domingo, 3 de abril de 2011

EL FARISEO QUE LLEVAMOS DENTRO

Propósito Específico:

Hoy vamos a hablar de grados de espiritualidad en relación a nuestra conducta con los demás. Como somos por dentro determinará nuestro comportamiento. Deberíamos ser sinceros y reconocer que todos nosotros llevamos dentro un “pequeño o un gran fariseo”. El reto consiste no en “disimular” sino en “eliminar” poco a poco ese fariseo con la gracia de Dios y la unción del Espíritu Santo.

Mateo 23:1-12
“Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí porque uno es vuestro Maestro, el Cristo y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre nuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Introducción

Ilustración:
Se cuenta que una vez un joven - de buena posición social - comenzó a noviar con una joven artista.
Dice que esta relación con el tiempo se fue haciendo cada vez más íntima al punto de que hizo planes para formalizar su casamiento con ella. Pero como era desconfiado contrató un detective para investigarla a fin de asegurarse de que no había otros hombres en su vida, ni hijos, ni deudas, ni nada oscuro en el “armario” de su vida.
El detective que desconocía esta relación se pone a trabajar. Lo único que tenía era el nombre de la joven.
Dice que durante algunos meses la sigue y, al final de su investigación cuenta:
“La señorita es una joven encantadora, honrada, y muy decente. Sólo hay una cosa que reprocharle, últimamente sale con un joven -de muy buena posición social- que es de carácter dudoso y de reputación sospechosa.”

Moraleja: Este joven hipócrita recibió la medicina que necesitaba.

Y acá hay varias enseñanzas que deberíamos tener presente:

1.- Antes de mirar la paja en el ojo ajeno hay que quitar la viga dentro del nuestro.
2.- Cuando señalamos con un dedo, tres están apuntado hacia nosotros y uno hacia Dios.
3.- Las malas acciones tarde o temprano nos traen consecuencias

Volviendo a nuestro texto de Mateo 23 debemos afirmar que lo que Jesús está haciendo con aquellos religiosos es también el trabajo de un “detective privado”
Dicho de otro modo: Investiga “las palabras y conductas” de aquellos fariseos… También como en nuestra ilustración era gente –de buena posición social- y de –buena religión- pero de reputación sospechosa.

A los ojos de Jesús estos fariseos son definidos como los que:

Hacen de la religión un negocio.
Manipulan la ley de Moisés para sus propios fines.
No obran para Dios sino para la galería.
Buscan los mejores sitios.
Buscan honores y títulos.
Todo es fachada, por dentro llenos de huesos secos.

Por eso Jesús aconseja con personas y líderes así a:
No seguir su ejemplo, no generar acuerdos, ni tener compañía con hipócritas.

Es que en realidad Jesús, el verdadero “detective privado”, denuncia una religión que es falsa, vacía, de ritos y costumbres superficiales. Gente que lleva la Biblia en la mano pero no en el corazón.

Y en esta mañana el Mensaje nos pide reflexionar: ¿Qué es la religión? ¿Qué es el culto verdadero? ¿Qué es el templo? ¿Qué es la alabanza de la vida que es distinta a la de los labios? ¿Qué es Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires?

Amados, me habrán escuchado muchas veces decirles que el culto, la espiritualidad, es el “cordón umbilical” que nos religa, que nos une con Dios nuestro Padre y nos “abraza” con la gente haciéndonos solidarios con ellas.

Un cordón umbilical que “no” se puede cortar porque quedaríamos huérfanos y nos separaríamos de la fuente de vida y felicidad que es Cristo Vivo.

En realidad lo que Jesús está haciendo es decirles a los fariseos, a los hipócritas, de ayer, pero también a nosotros hoy: “Ustedes cortaron el cordón umbilical que les une a Dios y a los hermanos. Ustedes se han quedado con lo que no sirve para nada: la ley, las apariencias, los saludos, las palabras, las citas de la Escritura.... Ustedes buscan seguidores para su causa, no para la causa de Dios”. ¿Triste no? Pero es lo que ocurrió en aquellos tiempos y es lo que ocurre también en los nuestros.

No les parece bueno que nos preguntemos esta mañana: ¿Si Jesús tuviera que hacer un informe de nuestra Comunidad qué diría? ¿Si tuviera que hacer un informe de nosotros qué expresaría?
¿Nos ve Jesús como a los fariseos de su tiempo? ¿Vacíos, superficiales, sin los frutos del amor, con el cordón umbilical del Espíritu Santo cortado?

Es que amados, nos guste o no, “todos llevamos dentro un pequeño o gran fariseo”.
El reto consiste “no” en disimular sino en “eliminar” poco a poco ese fariseo con la gracia de Dios y la unción del Espíritu Santo.
El desafío consiste en no señalar a nadie con el dedo sino en dirigirlo a uno mismo y pedir en esta mañana la ayuda del Espíritu Santo.
El reto consiste en vivir religado a Dios, a los hermanos y a la Comunidad practicando la unidad.

En definitiva: Lo que Jesús quiere es que aprendamos y vivamos como discípulos, como hermanos. Aquí en Comunidad Nueva vida, todos somos discípulos, todos alumnos, todos aprendices.
Sólo tenemos un Maestro: Cristo.
Sólo tenemos un Señor: Cristo.
Sólo tenemos un Dios, Padre de todos.

Y el más importante entre nosotros no es el que más habla, ni el que mejor predica, ni el que preside, ni el que aparenta... El más importante es el que “más sirve” a los demás.

Las palabras humanas son necesarias e importantes y, aunque a veces sean hipócritas y no manifiesten nuestra oculta intención, si no están de acuerdo con la Palabra del Señor, nos disminuyen y denuncian nuestro estado espiritual.

Conclusión:Preparemos en esta mañana nuestros corazones para ser tratados contra el virus del "fariseismo". Que el Señor nos devuelva el título de "siervos inutiles" y que ese título lo llevemos con "orgullo santo" a todos lados. Queremos ser mayores SI, pero sirviendo. Amén



Oremos:

Mensaje predicado por el Pr. Raúl Flores en Comunidad Nueva Vida de Buenos Aires el domingo 03 Abril 2011 Culto mañana.

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