seguidores.

Dice así: «La paz os dejo, mi paz os doy». Y me gusta este texto porque... No sólo desea la paz. Pero la regala.

Es como si Jesús dijese: “Si viven guiados por el Espíritu, recordando y guardando mis Palabras, conocerán la paz y esa paz los guardará y con esa paz serán benditos y de bendición en la tierra.

Sin duda, ellos recordaban lo que Jesús les había pedido al enviarlos a construir el reino de Dios: «En la casa en que entréis, decid primero: paz sea a esta casa».

Leí por ahí una frase sobre “construir la paz” que me gustó mucho y dice así: “Para humanizar la vida, lo primero que hay que hacer es sembrar la paz excluyendo todo tipo de violencia. Promoviendo respeto, diálogo y escucha mutua, sin imposición, ni enfrentamiento, ni dogmatismo”.

Ahora bien si la paz es tan buena y produce tan buenos resultados: ¿Por qué es tan difícil lograrla? ¿Por qué se vuelve una y otra vez al enfrentamiento y la agresión mutua?
Hay una respuesta: sólo los hombres y mujeres que poseen paz, pueden ponerla en la sociedad, darla a la sociedad, sembrarla en la sociedad.

Dicho de otro modo: Cualquiera no puede sembrar paz. Con el corazón lleno de resentimiento, orgullo, intolerancia y dogmatismo no es posible aportar verdadera paz a la convivencia.

Si no se es un hombre de paz difícilmente se ayude a acercar posturas, a realizar proyectos, a trabajar en equipo a crear un clima amistoso de entendimiento, mutua aceptación y diálogo. Con el corazón lleno de malos pensamientos, temor y ceguera no es posible introducir la paz de Jesús.

Señalemos –a modo de ejemplo- algunos rasgos de la persona que lleva en su interior la paz de Cristo.
Es aquel que busca el bien de todos, que no excluye a nadie, que respeta las diferencias, que no alimenta la agresión, que fomenta lo que une y nunca lo que enfrenta, que es solidario con el que menos tiene, que no compite con nadie, solo consigo mismo para mejorar cada día y parecerse más a Cristo.



Conclusión:

En Juan 14 podemos leer un conjunto de discursos en los que Jesús se va despidiendo de sus discípulos. Los comentaristas lo llaman "El Discurso de despedida".

En él se respira una atmósfera muy especial: los discípulos tienen miedo a quedarse sin su Maestro; Jesús, por su parte, les insiste en que, a pesar de su partida, nunca sentirán Su ausencia.

Hasta cinco veces les repite que podrán contar con «el Espíritu Santo». Él los defenderá, pues los mantendrá fieles a Su mensaje y a Su proyecto. Por eso lo llama «Espíritu de la verdad».

En un momento determinado, Jesús les explica mejor cuál será su quehacer: «El Defensor, el Espíritu Santo... será quien les enseñe todo y les recuerde todo lo que les he dicho».
El Espíritu “será mi memoria viva”.
Él los defenderá de la turbación y de la cobardía, de la desesperanza y del abatimiento.

¿Se puede vivir sin paz con semejante promesa?

¿Hay algún miedo que nos paraliza? ¿Está nuestro corazón preocupado por algo en este 2011? ¿Hay pensamientos preocupantes que nos quitan el sueño?
¿Qué estamos aportando hoy desde la Iglesia de Jesús? ¿Concordia o división? ¿Reconciliación o enfrentamiento? ¿Generosidad o egoísmo? ¿Damos o acumulamos?
Y si no llevamos paz en el corazón, ¿qué es lo que llevamos? ¿Miedos, intereses, ambiciones, indiferencia,egoísmo, irresponsabilidad, frustraciones, amarguras?

Convirtámonos humildemente a Su verdad, movilicemos todas nuestras fuerzas para “desandar caminos equivocados”, y dejémonos guiar por el Espíritu que animó la vida entera de Jesús.

Solo así “viviremos la paz y seremos constructores de ella” para un 2011 más provechoso y bendecido.

Oremos:

Rev. Raúl Flores

Mensaje predicado en Comunidad Rhema.

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