sábado, 23 de abril de 2011

JESÚS DESCENDIO A LOS INFIERNOS

SABADO SANTO

Efesios 4: 9-10 “Y esto de que subió ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?. El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo”
1Pedro 3:18-20 “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé…”
Apocalipsis 1: 17-18 “Cuando le vi caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas, yo soy el primero y el último, y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.

Propósito específico

Hoy en este Sábado Santo proclamamos con el credo de los apóstoles que Cristo Jesús "descendió a los infiernos" motivo de alegría y fortaleza para nuestra fe. ¿Qué significa?
Este Credo, formulado en el siglo V, se refiere al descenso del alma de Cristo, ya separada del cuerpo por la muerte, al lugar que también se llama "sheol" o "hades".
En este caso "infierno" no se refiere al “lugar de los condenados” sino que es "el lugar de espera de las almas de los justos de la era pre-cristiana". Entre la multitud de justos allí esperando la salvación, estaba Abraham, Isaac, Moisés, los patriarcas y los profetas, como todos aquellos que murieron en paz con Dios.
Todos necesitaban, como nosotros, la salvación de Cristo para poder ir al cielo.

Es que en realidad el propósito de Cristo en descender a los infiernos fue liberar a los justos aplicándoles los frutos de la Redención. Y eso es lo que enseñamos y nos alegramos en saber este Sábado Santo.
Hchs 3:15; Rom 8:11; 1 Co 15:20 Presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en la morada de los muertos dando a entender que Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero descendió como Salvador proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos. Aleluya!!!

La Escritura llama infiernos, sheol o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios a la espera del Redentor. Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos.
Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación, sino para liberar a los justos que le habían precedido.
"Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva..." (1 P 4: 6). El descenso a los infiernos es la última fase de la misión mesiánica de Jesús.
Nuestro Señor dice que bajó a la profundidad de la muerte para "que los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan vivan".
Jesús, "el Príncipe de la vida" (Hchs 3: 15), aniquiló "mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo y libertó a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud" (Heb 2: 14-15). En adelante, Cristo resucitado "tiene las llaves de la muerte y del Hades" (Ap 1: 18) y "al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los abismos" (Filip 2: 10).
Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hacía siglos...
En primer lugar, va a buscar a nuestro primer padre, como a la oveja perdida. Quiere visitar a los que yacen sumergidos en las tinieblas y en las sombras de la muerte.
Dios y su Hijo van a liberar de los dolores de la muerte a Adán, que está cautivo, y a Eva, que está cautiva con él... Y, tomándolo de la mano, lo levanta diciéndole: "Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo". Yo soy tu Dios, que por ti me hice hombre, por ti y por todos estos que habían de nacer de ti ...

Conclusión:

Hoy, en este Sábado Santo el Espíritu Santo nos dice a todos nosotros en esta noche: Despierta, tú que duermes; porque yo no te he creado para que estés preso en la región de los muertos. Hoy es día para salir de la muerte que produce la tristeza. Hoy es día para salir del infierno que produce el rencor y el resentimiento. Hoy es día para salir del sepulcro que produce el egoísmo y la desesperanza. Dejemos que Jesús por su Espíritu nos vuelva a decir en esta noche: “Levántate de entre los muertos; porque yo soy la vida de los que han muerto".

Oremos:

Mensaje Predicado por el Pr. Raúl Flores Sábado Santo 2011 Iglesia Bulogne. Por Silveira.

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