domingo, 4 de julio de 2010

LA VIUDA INSISTENTE....

Lucas 18: 1-8
LA VIUDA INSISTENTE…
Hoy vamos a hablar sobre la postura que debemos tener frente a la oración.
A esta altura, todos deberíamos saber que la oración nos acerca a Dios verdad?.
Por lo tanto nos va ha hacer bien meditar el texto de Lucas 18 a fin de sacarle a la oración el mayor de los provechos.
¿Cuántos de nosotros queremos ver nuestras oraciones contestadas? ¿Sabemos lo que es la oración? Entendemos su obrar? De qué manera se vuelve eficaz? ¿Cuál ha de ser mi actitud frente a ella?
Esta parábola está referida a la necesidad que tenemos de ser perseverantes en la oración.
Nos habla de la fuerza que tiene la oración constante e insistente.
Acá el Señor pone como ejemplo una situación humana y hace la comparación: si una persona es capaz de ceder ante la insistencia de quien pide algo, aunque sea por una cuestión de saturación y de cansancio, que no hará Dios a nuestro favor que además es bueno y nos ama.
La idea central de esta parábola nos muestra a dos personajes entre los que existe un fuerte contraste.
Por un lado el juez que ni tenía temor de Dios ni respeto por hombre alguno. Es que le faltan las dos notas esenciales para vivir: la virtud de la justicia.
A este juez malo, el Señor le contrapone una viuda, que es símbolo de una persona indefensa y desamparada.
Y a la insistencia y perseverancia de la viuda, que acude con frecuencia al juez para plantearle su petición, se opone la resistencia de éste.
Y el final inesperado sucede después de un continuo ir y venir de la viuda y de las continuas negativas del juez.
Finalmente el juez termina por ceder, y la parte más débil obtiene lo que deseaba.
Acá hay una enseñanza tremenda: La causa de esta victoria no es que la viuda haya conseguido cambiar el corazón del juez sino la petición insistente, su tozudez, su constancia que vence la oposición más tenaz.
Cabe entonces que nos preguntemos: ¿Somos insistentes en nuestra oración? ¿Apreciamos el valor de tal insistencia? ¿O hemos desmayado y no oramos como debemos?
Y el Señor termina el relato del pasaje con un fuerte giro:¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, si claman a él día y noche?
Nos hace ver que el centro de la parábola no lo ocupa el juez malvado, sino Dios, lleno de misericordia, paciente y que cuida de sus hijos.

Y es que algunas veces nos pasa que nos desilusionamos porque decimos que Dios desoye nuestra oración. Y no es así.
En numerosas oportunidades pedimos cosas que no nos convienen, o manifestamos deseos que son contrarios al amor. Y Dios siempre actúa con justicia y de acuerdo con su voluntad.
Debemos orar sin desanimarnos y con constancia, y nunca dejar de tener presente que es necesario mirar las cosas desde la óptica de Dios.
Si Dios, que es un buen Padre, no nos hace caso, será que no estamos enfocando las cosas como corresponde.
Pero Dios nos ama, nos escucha y quiere nuestro bien. Hace falta entonces que sintonicemos adecuadamente con El, para encontrar el sentido de nuestra vida.
En el libro del Éxodo vemos a Moisés orando con los brazos levantados con tal constancia que Aarón y Hur le sostenían los brazos levantados uno a cada lado y así obtuvo la victoria.
Significa que No debemos cansarnos de orar.
Por el contrario… Nuestra confianza es aún más fuerte cuando notamos los siguientes contrastes:
La Viuda El Pueblo de Dios
a. Una desconocida a. Su pueblo elegido, 1 Ped 2:9-10
b. Única b. Somos muchos
c. A lo lejos c. Podemos acercarnos confiadamente, Heb 4:15-16
d. Un juez injusto d. Un Padre justo
e. Sola e. Dios es con nosotros, Rom 8:31-32
f. Defendía su propio f. Tenemos un Intercesor, Rom 8:34
caso
g. Ninguna promesa
de una respuesta g. Una promesa dada, Luc 18:8a
h. Acceso limitado h. Acceso ilimitado (poder orar a Dios en
rar cualquier momento)
i. La respuesta
del juez provocada i. La respuesta gozosa de Dios

3.Y sila insistecia dio fruto en la viuda,cuánto más para los elegidos de Diso que claman!
Y si por la razón que fuera hemos comenzamos a sufrir el desaliento o el cansancio, tenemos que pedir a quienes nos rodean que nos ayuden a seguir orando. Sabiendo que en ese momento el Señor nos está concediendo su bendición, quizás más necesaria que lo que estamos pidiendo.
Un día Jesús les reprochó a sus discípulos: “Hasta ahora no han pedido cosa alguna en mi nombre. Pidan y recibirán”

Conclusión:
Analicemos hoy si nuestra oración es perseverante, confiada.
Si es insistente y la hacemos sin cansarnos ni abandonarla.
Perseverar en la oración es el punto de partida para alcanzar la paz, nuestra alegría y nuestra serenidad.
¿Estamos desanimados? ¿Se debilitó la fe?
a. ¡El estado de nuestra “vida de oración” revela la condición verdadera de nuestra fe!
b. Si no oramos “siempre” (ver “sin cesar” 1 Tes 5:17), ¡Tu fe está anémica!
2. Pero el Señor nos ha dado razones para creer en el poder de la oración en esta parábola...
a. Especialmente cuando somos perseguidos por la causa de Cristo
b. Porque no servimos a un juez injusto, ¡sino a Dios que nos ha hecho Su pueblo escogido!
Podría esta parábola de “La Viuda Insistente”, junto con la de “El Amigo a la Medianoche”, ¡alentarnos a nunca desanimarnos ni a dejar de orar!

En la confianza de que nada puede contra una oración perseverante, le vamos a pedir hoy al Señor, que nos conceda la gracia de alcanzarla. Que tengamos un asemana bendecida y que el Señor nos sorprenda.
Amén.
Predicado Domingo 04 Julio 2010 Gaona 2918
Rev. Raúl Flores
Comunidad Cristiana Nueva Vida

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Pastor Raul: Estoy leyendo algunos mensajes en su blogs, una bendición las enseñanzas. Seguimos orando mutuamente por este nuevo tiempo ministerial en nuestras vidas. Desde Santiago de Chile, un abrazo!!

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Julio 2007. Río de Janeiro