domingo, 26 de junio de 2011

¿QUE MAS IMPORTA, VOS... O TUS CIRCUNSTANCIAS?

Juan 1:6-8; 19-28

Propósito específico:

Saber quienes somos es la clave para no ser vencidos por las circunstancias que nos presenta la vida. Lo importante es lo que soy y no lo que me rodea. Enfocarme en lo que soy y creo es la clave de una vida feliz.

JOSÉ ORTEGA Y GASSET escribía en la "Rebelión de las Masas" una definición de lo que él entiende por persona: "Yo soy yo y mis circunstancias" para con ello marcar el cómo las circunstancias de tiempo, lugar, compañía, modo, instrumento, tienen una incidencia importante en la configuración de nuestra personalidad.

¿Quién eres? le preguntan los fariseos a Juan Bautista y este responde (Vs23)“Yo soy una voz que clama...” (El Yo de una voz que anuncia) "En el desierto” (Su circunstancia) ¿Cómo responde? “por el ser” (Soy una voz) y no por su circunstancia (Que es el desierto).
Luego dice “...en el desierto...” Podría haber sido en cualquier otro lugar. Era indistinto para Juan... ¿se da cuenta?

Juan estaba dando a entender una cosa: “Lo importante es lo que soy y tengo que decir que "mi convicción interior" se encargará de transformar mis circunstancias”. ¡¡¡Uau...!!! ¿Tremendo no?

Y acá hay una enseñanza tremenda para nosotros. ¿Quién soy yo? ¿Quién sos vos? ¿Quiénes somos nosotros?

Es que sin lugar a dudas nuestra vida se va realizando en torno a circunstancias que no podemos evitar y estas van marcando –si les permitimos- la realización de nuestro ser.

Ahora hay algo importante en todo esto: Nunca olvidemos que “una circunstancia” suele ser casi siempre un accidente. Algo que se “coló” en nuestra vida pero que de ninguna manera es parte de nuestra esencia.

Seguro que me preguntarás. ¿Pr. Flores acaso las circunstancias no influyen en nuestro ánimo y calidad de vida?
Si que influyen...”pero jamás debiera determinar nuestra actitud ante la vida”.

¿Te digo algo? El ser es más importante que la circunstancia. Cuando le damos mayor importancia a la circunstancia nos volvemos amargados, insatisfechos, quejosos, y andamos a “los tumbos” por la vida.

Queridos, convenzámonos de una cosa definitivamente: La satisfacción del hombre se encuentra en gozar de la presencia de Dios y trabajar para Él. Si estoy en Buenos Aires o en París, si vivo en el siglo XXI o viviera en el siglo III, no me tiene que importar ya que eso es circunstancial.

Nunca olvidemos y grabémoslo en nuestra memoria: Nos realizamos como personas no en las circunstancias sino al optar por Jesús y hacer de Su vida mi propia vida.

En el año 2001 empezaban ciertas circunstancias a querer manipular mi ser y, lo admito, casi lo logran pero el Señor me dio la lección de mi vida. Me pude dar cuenta que lo que me había pasado “de negativo” el Señor lo transformó para bien de mi vida. El abrió mi entendimiento, comprendí sus designios, y comencé a valorar más el ser que las circunstancias.

Aprendí a valorar todos y cada uno de los días de “esa circunstancia de tiempo” que no fue precisamente como yo lo había pensado -pero con el tiempo- constaté que obraron para bien en mi vida.

Hoy mismo estoy viviendo en unas circunstancias que Dios me ha obsequiado: Un ministerio que amo, la fidelidad al Dios, y... mañana desconozco donde estaré, pero sé que independientemente de mis circunstancias Su bendición estará conmigo y aprenderé a descubrir Su voluntad.

Importa mucho que sepamos que el mundo le da demasiada importancia a la circunstancia y provoca que pierdas el sentido de tu propio ser.
Olvidamos que lo importante es "ser felices con nosotros mismos" y le damos más importancia a las circunstancias:

"En qué ciudad vivimos", "Cuánto ganamos", "Cuánto tenemos", "A dónde vamos de vacaciones", "Si mi casa es grande o pequeña", "Si la he pagado totalmente o todavía debo cuotas", " Si me casé con la persona equivocada", "Si soy de clase alta o baja".Importa poco y casi nada.

Es triste decirlo amados pero en nuestros círculos cristianos existen multitud de creyentes amargados por que las circunstancias no fueron, ni son lo que esperaban.

Entendamos esto: ¡Que importa la circunstancia si lo mejor que te puede suceder es tener amor! ¡Que importan las circunstancias si lo mejor que Jesús te ha dado es el don de la fe!

¿Te digo algo como conclusión?: Nunca falta el creyente iluso que se la pasa pensando que de haber nacido en otra familia las cosas hubiesen sido distintas. Que sí hubiese nacido en otro país, sí hubiese nacido en otro tiempo, si hubiera sido otra la circunstancia...

Conclusión:

Ortega y Gasset, estoy de acuerdo con vos en que "yo soy yo y mis circunstancias", pero también quiero decirte que es más importante el "yo" que mis "circunstancias".
Para nosotros los cristianos las circunstancias son sólo accidentes y lo que nos importa es la esencia, nuestro propio ser.
Juan es la voz que clama... ¿En el desierto? ¿En la ciudad? ¿En la mar? ¿En la luna? ¿En la montaña?

Qué más da la circunstancias, si aquello que “somos y hacemos” es lo que nos define como personas.

Oremos:

Pr. Raúl Flores Mensaje predicado en Comunidad Cristiana Nueva Vida de Buenos Aires, Domingo 26 de Junio de 2011 Culto 11hs.

No hay comentarios.:

Cruzada de renovacion y avivamiento

Cruzada de renovacion y avivamiento
Julio 2007. Río de Janeiro