domingo, 25 de julio de 2010

LO IMPORTANTE Y LO URGENTE

LO IMPORTANTE Y LO URGENTE




Mateo 22:1-14


Es instructivo observar cuáles son los motivos por los que estos invitados de la parábola se negaron a venir al banquete.
Mateo dice que ellos “no hicieron caso” de la invitación y “se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio”.
El evangelio de Lucas, en este punto, es más detallado y presenta así los motivos del rechazo: “He comprado un campo y tengo que ir a verlo... He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas... Me he casado, y por eso no puedo ir” (Lc14:18-20).

¿Qué tienen en común Pr. Flores estos diversos personajes?
Que los tres tienen “algo urgente” que hacer.
Algo que no puede esperar.
Que reclama de inmediato su presencia.
¿Y el banquete nupcial Pr. Flores? ¿Qué representa?
Indica la Gracia de Dios. La Salvación conseguida por Cristo. La vida eterna. Es tipo de los beneficios temporales y eternos del Evangelio.
El banquete representa, “lo más importante en la vida”.
Es más, lo único importante.
¿Cuál es entonces el error cometido por los invitados?
Abandonar lo importante por lo urgente.
¡Lo esencial por lo contingente!
Ahora bien, éste es un riesgo muy difundido e insidioso. No sólo en el plano espiritual, sino también en el humano.
Vale la pena reflexionar un poco sobre él.

Abandonar lo importante por lo urgente, en el plano espiritual, significa retrasar continuamente el cumplimiento de los deberes cristianos. Siempre se nos presenta “algo urgente” que hacer.
Es domingo y es hora de ir al culto, pero está pendiente esa visita que habíamos prometido.
Ese trabajo que dejé pendiente de hacer.
La comida que preparar.
Viene mi prima justo a la hora de la reunión y como es el único horario que tiene disponible y hace mucho que no nos vemos… entonces falto.
El culto puede esperar, la comida no. Dios puede esperar, mi prima no.
Quiera o no admitirlo, mi prima, la comida, el trabajo, la visita prometida, es más importante que Dios.
Lo mismo pasa con el tiempo de devocional con Dios. No pasamos tiempo en oración y lectura de la Biblia en casa porque siempre hay cosas urgentes que hacer… Y así después nos va.


El peligro de abandonar lo importante por lo urgente está presente también en el ámbito humano, en la vida de todos los días.
Para un hombre es importante dedicar tiempo a la familia, a estar con los hijos, dialogar con ellos si son grandes y jugar con ellos si son pequeños.
Pero a último momento se presentan cosas urgentes que terminar en la oficina, horas extraordinarias que hacer, y se deja para otro día.
¿Moraleja? Llegamos a casa demasiado tarde y muy cansados para pensar en estar con la familia.

Para un discípulo comprometido es importante de vez en cuando visitar al anciano padre que vive solo en casa o en algún asilo.
Para cualquiera es algo importante visitar a un conocido enfermo para darle apoyo espiritual y afectivo y hacer algún servicio práctico por él. Pero no es urgente.
Resulta que lo dejamos para más adelante porque nos surgió un viaje importante.
“No se va a hundir el mundo porque no vaya” –decimos- “quizás nadie si dé cuenta”.
Y así se deja lo importante para más adelante porque tiene prioridad lo urgente.

Lo mismo pasa con el cuidado de la salud, que también está entre las cosas importantes.
El médico, o el organismo, advierte que hay que cuidarse, tomar un periodo de descanso, evitar el estrés...
¿Qué contestamos?: “Sí, lo haré, pero, apenas termine ese trabajo, cuando haya arreglado la casa, cuando haya pagado mis deudas..”.
Hasta que uno se da cuenta lamentablemente que es demasiado tarde.
Ahí está el engaño: Pasamos la vida persiguiendo mil pequeñas cosas que arreglar y nunca encontramos tiempo para las cosas que verdaderamente inciden en la vida espiritual y en las relaciones humanas y que pueden dar verdadera alegría y abundante provecho en esta vida,,, y la eterna.
Conclusión:
Así vemos como el Evangelio, es también escuela de vida.
Nos enseña a establecer prioridades, a atender lo esencial.
En una palabra, a no perder lo importante por lo urgente, como sucedió con los invitados de nuestra parábola.
Qué esta sea la visión para Nueva Vida. Demos prioridad a lo importante por encima de lo urgente, de lo cotidiano, de lo humano.
Entremos en tiempo de adoración ministrándole a Jesús y dejandonos ministrar por Él.
Oremos: Señor te pedimos que nos ayudes a diferenciar lo importante de lo urgente. Que no perdamos lo importante por causa de la urgencia. Ayúdanos a establecer las prioridades. La prioridad en nuestras vidas la tienes Tú. La Iglesia, la necesidad de los que no te conocen, los hermanos débiles en la fe, nuestros compromisos espirituales.
Llénanos con tu Santo Espíritu esta mañana. Renuévanos, restáuranos. Limpia nuestros corazones. Bautízanos con tu poder. Aviva tu obra en nuestras vidas. Por Cristo Jesús. Amén.
Predicado. Domingo 25 Julio 2010 Comunidad Nueva Vida. Av. Gaona 2918
Rev. Raúl Flores

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